La fase de grupos de la European League comenzó en Artaleku con un triunfo del conjunto guipuzcoano sobre el Aguas Santas portugués. Una muy buena segunda mitad fue decisiva en la resolución final del primer partido de una competición en la que se desconoce el valor real del oponente. Si añades que el Bidasoa llegaba después de perder en Logroño de modo inesperado, el comienzo del encuentro ofrecía dudas. Quizás, por ello, el conjunto luso se puso por delante (0-2), con tantos de Baptista y Aires Moreira. Los locales marraban dos lanzamientos desde los siete metros y tardaron en encontrar el sitio y la forma de imponerse a un equipo sin mucha envergadura, muy joven, rápido e inteligente en el juego entre líneas.
Paulatinamente, los de Artaleku ajustaron mejor su defensa, cerrando espacios y adelantando posición en las superioridades. Dos penaltis detenidos y una mayor fortaleza en las disputas consiguieron abrir poco a poco una brecha en el conjunto de Ricardo Moreira que pasó de un ajustado 8-7 a un 13-8 más desfavorable. Lejos de tirar la toalla, un tiempo muerto trató de recuperarles para seguir el plan previsto. Apeló en su discurso a conceptos más anímicos que a otra cosa y eso les sirvió para llegar al descanso (16-13), aprovechando además un bajón en la intensidad local, alguna decisión arbitral protestada y el propio valor de su juego.
El paso por vestuarios fue decisivo, porque en la reanudación los de Cuétara aceleraron el ritmo, provocaron errores en el rival y alcanzaron una diferencia que terminó por ser holgada y decisiva. A los lusitanos ya no les valía sólo con correr en acciones de contragol y en el trabajo con los pivotes. Tampoco en la defensa se imponían ante la mayor calidad individual de los guipuzcoanos. Las exclusiones respondían un poco a ese problema.
Las claves del éxito local llegaban desde la eficacia en la portería hasta el juego abierto por los extremos, camino elegido para doblegar al Aguas Santas. Como se abrían espacios, la primera línea percutió lo suficiente como para desarbolar el plan de los portugueses. Los números de Zabala, Dariel García, Cavero y Tao Gey refuerzan su protagonismo. Los dos primeros se atrevieron incluso con un fly, jugada que se ve muy poco en el pabellón irundarra.
El Bidasoa se pareció mucho a su versión habitual y con ella sentenció. Tras un irregular primer periodo, la segunda mitad respondió a lo que acostumbra a ofrecer a su parroquia. Nueve goles de diferencia, a favor de su público que debe hacer de Artaleku un fortín, porque de ello dependerá también el futuro del equipo en la competición.