Cuando estás entre pucheros, es probable es que te manches las manos y lo más socorrido en ese caso es recurrir al jabón de fregar para retirar el pringue. Sin duda es más cómodo que tener que ir hasta el baño, que es donde tenemos el jabón de manos, cada vez que te ocurra, pero quizás no sea una buena idea.
Si lo haces de vez en cuando, no tiene mayor importancia; sin embargo, hacerlo con frecuencia puede acabar causándote algún que otro problema. El jabón de fregar contiene unos elementos químicos para quitar la grasa de los útiles de la cocina que pueden resultar muy agresivos para la piel de las manos. Se trata de un tejido muy sensible y la acción abrasiva de estos detergentes puede causar sequedad en la dermis, irritación y a largo plazo enfermedades en la piel como la dermatitis.
Aunque hay algunos jabones de fregar específicos para el cuidado de las manos, estos siguen teniendo químicos que pueden dañar tu piel, así que tampoco son la mejor opción. Una sugerencia es que coloques en la fregadera, junto al jabón de fregar, un jabón de manos del que puedas echar mano cada vez que tengas que lavártelas mientras cocinas. De esta forma cuidarás por igual la higiene y la salud de tus manos.
Para proteger tus manos de los químicos del jabón de fregar mientras lavas la vajilla puedes colocarte también unos guantes de goma. Elígelos suaves para la piel y de tu talla para que te garanticen un perfecto agarre, de forma que vasos, platos o perolas no se te escapen cuando friegas.
Cómo lavarte las manos
Como ya hemos visto, lo mejor es lavarnos las manos con un jabón específico y ahora que sabemos con qué, es también importante que conozcamos cómo hacerlo de la forma correcta. Y es que muchas veces nos lavamos las manos deprisa y corriendo, sin dedicarle a esta acción todo el tiempo necesario.
En primer lugar, debes mojarte las manos con agua limpia y a poder ser tibia. Aplica el jabón, haz espuma y durante al menos 20 segundos frota vigorosamente toda la superficie sin olvidar el dorso, las muñecas, los espacios entre los dedos y debajo de las uñas. Por último, enjuágate las manos y sécatelas bien con una toalla limpia y suave. Y lo más importante, hidrátalas con una crema humectante que devuelva a tu piel la humedad perdida por tareas domésticas como fregar.
Nunca limpiar con jabón de fregar...
Hay varios objetos o electrodomésticos en los que por nada del mundo debes usar jabón de fregar o puedes causar algún que otro desastre. Estos son:
- Lavavajillas. Si te confundes y utilizas el jabón de fregar en el lavavajillas tienes el caos garantizado. Tu cocina parecerá una fiesta de espuma y tu electrodoméstico puede resultar dañado.
- Lavadora. Igual que con el lavavajillas, el exceso de espuma que produce el jabón de fregar inundará tu cocina y podrá llegar a dañar tu lavadora.
- Cafetera. No se te ocurra limpiar el depósito de la cafetera con jabón de fregar, ya que te las verás después para aclararlo por completo. Mucho mejor utiliza agua y vinagre blanco a partes iguales para quitar las manchas y los restos de cal y después enjuaga todo muy bien.
- Sartenes. Las sartenes tienen una capa de protección y es imprescindible cuidarla para que los alimentos no se peguen. El jabón de fregar puede ir eliminando poco a poco esa capa. Cuando cocines algo que no manche en exceso tu sartén, puedes retirar el aceite solo con un papel de cocina y dejar que esa capa la proteja. Habrá otras ocasiones en las que esto no será posible y tendrás que fregarla.
- Cuero o piel. El jabón de fregar elimina los aceites naturales del cuero y de la piel, lo que hará que se agrieten por la presión.
- Seda. La seda es muy delicada por lo que lavarla con jabones agresivos no es una buena idea. Utiliza para ello detergentes especiales para este tipo de tejidos.
- Suelos de madera. Limpiar los suelos de madera de una forma inadecuada puede hacer que se rayen, se ensucien o pierdan todo su brillo. Lo mejor es barrerlos, pasarles el aspirador o sacarles brillo con una mopa.
- Coches. Limpiar con jabón de fregar la pintura de un coche puede eliminar su capa protectora y dejarla vulnerable a la decoloración y a la oxidación.
Ya lo ves, ¡ojo con el jabón de fregar! Utilízalo solo para su cometido y a poder ser con guantes para evitar dañar la delicada piel de tus manos.