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Hayter brinda por Fraile en Labastida

El de Santurtzi, formidable, lanza al londinense, que bate a Aberasturi y Aranburu, a la victoria para liderar la Itzulia en un día en el que Pello Bilbao abandona tras la etapa
En imágenes: la Itzulia arranca su andadura en Vitoria
En imágenes: la Itzulia arranca su andadura en Vitoria

En Labastida, una paisaje con olor a vino, se descorchó Ethan Hayter, al que le llevó la copa de la victoria Omar Fraile. Hayter solo tuvo que llevarse la copa a la boca y bebérsela de trago. El de Santurzi sirvió el triunfo en bandeja a su compañero de equipo.

Lo celebró antes incluso de que Hayter se impusiera sobre Mauro Schmid, Jon Aberasturi y Alex Aranburu, que no pudieron remontar a Hayter. El inglés fue el primero en lanzar al esprint, pero nadie pudo rebelarse ante su fortaleza. El glorioso caldo lo degustó el paladar del londinense, el mejor en el asunto de la velocidad.

El primer brindis de la Itzulia lo celebró con prisas. Una cata rápida. Casi a ciegas. Explosión de felicidad para el Ineos. El mejor bouquet, ese que perdura en el tiempo y atraviesa la memoria, bañó al británico, líder inaugural de la Itzulia. Nada como el sabor del triunfo, siempre dulce y reconfortante.

Lo necesitaba Hayter, que se fracturó la clavícula al comienzo del curso en Australia. El velocista inglés se sacudió el mal fario con una victoria contundente. Le llevó a hombros Omar Fraile, que decantó el triunfo con su perfecto lanzamiento. Media victoria pertenece al vizcaino.

Juaristi, Barrenetxea y Rodríguez, en plena fuga.

Juaristi, Barrenetxea y Rodríguez, en plena fuga. Itzulia / Charly López

La fuga de siempre

Hacia los viñedos de Labastida, la tierra al sol, ordenadas las viñas, a la espera de la primera cata de la Itzulia, se enrolaron tras el cañonazo de Gasteiz Jon Barrenetxea, Txomin Juarisi y Cristian Rodríguez. Agarraron el petate de la ilusión para pujar por la subasta del maillot de la montaña en el único puerto del día.

En Opakua, Barrenetxea se aseguró el podio de media tarde. Un estupendo logro cuando el escaparate de alta joyería es inaccesible. Los sueños de los humildes suelen dar para unas horas. Bien estirados, para disfrutarlos un día entero, incluida la noche.

Sufrimiento para Pello Bilbao

La ensoñación de Pello Bilbao, uno de los jerarcas de la Itzulia, tiene que ver con la victoria final de la carrera. Al de Gernika, se le nubló el deseo, que perdió brillo. Nubes oscuras. Pello Bilbao no pasó una buena noche y amaneció con cierta debilidad. Finalizada la etapa y por problemas respiratorios, el de Gernika optó por el abandono.

Era evidente el desasosiego en su rostro concentrado. En el cuerpo le delataba su vestimenta. Se abrigó con un chaleco, manguitos y perneras. El kit para no pasar frío y poder cruzar la etapa sin más sobresaltos. Padeció el de Gernika, tachado por la enfermedad.

Por lo demás, se estabilizó el pulso entre los sueños locos de los fugados, utopías, y el control del pelotón, diestro con el carrete, despreocupado mientras el las nubes se batían en retirada. Barrenetxea y Juaristi, grandes rodadores, hablando por los codos, a relevos, danzaban sus vatios junto a Rodríguez.

Castroviejo, uno de los mayordomos de Daniel Martínez, el último vencedor de la Itzulia, era el metrónomo del gran grupo en el día con menos octonaje pero con el terreno ondulado que grapa cada cantón de Euskal Herria.

Barrenetxea y Juaristi, al podio

En el primer paso por meta, Juaristi se embolsó una bonificación. El otro esprint con premio estaba situado en Laguardia. En las carreteras secundarias que bamboleaban entre las viñas, aún peladas, mostrando los brazos, el Ineos aceleró con la idea de poner en órbita a Ethan Hayter. La renta de Barrenetxea, Juaristi y Rodríguez, un escalador, perecía en ese patchwork de la cosecha que será pero aún no lo es.

Castroviejo, infatigable, abría la comitiva. De vez en cuando se personaba el Alpecin. Con eso bastó para contraer la esperanza de los fugados, que eran casi olvido más que porvenir. En el sube y baja, se fueron al fondo siguiendo las huellas del vino.

Absorbidos los aventureros, los equipos con púrpura se situaron en el frente. Comenzaba la coreografía de los finales en Elciego, donde el fulgor de Frank Gehry destellaba desde una bodega celebérrima. Un icono del vino del lujo. No lo probaron Barrenetxea, Juaristi y Rodríguez, aplastados por la lógica y la realidad tan refractaria a los imposibles.

Pello Bilbao finaliza, pero abandona

Inalterable el paisaje de la Rioja Alavesa, el bucle de los viñedos presente en cada palmo, la etapa se reactivaba. Los líderes, a resguardo, y los escasos velocistas, o más bien los hombres rápidos que circulan despistados por la Itzulia, fuera de foco, también revoloteaban en el frente.

Se trataba de guardar la posición sin demasiadas molestias porque el viento soplaba de frente. No convenía alterarse más de la cuenta. Se firmó un armisticio que ocupaba el ancho de la carretera. Tregua. Calma. Al trote.

Ese ritmo cansino, sin ambiciones, sostenía a Pello Bilbao, una letanía, dentro de la carrera. Era una bendición para el gernikarra, al que le acompañaba el mal cuerpo. Libró el día. Una victoria antes de tener que dejar la carrera.

Lucha por las bonificaciones

El chispazo del botín de Laguardia, fijado tras una rampa, convocó la pelea de los favoritos. Aceleró Rohan Dennis para impulsar a Jonas Vingegaard. Daniel Martínez se fijó a su rueda. Marc Soler, Carapaz y Gaudu también se esforzaron para arañar un poco de ventaja.

En el espumoso pulso, el campeón de la pasada edición rascó tres segundos. Vingegaard se quedó con dos y Soler sumó uno. Las vueltas de una semana son, en ocasiones, cuestión de instantes más si cabe con la ausencia de una crono o grandes montañas.

Los pequeños pellizcos al tiempo pesan mucho en el reloj de la Itzulia. El gran reparto de tiempo se jugaba en el casino de Labastida. Se subastan manecillas en un punto de fuga amplio, abierto. Antes había que partirse la cara contra el viento.

Se trataba de medir bien, de camuflarse al máximo y brotar en el momento exacto, para no estrellarse y quedarse en un limbo. En ese escenario, Fraile, poderoso, formidable, se partió la cara por Hayter y derrotó a los porteadores del Quick-Step. El londinense se lo agradeció. Ronda pagada. Hayter brinda en Labastida.

Clasificaciones de la Itzulia

Primera etapa

1. Ethan Hayter (Ineos) 4h01:24

2. Mauro Schmid (Quick-Step) m.t.

3. Jon Aberasturi (Trek) m.t.

4. Alex Aranburu (Movistar) m.t.

5. Orluis Aular (Caja Rural) m.t.

13. Ion Izagirre (Cofidis) m.t.

14. Gotzon Martín (Euskaltel-Euskadi)m.t.

15. Omar Fraile (Ineos) m.t.

General

1. Ethan Hayter (Ineos) 4h01:14

2. Mauro Schmid (Quick-Step) a 4’’

3. Jon Aberasturi (Trek) a 6’’

4. Daniel Martínez (Ineos) a 7’’

5. Jonas Vingegaard (Jumbo) a 8’’

8. Alex Aranburu (Movistar) a 10’’

17. Ion Izagirre (Cofidis) m.t.

18. Gotzon Martín (Euskaltel-Euskadi)m.t.

19. Omar Fraile (Ineos) m.t.

59. Mikel Landa (Bahrain) m.t

2023-04-04T15:48:04+02:00
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