Baskonia continúa sin reencontrarse. No encuentra en la Euroliga, especialmente en los viajes, una mínima línea de regularidad, lo que le ha obligado a dinamitar la jugosa ventaja que tenía para entrar en un Top8 hasta ahora bastante accesible que se complica, y mucho. Anoche, en Belgrado, una muestra más. El Estrella Roja se tomó revancha de la primera vuelta, 74-63.
El partido y la derrota estuvieron condicionados, pese a que en defensa se estuvo entonado, por la escasa solvencia en ataque, si bien los porcentajes de campo fueron más certeros que el adversario. Incluso en la faceta reboteadora se fue superior, 44 por 38.
Los problemas surgieron en dos cuartos, el segundo y el tercero, esquivos ante tanta falta de acierto, además de los triples cómodos fallados, con 6 de 25, y muy especialmente en las pérdidas de balón. Entregar 19 posesiones cuando solo se recibieron 8 de manos enemigas es hacer demasiadas concesiones como para salir victoriosos de esa olla a presión que ayer fue, una vez más, el Pionir.
Dusko Ivanovic volvió a coger la insuficiente medida de su exequipo, teniendo por brazo derecho en cancha a Facundo Campazzo con una magistral lección al base, secundado por un Nemanja Nedovic estelar, autor de 20 puntos. En el bando gasteiztarra apenas se hizo la luz. Todos estuvieron en un tono apagado, a excepción del de casi siempre. Darius Thompson protagonizó 15 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias. Hasta Joan Peñarroya, algo inusual, se llevó una técnica cuando se atisbaba todo perdido.
Tras esta infructuosa jornada, restan cuatro para el cierre de esta liga regular. Con tres derrotas encadenadas, y diez encajadas en los catorce últimos partidos, desde aquella derrota en Berlín que cerraba la primera vuelta, las cuentas están claras: hay que ganar los tres partidos que ahora llegan al Buesa Arena, a los que el baskonismo se encomienda, comenzando precisamente por el Alba alemán -martes 28, 20.30 horas-. Luego llegarán Fenerbahçe y Lyon-Villeurbanne antes de un último choque harto delicado en el Pireo ante Olympiacos.
Tres de cuatro se hacen necesarios para al menos ser octavos y entrar en los anhelados cuartos de final. Al menos alivian las derrotas de Valencia y, sobre todo, Zalgiris, en Mónaco y Estambul. Y el domingo -17 horas-, también en Zurbano, el derbi de ACB contra Bilbao Basket.