Una de las máximas aspiraciones del ser humano en la vida es ser feliz, pero no todas las personas tienen el mismo concepto de felicidad, ya que muchas veces es una cuestión de prioridades. Mientras para unos lo más importante es tener una vida personal satisfactoria, para otros lo principal es lograr el éxito profesional.
Si consultamos el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la felicidad es "un estado de grata satisfacción espiritual y física". Sin embargo, la satisfacción es un término totalmente subjetivo, ya que no todo el mundo la encuentra en las mismas cosas. Mientras unos solo saben vivir rodeados de lujos, otros son felices disfrutando de las pequeñas cosas.
Y es que ya lo decía el gran actor y cómico Groucho Marx: “La felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, un pequeño avión privado, una pequeña mansión…”.
Precisamente, Daniel Kahneman y Angus Deaton, profesores de la Universidad de Oxford y premios Nobel de Economía, ponen en cuestión eso que siempre se ha dicho de que el dinero no da la felicidad y la han cuantificado en euros. Concluyen que esta se consigue a partir de un sueldo de 100.000 euros al año, para desconsuelo de los millones de personas cuyos ingresos se sitúan lejos de esa cantidad.
El secreto de la felicidad
Pues bien, un estudio llevado a cabo durante 70 años por expertos de la Universidad de Harvard (EEUU) concluyen que el verdadero secreto de la felicidad no está ni en el dinero ni en la fama, sino en algo que tenemos mucho más cerca y que muchas veces no apreciamos.
Estas investigaciones, lideradas por el psiquiatra George Vaillant, arrancaron en 1939 y tenían como objetivo dar con las claves de la felicidad. Tras estudiar a 700 estudiantes, llegaron a la conclusión de que lo más importante en la vida son las relaciones humanas.
Los expertos aseguran que se puede tener dinero, éxitos y hasta una buena salud física, pero que una persona solo con eso no es feliz. Las relaciones que establecemos con la familia, los amigos y la pareja son el verdadero secreto para alcanzar la felicidad.
En la misma línea, el doctor Robert Waldinger, participante en el mismo estudio, señala que mientras "el aislamiento es un destructor del estado de ánimo", las relaciones personales lo potencian.
Por su parte, Tal Ben-Shasar, psicólogo y también profesor de Harvard, concluye que hay una serie de patrones que se repiten en todas las personas que aseguran ser felices. Estos son:
1- Hacer deporte. Con solo 30 minutos de ejercicio al día, aliviaremos el estrés y generaremos endorfinas, las hormonas de la felicidad. Todo esto hará que gocemos de una buena forma física y mental.
2- Descansar. Igual de importante que mantener la mente activa es saber desconectar y descansar.
3- Ser optimista. La felicidad no depende de nuestras circunstancias, sino de la actitud que tomamos ante ellas. Debemos afrontar las cosas como vienen y enfrentarnos a las dificultades con ánimo. No seas demasiado perfeccionista y aprende a reconocer tus errores con humildad.
4- Ser resiliente. Adáptate a las adversidades y haz de ellas una oportunidad para crecer a nivel personal. La vida está llena de obstáculos que debes afrontar sin miedo, superarlos, reponerte y prepararte para futuras caídas.
5- Evitar la procastinación. Afronta tus responsabilidades cuanto antes. Dejar todo para más adelante te generará estrés, angustia y tensión. Organiza tu vida de forma que tengas tiempo para todo: trabajar, descansar y divertirte. Si alguna cosa de estas te falta, es que algo no estás haciendo bien.
6- Ser agradecidos. Socializar, mantener buenas relaciones emocionales con nuestros seres queridos y ser agradecido hará que te sientas mejor, lo que redundará en unas mejores relaciones interpersonales.
Ya lo ves, la felicidad no es una carrera de fondo, sino un estado vital. No necesitas correr para alcanzarla, así que relájate y empieza por disfrutar de las cosas pequeñas y de tu gente, que ahí es donde, según los expertos, está la felicidad.