El avance de la tecnología trae consigo innumerables avances en muchos ámbitos de la vida y del trabajo, como puede comprobarse en nuestro día a día. Las máquinas de todo tipo han facilitado nuestra vida cotidiana pero también, como ha sucedido en diferentes épocas de la historia, hay quien teme que el desarrollo tecnológico acabe eliminando algunas profesiones o puestos de trabajo a la par que se crean otros.
Ya sucedió con la revolución digital, y ahora se ve como una amenaza la generalización de la inteligencia artificial (IA), que ha llegado para quedarse y que se está extendiendo por gran parte de sectores, con notables beneficios y algún que otro riesgo y dilema, sobre todo éticos y legales.
Automatización de tareas repetitivas
No hay duda de que habrá empleos que perderán su sentido con el avance de la IA. Según el informe Future of Jobs del Foro Económico Mundial, la previsión es que el 41% de las empresas reduzcan su personal debido a la automatización de tareas repetitivas. Se trata de una conclusión a la que se ha llegado a partir de encuestas realizadas a responsables de recursos humanos y directivos de compañías que dan trabajo a más de 14 millones de personas en todo el mundo, y que lógicamente tendrán un impacto muy diferente según el país y el sector que se tenga en cuenta.
Profesiones en riesgo
Pero esas previsiones aventuran una pérdida de 92 millones de empleos de aquí al año 2030, y hay puestos de trabajo específicos sobre los que esa amenaza parece más clara. El informe detalla entre los oficios que se verán más perjudicados algunos que ya llevan un buen tiempo sufriendo claros recortes de personal, como los empleados de correos o de banca.
Junto a ellos tampoco hay buenas perspectivas para los vendedores de lotería, operadores de entrada de datos, trabajadores de imprenta, teleoperadores y empleados de atención al cliente, empleados de contabilidad, vendedores puerta a puerta y de periódicos, diseñadores gráficos, funcionarios y secretarias legales y peritos, examinadores e investigadores de reclamaciones.
Muchos de ellos están siendo sustituidos por sistemas de pago automático, aplicaciones móviles, asistentes virtuales y otras herramientas de gestión. Se calcula que el 39% de las competencias actuales de los trabajadores se quedarán obsoletas o se transformarán en los próximos cinco años, con lo que las empresas deberán invertir en formación continua.
Nuevas oportunidades
Eso sí, al igual que se puede destruir empleo en algunos sectores van a surgir también nuevas oportunidades y con ellas nuevos puestos de trabajo o un incremento de los actuales en algunos sectores. Lógicamente la inteligencia artificial y el big data, que requerirán de especialistas, se llevarán muchos de ellos, junto a ingenieros fintech, desarrolladores de software y aplicaciones y expertos en redes sociales.
Además, crecerán en importancia y en empleo las profesiones relacionadas con la transición energética y ecológica, con las energías renovables, la ingeniería ambiental y el coche autónomo como ámbitos claramente al alza.
Agricultura, construcción y cuidados
También tendrán un rol muy importante la agricultura y la industria alimentaria, con una población creciente y una seguridad alimentaria que hay que tener muy en cuenta. El incremento del comercio electrónico llevará también a que crezca la demanda de conductores de reparto y de empleados de logística personalizada. La construcción será un área muy activa, impulsada por nuevos proyectos de infraestructura y por el intento de desarrollo y transformación de las ciudades para que sean más sostenibles.
Y los empleos relacionados con los cuidados tendrán una importancia creciente. Por un lado, porque el envejecimiento de la población generará una mayor demanda de enfermeros, asistentes personales y trabajadores sociales. Además habrá un aumento en la contratación de consejeros y terapeutas, dada la relevancia que ha adquirido la salud mental.