Tras la pandemia del covid-19 millones de personas han estado más atentas a la limpieza de lo que habían estado nunca. Es una especie de pequeña obsesión que se nos implantó, prácticamente sin quererlo, al vivir toda la situación de estrés y contaminación en esta pasada pandemia mundial.
Lo que parece que se ha ido olvidando con el paso de los años, y que tampoco es que hayamos estado pendientes años antes de este virus, es que las bacterias y la suciedad, en general, no solo hay que temerla fuera de casa. En el interior de nuestros hogares existe una acumulación de polvo, gérmenes y bacterias que también tenemos que tener en mente a la hora de la limpieza.
Sin embargo, no solo nos referimos a la suciedad que puedan traer las zapatillas con las que andamos por la calle, las cuales, según seguros Sura, acumulan en la suela hasta 400.000 bacterias diferentes. Los objetos cotidianos que utilizamos en nuestro día a día también son los culpables de las bacterias en nuestro hogar. Hoy te contamos cuáles son estos objetos y las formas para prevenir la suciedad extra.
Acumulación de bacterias
Cepillo dental
No es ninguna sorpresa que el cepillo de dientes encabece esta lista. Este útil tan necesario para nuestra higiene bucal acumula gran cantidad de gérmenes en sus cerdas. Lo ideal para mantener una limpieza garantizada será darles agua tras el lavado para retirar restos de comida y suciedad. Sin embargo, esto no es lo único que puedes hacer. Es recomendable cambiar el cepillo cada tres meses para asegurar, a su vez, la salud de las encías que pueden infectarse por la cantidad de gérmenes que pueda haber en el cepillo.
Mando de la televisión
Pasa desapercibido, pero su uso es muy constante como para no mencionarlo. El mando de la televisión o control remoto acumula muchas bacterias que circulan por los espacios donde lo solemos dejar, ya sea el sofá, la mesa del salón o los muebles cercanos. Como es normal, al pasarlo de una mano a otra, el mando acumula una gran cantidad de suciedad. Esto se puede arreglar dejándolo siempre en el mismo rincón y desinfectándolo de vez en cuando con toallitas.
Interruptor de luz
Los botones de los ascensores y, sobre todo, los interruptores de la luz fueron un blanco muy temido en la pandemia. La seguridad que teníamos antes de 2020 a la hora de tocar alguna superficie seguramente no vuelva a ser la misma, y con razón. Los interruptores pueden ser un foco importante de bacterias. Si nos lavamos las manos con frecuencia y los limpiamos de vez en cuando, reduciremos notablemente las bacterias que allí residan.
Esponja de cocina
Es lógico que, al ser un elemento de limpieza, acumule cerca de 300 tipos distintos de bacterias. La comida de los platos, los restos de saliva y el uso de los cubiertos con las manos hace que los estropajos acumulen toda la suciedad que hemos dejado al comer. Lo ideal es desinfectarlos con agua y algo de cloro y, por supuesto, cambiarlos cada dos semanas tal y como recomiendan los expertos.
Teclado
Si trabajas frente a una pantalla y no te queda más remedio que pasarte horas utilizando el teclado, debes saber que este también es una zona importante. Como es normal, las bacterias se doblan en cantidad si, inevitablemente, necesitas comer o picotear algo frente a las teclas. Deberías limpiar el teclado diariamente con desinfectante antes de utilizarlo y lavarte las manos a conciencia cada vez que dejes tu puesto de trabajo.
Consejos para desinfectar el hogar
Adoptar una serie de medidas higiénicas puede ayudar a mantener el hogar desinfectado. Algunas de ellas son:
1- Ventilar la casa 5 minutos al día como mínimo.
2- Limpiar las superficies de contacto frecuente a diario con agua y jabón. Ésta elimina gérmenes, suciedad e impurezas.
3- Iniciar la limpieza por las zonas menos sucias para terminar por las más sucias y desde las zonas más altas de las habitaciones a las más bajas.
4- La cocina y el baño requieren una atención especial. Hay que tener especial cuidado con las superficies que se tocan con más frecuencia: pomos y manecillas de puertas, armarios, ventanas y cajones; barandillas, pasamanos, interruptores, botones, teléfono, telefonillo y mandos a distancia; superficies de electrodomésticos, de mesas, sillas o de otros muebles, así como grifos de agua o utensilios de cocina, entre otros.
5- Tras la limpieza, hay que desinfectar las superficies, principalmente las de contacto frecuente y el baño. Para este paso se recomienda usar lejía u otros desinfectantes.
6- Si se utiliza lejía como desinfectante, hay que diluirla, por ejemplo, mezclar 20 mililitros de lejía con 980 mililitros de agua para obtener un litro de desinfectante.
7- Utilizar guantes y ropa destinada a limpieza. Utilizar un paño distinto para desinfectar.