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Política

Esteban afronta el desafío de movilizar al PNV y dar un salto en el autogobierno

Abrirá una nueva etapa a partir de este domingo con su proclamación como presidente del EBB en la Asamblea General
El futuro presidente del EBB del PNV, Aitor Esteban
El futuro presidente del EBB del PNV, Aitor Esteban / Jose Mari Martínez

Más de dos décadas después, Aitor Esteban se ha despedido esta semana del Congreso de los Diputados, aunque el teléfono del Gobierno español va a seguir sonando y recibiendo sus llamadas para negociar las reivindicaciones vascas. A partir de este domingo, el portavoz jeltzale en el Congreso seguirá ejerciendo esa defensa desde otro punto de vista y desde otra responsabilidad. Lo hará desde la quinta planta de Sabin Etxea, la sede de la dirección nacional del PNV, ya que la Asamblea General lo va a proclamar presidente del Euzkadi Buru Batzar en el frontón Atano III de Donostia. 

De Andoni Ortuzar recibe un partido que sigue al frente de las principales instituciones de la comunidad autónoma vasca, de su Gobierno, las tres diputaciones y dos de las tres capitales (salvo Gasteiz); mantiene su influencia en Madrid y es imprescindible para Pedro Sánchez, tiene visibilidad en Nafarroa con su cuota en el Gobierno y con la presidencia del Parlamento.... pero ha encadenado cuatro convocatorias electorales sufriendo, desde el año 2023. El PNV nunca se había visto en la tesitura de empatar a 27 escaños en el Parlamento Vasco con EH Bildu. Y la Diputación de Gipuzkoa la salvó gracias al pacto con el PSE y uno de los tres votos del PP, que dio su apoyo sin condiciones. La izquierda abertzale ha renunciado a sus posiciones históricas más inflexibles para abrazar la vía posibilista y gradualista que le recriminó durante décadas al PNV. Ha apoyado por primera vez los Presupuestos de un Gobierno español (ya van tres avales seguidos), y ahora defiende el Estatuto de Gernika y el Concierto Económico que antes menospreciaba. La necesidad de apoyos del socialista Pedro Sánchez en el Gobierno español ha acelerado su normalización, y la asignatura pendiente sobre la injusticia de la violencia parece que pasa poca o ninguna factura. La pérdida de apoyos de la izquierda confederal está nutriendo además a EH Bildu de un nuevo electorado.

Esta es una época de incertidumbre a nivel mundial, pero también se abre una oportunidad histórica para cumplir las 25 transferencias que quedan en el Estatuto de Gernika y ampliar el autogobierno con un nuevo marco que impida la erosión del autogobierno y permita el reconocimiento nacional de Euskadi. Esteban inicia esta etapa con el reto de llevar a buen puerto un acuerdo y, en clave interna, le toca movilizar al PNV y mantener su hegemonía. Aunque es cierto que no es un rostro nuevo y que no hay diferencias ideológicas ni generacionales con Andoni Ortuzar (ambos nacieron en 1962), nunca ha tenido la oportunidad de dirigir el partido, y lo hará con un equipo renovado.

El ciclo electoral

El nuevo EBB va a disponer de dos años de margen antes de someterse al primer examen, las elecciones municipales y forales de mayo de 2027. El PNV comprobará entonces si los relevos y la línea que marque la Asamblea General son un revulsivo suficiente para reactivar a su militancia. Hasta el momento, el PNV había diagnosticado un problema de desgaste por la pandemia del coronavirus, que ha tensionado los servicios de Osakidetza. El Gobierno de Pradales ha intentado reconducir las decisiones que peor se han entendido (como los cierres de algunos PAC), pero se sigue enfrentando a la escasez de personal.

Sin tiempo para realizar un análisis más fino y tomar oxígeno, el PNV ha ido encadenando convocatoria tras convocatoria electoral. Ha ido cumpliendo los principales objetivos, pero reconoce que algunos votantes se han ido a la abstención. El primer toque de atención llegó con las municipales y forales 2023, tras la pandemia y la subida de precios por la invasión de Ucrania. El PNV mantuvo la primera plaza en la comunidad autónoma vasca con unos 348.000 votos en las forales, 80.000 menos que en 2019. No ganó en Gipuzkoa ni en Gasteiz.

Sin margen para digerir lo sucedido, Pedro Sánchez adelantó las elecciones generales y las situó en pleno verano. El PNV consiguió su objetivo y amarró los cinco escaños necesarios para mantener su grupo propio en el Congreso, el de Aitor Esteban, aunque no consiguió romper la polarización entre Sánchez y Feijóo. El PNV quedó por detrás del PSE con 275.782 votos, con EH Bildu a unos escasos mil votos de distancia.

En las elecciones al Parlamento Vasco de abril del año pasado, el PNV concurría con un arriesgado cambio de candidato in extremis, con Imanol Pradales en lugar de Iñigo Urkullu. Evitó el sorpasso de EH Bildu que auguraban las encuestas y mantuvo la mayoría absoluta de PNV y PSE en el Gobierno. Pero empató a 27 escaños con EH Bildu, aunque fuera con una ventaja jeltzale de 28.000 votos.

En junio llegarían las europeas, donde el voto útil a los socialistas y la polarización contra la ultraderecha volvieron a hacer estragos. Una vez más, en sentido estricto, el PNV cumplió sus objetivos y logró un escaño para Oihane Agirregoitia. Pero, por primera vez, bajó de los 200.000 votos.

Autogobierno

Esteban tendrá la oportunidad de hacer seguimiento en primera persona del pacto de investidura con Sánchez, esta vez como presidente del EBB. Tiene una amplísima agenda de contactos, una suerte de páginas amarillas de los ministerios, y ha lidiado con los más autorizados durante años, como es el caso de la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, mano derecha de Sánchez en el Gobierno y en el PSOE.

El pacto de investidura compromete a Sánchez a transferir las competencias del Estatuto (de manera enigmática, Esteban comenzó a decir hace unos meses que el Estado ya se tomaba en serio la transferencia de la Seguridad Social). También se comprometió a negociar el reconocimiento nacional y el blindaje de las competencias y su foralidad. Esta negociación la inició Ortuzar con los partidos vascos y la ha dejado encarrilada. Los futuros interlocutores de Esteban esperan seguir por la misma senda.

Nuevo rol en Euskadi

Esteban llega al EBB con su reputación de hábil negociador en el Estado (dialogante pero “rocoso e implacable”, en palabras de Sánchez) y buen orador. Ha protagonizado discursos que han corrido como la pólvora en internet. Ahora pasará del marcaje al Gobierno español y la confrontación con la derecha extrema, a una posición donde tendrá mucho peso la defensa del PNV como partido al frente de las instituciones, un tránsito parecido al que ya tuvo Josu Erkoreka cuando pasó de ser portavoz en el Congreso a portavoz del Gobierno vasco.

Se podría decir que ahora tendrá que cultivar su relación con los líderes políticos vascos, aunque es algo que ya han tenido que hacer en los últimos tiempos los responsables que han pasado de un cargo local o foral a uno nacional. Habrá una nueva bicefalia con el lehendakari, con quien ya trabajó para encauzar la agenda vasca ante el Gobierno español cuando Imanol Pradales era diputado foral y en su puesto actual de lehendakari.

El partido

El PNV tendrá que moverse en un contexto difícil para un partido que aspira al centro, ya que no le beneficia la polarización izquierda-derecha que impera a nivel estatal. A nivel interno, Esteban afronta el reto de dar continuidad a la incorporación de las generaciones jóvenes y de las mujeres, tras la controversia que ha suscitado la composición de la nueva Ejecutiva con una mayoría de hombres. Además, el PNV ha reconocido en las ponencias que hay debate sobre la limitación de los mandatos, el sistema de elección o la relación con determinados movimientos sociales para ser un reflejo más fiel de la sociedad. El funcionamiento interno quedará pendiente de una reforma posterior de los estatutos que se va a encauzar en los próximos meses.

No hay cifras oficiales de participación, pero los datos aislados de algunos batzokis han arrojado una concurrencia limitada. Esteban arranca con el acuerdo unánime de todos los territorios en torno a su presidencia, lo que condujo a la retirada del guipuzcoano Markel Olano, aunque la conexión del TAV con Nafarroa a punto estuvo de aflorar las divergencias entre Gipuzkoa y Araba. Una enmienda transaccional de compromiso ha evitado la imagen de división.

La Asamblea General

Sábado. Se constituye la Asamblea General en el frontón Atano III de Donostia, bajo el lema Alderdia gara. Estará conformada por 700 personas. La primera jornada estará centrada en el debate de las ponencias. Izaskun Bilbao se ha encargado de coordinar la relativa a Euskadi como nación en Europa, Unai Rementeria ha llevado el documento socioeconómico, Oihane Agirregoitia se ha encargado de la ponencia sobre un mundo mejor y sostenible, Ane Miren Atín ha coordinado la social, e Imanol Lasa se ha ocupado del documento sobre el PNV como organización democrática. Se han registrado 10.700 enmiendas, como reveló el presidente saliente, Andoni Ortuzar, en la entrevista con Grupo Noticias. Se esperaba que la inmensa mayoría o todas ellas fueran transaccionadas. En las ponencias, el PNV apuesta por el reconocimiento de Euskadi mirando a Europa, y abre algunos melones sobre el funcionamiento interno que, en ese caso, se tendrán que vehiculizar a través de una posterior reforma de los estatutos que tendrá lugar en los próximos meses, con otoño en el horizonte. Entre otras cuestiones, se propone que, para optar a más de dos mandatos, se tenga que contar con una mayoría de votos cualificada en el ámbito correspondiente.

Domingo. Será el momento de la proclamación del presidente, Aitor Esteban, y los ocho burukides del EBB (a ellos hay que sumarles los cinco presidentes territoriales). La apertura del acto al público tendrá lugar a las 11.30 horas para comenzar a acceder al recinto, y a las 12.00 comenzarán las intervenciones. Esteban pronunciará su primer discurso como presidente del EBB, también tendrá una intervención Andoni Ortuzar, y habrá alguna “sorpresa” que no se ha querido revelar.

Composición del EBB. Compondrán la ejecutiva los vizcainos Andoni Busquet, Manu Tejada, Miren Martiarena y Maitane Ipiñazar, los guipuzcoanos Markel Olano e Ion Gambra, el alavés Joseba Díez Antxustegi y el navarro Javier Ollo. Se van Koldo Mediavilla, Joseba Aurrekoetxea, Mireia Zarate, Xabier Barandiaran, Ana Esther Furundarena y Mikel Burzako. Maria Eugenia Arrizabalaga sigue, pero en su condición de presidenta de la Ejecutiva en Gipuzkoa. Había una vacante, la que había dejado Nerea Melgosa al convertirse en consejera del Gobierno vasco. Los burukides salientes y los entrantes posarán de manera conjunta el lunes ante los medios de comunicación en Sabin Etxea a modo de despedida, y después se celebrará la tradicional comida que sucede a las asambleas generales del PNV.

2025-03-29T18:07:02+01:00
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