La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tras el análisis de 30 cajas de bombones con distintos rellenos y sabores, ha advertido de que estos productos son, por su "cóctel de ingredientes y aditivos", ultraprocesados.
En un comunicado, fuentes de la OCU han indicado que este regalo típico de San Valentín, cuya carga calórica ronda las 65 kilocalorías para una pieza de 12 gramos, tiene un "excesivo grado de procesado".
Según su estudio, 24 de las 30 cajas analizadas han sustituido parte de la manteca de cacao por otras grasas más baratas, como la palma, el palmiste, la shea, el coco, el aceite de girasol o la grasa láctea, y en siete casos ha reemplazado el azúcar por jarabes de glucosa o fructosa.
También informa de que los bombones sin azúcar no son recomendables para personas diabéticas ya que los polialcoholes que incorporan como edulcorante provocan un aumento del nivel de glucosa en la sangre.
En su composición han detectado aditivos como la lecitina, la invertasa, el ácido cítrico, el bicarbonato, el ácido sórbico o la goma arábiga, que junto al resto de ingredientes hacen que "las valoraciones de los expertos pasteleros de la OCU apenas superan el aprobado".
LOS BOMBONES QUE APRUEBAN
Pese a que la mayoría apenas superan el aprobado, algunas de las cajas de bombones analizadas por la OCU obtienen buenas e incluso muy buenas valoraciones. Los dos dos productos mejor valorados en la calificación global son los bombones de Ferrero Rocher (precio: 6,29 €/200g) y los de Fin Carré (70% cacao) de Lidl (2,19 €/180g).