Vida y estilo

Este es el equipo de fútbol vasco con el que simpatiza el actor Dani Rovira

El intérprete malagueño vuelve a las carteleras de los cines tras 'El campeón' con 'Cuerpo escombro', un filme dirigido por Curro Velázquez
El actor Dani Rovira en la ‘premiere’ en Bilbao de ‘Cuerpo escombro’. / Jose Mari Martinez Bubu

Tras llegar por todo lo alto a Netflix con El campeón, Dani Rovira se ha ganado unas merecidas vacaciones. Pero antes, hemos podido verle de premiere en premiere con Cuerpo escombro, la peli que llegará a las salas de cine el próximo 9 de agosto y que promete desatar risas a la par que invita profundamente a la reflexión.

En esta producción dirigida por Curro Velázquez junto a Morena Films conoceremos a Javi (Rovira), que ante sus problemas para encontrar trabajo y liado por su hermano Fermín (Ernesto Sevilla), se hace pasar por una persona con discapacidad para conseguir un puesto que necesita desesperadamente. “Pero fingir parálisis cerebral es más complicado de lo que parece, sobre todo, cuando se enamora de su jefa”, nos cuentan.

¿Qué sensaciones le ha regalado este nuevo proyecto, así como su personaje, Javier? 

-Pues sensaciones han sido, y están siendo, y espero que sigan siendo, muy buenas. Las primeras sensaciones fueron, imagínate, el momento de leer el guion yo solo en mi casa, y fue un sí enorme. Porque, además de ser un proyecto con una comedia brutal, yo ya conocía más o menos la carrera de Curro Velázquez, además la comedia era algo que impregnaba todo el guion. Había una historia de amor también muy bonita, pero sobre todo todo esto sucedía en un contexto de gente con discapacidad. Ahí es cuando dices tú: “Guau, aquí es donde se empieza a hilar fino”. Y me encantó porque es una comedia muy irreverente, macarra, muy punki. Y a mí eso me gusta cuando se tratan este tipo de temas, porque creo que la normalización y la inclusión del mundo de la discapacidad pasa también por ahí, en no tratarlos con condescendencia ni paternalismo, sino decir: “Oye, aquí somos todos brutos a la hora de hacer humor y aquí entramos todos”. Y todo eso fue lo que pasaba en mi cabeza. Hemos rodado la peli, hemos hecho algunos pases, hace una semana en Bilbao, y más si cabe después de ese día volví a mí casa diciendo: “Hemos hecho algo muy guay y necesario”. 

El actor Dani Rovira. Jose Mari Martinez Bubu

En la premiere se dijo que esta historia permite empezar a cambiar el clínex de lágrimas de pena por las de felicidad. También es, como dice, una historia de amor. Pero, ¿qué poso le gustaría que dejara esta peli en los espectadores? 

-Más allá de que se rían de las dos primeras partes del proyecto -comedia y una historia de amor muy bonita a pesar de que todo empieza con una mentira-, lo primero es que toda la gente que tiene una discapacidad o familiares o gente cercana, creo que va a ser como un bálsamo poder ver esta peli y de repente se pueden quitar como un peso. El resto de los espectadores a poco que salgan de la sala habiéndose puesto consciente o inconscientemente en los zapatos del otro y basta con que alguien vaya a aparcar el coche al lado de un aparcamiento de discapacitados y decida no pegarlo tanto... Yo creo que a poco que alguien salga de ahí poniéndose un poco más en los zapatos del otro y haciendo un poco de ejercicio empático con el otro, yo creo que ya hemos logrado muchas cosas. Y luego, lo bueno de las pelis es que son eternas. Entonces, yo creo que en el futuro serán pelis referenciales. Yo estoy muy contento. Estoy que me salgo de felicidad. 

También ha sido su regreso a su segundo hogar, Euskadi. Ha pasado por Bilbao, Eibar... ¿Qué tiene Euskadi que le hace volver una y otra vez? 

-Pues no lo sé, fíjate. Antes de los Apellidos sí que había subido al País Vasco, y me acuerdo que la primera vez que subí fue a Errenteria a hacer un monólogo en un bar muy genuino. Al principio iba como medio acojonao: “Verás que no va a gustar mi humor aquí...”, y de repente fue la cosa genial. Pero fue a partir de los Apellidos que, de verdad te lo digo y no es dorar la píldora, es que me gusta mucho el País Vasco. Me siento muy querido. Parezco Rocky cuando entrena por el barrio. Voy por Bilbao o por Donostia o por donde sea y hay una familiaridad... En el norte hay una actitud de mucho respeto, la gente es muy respetuosa y cariñosa. Me encanta. Los dos meses que he estado en Bilbao he estado feliz. Lo que tenemos en nuestra profesión es que podemos vivir en muchos sitios, y de repente te pegas dos meses en un sitio, tienes un apartamentito, te apuntas al gimnasio, tienes el bar de abajo... Y es como jugar a: “Pues ahora soy de aquí” (risas). 

¿Hay algún territorio que sienta que conoce especialmente? 

-Bueno, obviamente al haber estado viviendo dos meses en Zarautz y en toda esa zona playera, a esa zona le tengo especial cariño. Pero entre Donostia y Bilbao es donde más tiempo he pasado, y cada vez que tengo que ir a uno u otro lo estoy deseando. En Bilbao ahora tengo a mis colegas de Cuerpo escombro, y mola. Es como tener casitas repartidas por el territorio.

Se ha rodeado de una gran familia en este proyecto. ¿Cómo ha sido trabajar con este equipazo?

-Es que soy un tío muy afortunado. A Ernesto lo conozco desde hace mucho tiempo. Él es como de una medio generación previa a la mía de cuando empezó el canal Paramount Comedy, y para mí Ernesto, Joaquín, Julián, Raúl Cimas..., todos los chanantes, los admiro mucho. En algún teatro habíamos coincidido, pero nunca nos habíamos puesto delante de la cámara, y para mí ha sido un descubrimiento brutal. Es verdad que currar con Ernesto (Sevilla) es muy complicado, porque no puedes parar de reír. Con Antonio Resines ya había currado, que es maravilloso. El Langui y yo somos muy amigos pero nunca habíamos estado en un proyecto juntos. Es como que de repente el reparto se convirtió en una especie de algo que no se puede rechazar. Cassandra (Ciangherotti) ha sido un descubrimiento acojonante. No la conocía, ni a Omar Chaparro, pero con ella he tenido más porque somos prácticamente los coprotagonistas. Y es que es una tía insuperable. Un reparto de la hostia. Y luego claro, aquí los Power Rangers. Con Mariano, con Ander... Imagina lo que es rodar con gente así, te dan ganas de vivir. La madre que los trajo (risas). 

Lo que está claro es que no para nunca. Acaba de llegar con El campeón también a Netflix. Si algo nos demuestra es que en la comedia no tenemos que estar todo el rato riéndonos, pero en el drama tampoco tenemos que estar siempre serios, ¿no?

-Claro, es que los géneros puros cien por cien tampoco me los creo. Yo una comedia loca me encanta, pero también me encanta que haya secuencias en esa comedia donde de repente no te lo esperes y te pegue como una bofetada de emoción. Y al revés también. Si nos vamos a pelis grandes, El pianista no te da un respiro, y está bien, y es otra opción. Yo la vi y la disfruté y sufrí a partes iguales porque no hay ni un momento de respiro. Pero también está esa manera de contar un drama, intentando abrir de vez en cuando ventanitas que hagan pasar un poco el aire fresco

Precisamente en Cuerpo escombro nos han demostrado eso, que todo tiene su parte cómica si conseguimos encontrarla.

-Totalmente. Y además ya no solo como formato cinematográfico, sino como necesidad de que esa emoción impregne nuestra vida. Imagínate. Si ya la vida es la que es, si no le ponemos humor yo creo que la mitad nos tiraríamos por un puente. Y por ejemplo con el tema de la discapacidad se suele ofender mucho más la gente que no la tiene, y de repente como que se erige defensor de las causas ajenas. Y dices: “Tío, si eres defensor de las causas ajenas, deja que los chavales también se rían de sus propias cosas”. Porque hemos llegado a un momento tan absurdo en que hay gente que se ofende porque se ha hecho un chiste sobre alguien que tiene una discapacidad y a ese alguien le ha hecho gracia

En El campeón explora a su vez el mundo del fútbol. ¿Cómo es?

-No tengo ni idea. Soy la persona que menos sabe de fútbol del siglo. 

O sea que no es futbolero.

-Lo fui. Supongo que como a los 20 o así, cuando empecé a abrir otras puertas de la vida que me interesaban más, lo del fútbol quedó como en un quinto, sexto o séptimo plano. Pero es interesante también el tipo de relaciones que se viven a través del fútbol y mola

¿Hay algún equipo vasco que le llame la atención? 

-Siempre me ha molado mucho el Athletic por esa cosa genuina que siempre ha tenido de que todos los jugadores sean vascos. Me parece como muy guay. Simpatizo bastante. 

Ahora nos quedamos disfrutando de sus estrenos, pero ¿tiene algún otro proyecto con vistas a futuro?

-Ahora un poquito de vacaciones, y de aquí a final de año empiezo rodaje en Fuerteventura a mediados de agosto con un proyecto muy bonito escrito y dirigido por Javier Veiga. Y hasta final de año seguiremos con el pódcast, la gira de Vale la pena... Va a ser un final de año muy guay, la verdad.

Te puede interesar:

Gente
"Estoy con una serie que va a ser un bombazo. Es el proyecto con el que más ganas empecé"

Habrá que estar atentos a las novedades entonces.

-Sí, aunque no estéis atentos yo las promos las disparo por muchos sitios, y te sale o bien por el teletexto, la thermomix... Eso sale siempre por algún lado (risas).

PERSONAL

Nacido en Málaga, muchos lo conocieron cuando se estrenó la saga Ocho apellidos, en la que interpretaba a un sevillano que viajaba a Euskadi y conocía el amor

El humor es su seña de identidad, y siempre nos enseña a reírnos un poco más de nosotros mismos. Esa misma enseñanza la aplica ahora en su nueva película, Cuerpo escombro, que el próximo día 9 llegará a las salas de cine por todo lo alto. Además de muchas dosis de humor y de amor, esta producción tiene algo muy especial. Rodada en localizaciones como Bilbao o Eibar, vamos a poder ver muchos lugares conocidos en la pantalla. Con un reparto de diez, podremos disfrutar en definitiva de un buen rato de risas y reflexiones, con rostros y localizaciones más que conocidos. 

05/08/2024