El que marcó ayer contra el Sevilla no fue el primer gol de Ez Abde (Beni Melal, Marruecos, 17/12/2001) en El Sadar, escenario en el que ya había mojado la temporada pasada en Liga como futbolista del Barcelona, pero sí que se convirtió en el primer tanto del joven extremo con la camiseta de Osasuna, club en el que juega en calidad de cedido por el conjunto catalán hasta el final del presente ejercicio. Y el estreno goleador de Abde como rojillo tuvo una brutal trascendencia, pues sirvió para tumbar al Sevilla en la prórroga de los cuartos de final de la Copa y clasificar a su equipo para las semifinales.
Como ya ocurriera en la anterior eliminatoria, contra el Betis en el Benito Villamarín, Osasuna tuvo que disputar una prórroga, aunque en esta ocasión pudo esquivar la tanda de penaltis gracias al gol de Abde, que aprovechó un gran pase en profundidad de Jon Moncayola –el centrocampista de Garínoain completó ayer una descollante actuación como lateral derecho– para sentar primero a Badé, el central que ha incorporado el Sevilla en el mercado de invierno, y después engañar a su compatriota Bono con un disparo que se coló en la portería del cancercebero del conjunto hispalense para desatar la locura en El Sadar.
Fue un tanto liberador, tanto para el futbolista como para su equipo, Osasuna, condenado a disputar una prórroga que forzó el Sevilla con un gol de En-Nesyri en el último de los seis minutos que añadió a los 90 el árbitro del encuentro, el vizcaíno Ricardo de Burgos Bengoetxea. Y es que los rojillos se habían adelantado en el marcador en el minuto 71 con un certero remata de un enrachado Chimy Ávila.
Con la eliminatoria casi resuelta, los cambios de Arrasate fueron en una dirección claramente defensiva para defender el resultado, pero el postrero empate del Sevilla pudo convertir esta estrategia en un problema para Osasuna que Abde solucionó con un gol que provocó el delirio en la grada y la ira del técnico rival, un Jorge Sampaoli al que no le debió de gustar mucho la celebración del marroquí y se lo hizo saber pegado a su oreja. Una imagen de televisión captó el momento, así como la templanza y la felicidad del rojillo y los intentos del delegado de Osasuna, Iñaki Ibáñez, pidiendo calma al entrenador del Sevilla.
Abde metió a su equipo en semifinales de Copa, ronda que podría perderse si el rival es el Barça, supuesto en el que Osasuna tendría que abonar la conocida como cláusula del miedo para poder alinear al marroquí, propiedad del club blaugrana.