Con la llegada del verano las espigas, esa semillas puntiagudas con duros pelos en los extremos, comienzan a madurar y se convierten en un riesgo para nuestras mascotas, en especial para nuestros perros. Durante los pasos pueden clavarse en su piel y causarles bastantes molestias, cuando no dolor y alguna infección.
Estas de semillas alargadas, generalmente de toda clase de gramíneas tienen una forma ahusada que hace que solo vayan en una dirección, por lo que una vez que se clavan y penetran en la piel quedan enganchadas de tal manera que es muy difícil retirarlas.
Aunque son más abundantes en zonas rurales, también pueden crecer en parques y campos urbanos durante el verano y parte del otoño.
¿Dónde se clavan las espigas?
Las espigas pueden incrustarse en varias partes del cuerpo del perro, siendo las más comunes:
- Patas: Las espigas pueden quedar atrapadas entre los dedos o en las almohadillas de las patas, causando cojera, inflamación y constante lamido de la zona afectada.
- Oídos: Al introducirse en los oídos, pueden causar dolor, sacudidas constantes de la cabeza y posibles infecciones si no se extraen a tiempo.
- Nariz: Los perros inhalar las espigas durante las caminatas, provocando estornudos intensos, secreción nasal y, en casos graves, hemorragias.
- Ojos: Pueden causar irritación, lagrimeo excesivo y, si no se tratan, daños serios en la córnea.
- La cavidad torácica: Pueden atravesar atravesar la pared costal, que se encuentra especialmente expuesta. En la mayoría de los casos solo atraviesa la piel, pero la infección puede ser importante.
- En aparato urogenital: Las zonas de la vulva y el prepucio son particularmente delicadas. Son zonas muy sensibles y expuestas cuando orinas entre las matas y las hierbas.
- Zona perianal: Se sientan para hacer caca y no es de extrañar que haya espigas cerca que se claven. Las molestias harán que se lama y se mordisquee la zona.
El gran problema de estas espigas es que su estructura y su forma hacen que retirarla sea un serio problema. Según la zona o la profundidad puede ser muy doloroso.
Cómo saber si tiene espigas
Lo primero es lo primero. Tras un recorrido con el perro por una donde haya espigas, es importante revisarlo. Solo es ampliar la búsqueda más allá de las desagradables garrapatas. Son tan visibles como estas, pero de más complicada extracción. Son muchos los parques y jardines de las ciudades en las que se pueden ver espigas, no hay que bajar la guardia aunque no se salga al campo.
Tras la revisión después de volver a casa puede que no encontremos nada, pero eso no significa que no haya. Si es de pelo largo y espeso o ya se le ha metido bajo la piel puede pasar desapercibida. Por eso hay que estar atentos a estos síntomas:
- Lamido o mordisqueo insistente en una zona concreta: Es una señal de que algo le irritan o le causa dolor. Puede ser un espiga o una garrapata, en cualquier caso revisar.
- Se sacude la cabeza o la inclina mucho: Es fácil que tenga algo en el oído que haya que revisar.
- Se frota los ojos o lagrimea mucho: Puede ser un signo de que una espiga ha entrado en el ojo.
- Estornudos repetitivos o descarga nasal inusual: Si una espiga se ha alojado en las vías respiratorias nasales, estos síntomas son comunes.
Qué hay que hacer si se encuentra una
Es muy importante identificar el daño y reaccionar rápidamente cuando se sospecha de la presencia de una espiga.