Entre las mil vivencias de Izaskun Bilbao Barandica como diputada del PNV en el Parlamento Europeo, hay una que creo que es perfectamente representativa de la diferencia entre tener o no tener representación propia en Bruselas y Estrasburgo. No se trata de una gran cuestión de principios filosóficos o ideológicos, sino de un asunto de la vida cotidiana... y de nuestra economía.
Resulta que al ocupadísimo despacho de la jeltzale llegó una llamada de alguien del sector pesquero vasco que alertaba sobre la inminente prohibición de la importación de kokotxas debido a una normativa europea. El veto se basaba en la consideración de lo que para nosotros es un manjar como desperdicio alimentario y, en consecuencia, no apto para el consumo humano.
La intervención de Bilbao Barandica y su equipo, buscando asesoría científica hasta debajo de las piedras, sirvió para demostrar a los legisladores que no cabía aplicar a las kokotxas la catalogación como desperdicio. Y ahí se paró la normativa.
Alguien al otro lado
Hay otro millón de ejemplos en materias más trascendentales. Así, también se consiguió revertir la prohibición de un anestésico de uso común y necesario en nuestro sistema sanitario después de demostrar que su aplicación no tenía ningún impacto ambiental dañino.
No extiendo más la lista, pero no puedo dejar de citar cómo la representante del PNV consiguió que se permitiera la exhibición de la ikurriña en la edición de Eurovisión de 2016, después de que hubiera sido proscrita junto, entre otras, a la enseña del Estado Islámico. Es bastante más que una anécdota.
El resumen, como venimos sosteniendo editorialmente en el Grupo Noticias, es que Europa sí importa. Pero no en el vacío o como proclama bienqueda, sino como el modo de mejorar la vida de la ciudadanía en cualquier ámbito que se nos ocurra.
Y por eso mismo, es fundamental que en el Parlamento Europeo, donde se cocinan las leyes a las que habremos de atenernos, desde lo más grande a lo más pequeño, haya alguien que descuelgue el teléfono y atienda los intereses de Euskal Herria.
A ver si nos queda claro que las elecciones de mañana no van de PP y PSOE.