Alegría, tristeza, añoranza, melancolía, enfado, angustia... son algunas de las emociones que el ser humano experimenta con mayor frecuencia; es su forma de reaccionar a determinados estímulos para adaptarse y sobrevivir a un entorno cambiante.
Saber gestionar bien las emociones implica reconocerlas, comprender su origen y darles la respuesta adecuada. Algunas de ellas tienen algo en común y es que suelen ir acompañadas de lágrimas.
Qué es una lágrima
El origen de la lágrima está en el sistema límbico del cerebro (asociado a las emociones), el cual enviará al puente troncoencefálico la señal para que ordene al sistema lagrimal iniciar su producción.
Las glándulas que fabrican las lágrimas lo hacen de forma continuada y abundante, y pueden llegar a generar entre 55 y 110 litros de lágrimas al año.
La lágrima tiene tres capas: una capa mucosa interna (mantiene la lágrima sujeta en el ojo), una capa acuosa intermedia (es la más gruesa, hidrata el ojo, repele las bacterias y protege la córnea) y una capa exterior grasa (mantiene la superficie del ojo lisa para poder ver a través).
Tipos de lágrimas
Aunque a simple vista todas las lágrimas que derramamos parezcan iguales, no lo son y se pueden clasificar en tres tipos:
- Lágrimas basales
Están en el ojo de forma permanente para proteger y lubricar la córnea y protegerlo de cualquier suciedad. Con la edad se van produciendo cada vez menos y se puede llegar a padecer ojo seco.
- Lágrimas reflejas
El ojo las libera para protegerse de una sustancia irritante. Fluyen en más cantidad que las lágrimas basales y contienen más anticuerpos para combatir las bacterias.
- Lágrimas emocionales
Se producen como reacción a determinados estados emocionales y contienen hormonas y proteínas de las que carecen las lágrimas basales y las lágrimas reflejas.
Cómo se producen
Las lágrimas basales son producidas por la glándula lagrimal accesoria y las lágrimas reflejas y las emocionales, por la glándula lagrimal principal, ambas ubicadas en la parte superior del ojo. Producidas en una cantidad normal, las lágrimas se esparcen por la superficie del ojo al parpadear. Después, unas se drenan por los lagrimales y desembocan en la nariz, y otras se evaporan o se reabsorben.
Cuando se trata de lágrimas emocionales o reflejas y se producen en exceso, el lagrimal no da abasto para drenarlas y se derraman por los ojos, corren por las mejillas, e incluso a veces pueden salir por la nariz.
Fases del llanto
En el llanto hay tres fases: la etapa previa en la que algo nos entristece, el estar a punto de llorar y el llanto en sí mismo. Tal vez nunca te lo hayas preguntado, pero el ser humano tiene un límite y no es capaz de llorar de forma ininterrumpida durante demasiado tiempo.
Así lo explica el neurocientífico Eduardo Calixto, quien cifra precisamente en 12 minutos el tiempo máximo que una persona puede estar llorando sin parar. Asegura que "esto se debe a que llorar es la reacción que más energía consume en el cuerpo humano".
Durante una entrevista emitida en el canal de YouTube de Marco Antonio Regil, el doctor Calixto ofreció información sobre el funcionamiento de la mente humana y sus reacciones, entre ellas la que tenía que ver con el llanto.
En un momento de la entrevista, el doctor defendió su tesis afirmando: “Yo sé que tú me dirás ‘no, yo conozco a alguien que lloró toda la noche’. Sí, pero no toda seguida. Llora por pedazos y se va autolimitando”.
En condiciones normales, al cerebro le llega un litro de sangre por minuto. Sin embargo, al llorar esa cantidad aumenta en un 25%, lo que hace que se oxigene más y que terminemos tremendamente cansados.
Por qué llorar nos relaja
El doctor Calixto señala que la sensación de desahogo que se siente después de llorar se debe a la liberación de endorfinas, ya que las lágrimas emocionales producidas por la glándula lagrimal principal segregan un neurotransmisor llamado betaendorfina que es el que regula el placer.
En una muestra más de que el cuerpo humano es sabio, este mecanismo intenta equilibrar la balanza emocional provocando una sensación de placer que contrarreste el sentimiento de tristeza.