El disgusto que supuso una semana atrás el K.O. en las semifinales de Copa en el entorno athleticzale está prácticamente olvidado. Dicen que las victorias en el fútbol curan todos los males y así fue este lunes en el caso del Athletic, que se rehabilitó con su contundente triunfo sobre el Levante, el colista de LaLiga Santander, que le permite meterse con todas las de la ley en la pomada por la pelea por una de las plazas que dan billete a competición europea la próxima temporada.
No en vano, el colectivo de Marcelino entendió este último éxito como todo un chute de subidón, ya que se reafirma en la octava plaza y se acerca a los puestos calientes después de que los resultados del resto de la jornada fueran positivos para sus intereses, gracias a las derrotas sufridas por el Betis, Real Sociedad y Villarreal, los tres equipos que preceden en la tabla al rojiblanco, que se sitúa a dos puntos del séptimo puesto, que podría incluso aportar billete a la Conference League en función del desenlace de la final de Copa del 23 de abril, y a cuatro del sexto. Restan por delante once jornadas por recorrer, 33 puntos por repartir, y ya son muchos los que rememoran la famosa proclama del difunto Howard Kendall cuando dirigía al Athletic (1987-90): "UEFA posible".
Lo cierto es que son muchos los que recurren ya a las cuentas de la lechera y rescatan números de campañas recientes para diagnosticar la cantidad de puntos que se requerirían para coger una de esas codiciadas plazas. Otros dejan su mirada a corto plazo, quizá la que se ajusta más a la realidad, porque serán los compromisos más inmediatos los que desvelen las opciones que pueda tener el colectivo de Marcelino, que tuvo la virtud de que sus pupilos reaccionaran de manera positivo al varapalo de Mestalla.
La Copa ya es agua pasada y es la liga la que acapara todo el foco de una plantilla y entrenador que en sus declaraciones ponen el acento en el objetivo de regresar a las competiciones continentales, de las que se ausenta la entidad bilbaina desde hace cuatro campañas, un reto que ven factible alcanzar durante las once jornadas que restan para que el 22 de mayo la competición de la regularidad baje la persiana. Para alimentar la causa, hoy mismo se han cumplido diez años de la inolvidable exhibición que ofreció el Athletic de Marcelo Bielsa en el mismísimo Old Trafford ante un Manchester United rendido al baño que recibió por parte de los leones, entre ellos Iker Muniain y Óscar de Marcos, muy protagonistas de aquel imborrable episodio y en el que ambos incluso fueron autores de dos de los tres tantos rojiblancos.
Lo inmediato llega este mismo domingo, con la visita al Benito Villamarín, donde le espera el Betis de Manuel Pellegrini, una de las revelaciones de la liga y que ocupa la quinta plaza, con seis puntos de colchón respecto al conjunto bilbaino. El partido tiene trazas de una final para el Athletic, consciente de que puede dar un golpe de autoridad ante un rival al que se le aprieta el calendario, ya que mañana afronta el encuentro de ida de su eliminatoria de Europa League frente al Eintracht Fráncfort, duelo que le puede costar su peaje, cuando además siete días después se la jugará también en el feudo alemán.
En medio, le llega el compromiso con el Athletic, que en caso de victoria se pondría a solo tres puntos del Betis, además de ganar el average particular con el conjunto verdiblanco, al que ya superó en la primera vuelta en San Mamés gracias a una llamativa remontada fraguada en los veinte minutos finales (3-2). Marcelino es consciente de esa realidad y desde mañana comenzará a trabajar una cita que el asturiano sabe que puede marcar un antes y un después en las aspiraciones europeas.
Al regreso de Sevilla, al Athletic le aguarda un pequeño respiro una vez que la competición para en el fin de semana posterior al tratarse de ventanas FIFA, descanso en el que preparará las dos citas consecutivas que deberá emprender en San Mamés ante Getafe y Elche, en este orden, un par de encuentros propicios para que los rojiblancos hagan caja. Hay que recordar que el Athletic ha sumado 23 de sus 40 puntos bajo el refugio de su afición, mientras que lejos de Bilbao sus números son para presumir, ya que, al margen de sus dos derrotas seguidas en Son Noix y en el Camp Nou, ha sido capaz de arañar 17 puntos, una estadística que le hace creíble de cara a su desplazamiento, tras consumar los dos duelos caseros mencionados, al Estadio de La Cerámica, en el que se tendrá que exigir con el Villarreal de Unai Emery, que ya hincó la rodilla en el partido de la primera vuelta en La Catedral (2-1).
Son estos cuatro compromisos más cercanos en el tiempo los que pueden aclarar muchas cosas en clave Athletic de cara a la traca final de la liga, una vez que el curso pasado Europa se difuminó muy pronto tras las dos finales perdidas en La Cartuja.