El Bidasoa da un paso importante en sus aspiraciones europeas al derrotar al Pfadi Winterthur, directo rival en su objetivo de clasificarse, por un contundente tanteo (23-37) que supone batir un récord de la entidad. Hasta el momento, el mejor guarismo correspondía a la temporada 1996-97, cuando entonces ganaban en la cancha del Thrifty Aalsmeer (20-33). Por tanto, la conquista ante los suizos se convierte ahora en la máxima victoria continental. A fe que, cuando el equipo estaba tan necesitado tras perder por la mínima los dos últimos encuentros, afectado por el coronavirus y en un estado físico no envidiable, debe valorarse el enorme partido de los de Jacobo Cuétara, que protagonizaron una actuación demoledora en un duelo clave para ambos contendientes.
La ausencia de Rodrigo Salinas, con problemas musculares, dejaba al equipo huérfano de lateral derecho. Kauldi Odriozola, que ayer volvía al equipo tras dos partidos de ausencia, se encargó de ocupar esa posición que no extraña, quedando el extremo derecho en manos de Iñaki Cavero y Julen Mujika, que se estrenó como goleador en Europa. Fue una de las decisiones que debió adoptar el renovado técnico. Otras se relacionaban con el habitual manejo de tiempos y esfuerzos, más necesario que nunca, ante el inmediato panorama que afronta el equipo. La contundencia del resultado le ayudó mucho en ese sentido.
El Bidasoa no tardó mucho en presentar credenciales. Pese a encajar dos goles en las primeras acciones, puso en marcha el dispositivo previsto. Buena portería con Xoan Ledo titular y autor de tres goles, defensa firme con pocas concesiones, escasas pérdidas de balón y juego ofensivo sin prisa ante un equipo que avanzó su defensa desde el pitido inicial. Henrik Schonfeldt, uno de los que no jugó la ida en Artaleku, avanzó su posición tratando de evitar la circulación del balón y los cruces. Con eso no bastaba, porque el Bidasoa supo terminar sus acciones tanto desde los extremos, como en lanzamientos exteriores o entradas desde los nueve metros.
De este modo, el marcador fue recogiendo los frutos del buen trabajo. El cuadro guipuzcoano llegó a contar con una ventaja de seis tantos (11-17), que un último lanzamiento de Jud, desde los siete metros, dejaba en cinco cuando llegó el descanso. Los de Artaleku mostraron su mejor cara, afrontaron todas las variantes que el Pfadi proponía, tanto cuando atacó con siete como en los desdoblamientos a doble pivote. Esa renta daba valor al trabajo. No parece probable que ninguno de los dos vestuarios intuyera una segunda parte como la que desarrollaron sobre el AXA Arena.
El Bidasoa iba a más en la misma medida que su rival se descomponía por momentos. El israelí Shamir dejó de ser efectivo bajo palos, mientras que Xoan Ledo les amargaba la tarde en la otra portería, no solo por la cantidad de paradas, sino porque conseguía por tres veces subir sendos goles al marcador. Jon Azkue, que en el último partido de Benidorm sufrió problemas físicos, lideraba una revolución ofensiva que se tradujo al cuarto de hora en un parcial descomunal (3-12) que suponía una renta de catorce tantos y que dejaba sentenciada la contienda. Los de Cuétara no bajaron los brazos y mantuvieron la misma intensidad. El entrenador reservó a sus hombres y otorgó más minutos que nunca a los jóvenes Gorka Nieto, Eneko Furundarena o Julen Mujika, tanto en tareas defensivas como en ataque. Los suizos aprovecharon estos momentos finales para maquillar un resultado tremendo en su contra.
Del 15-34 se pasó al tanteo definitivo (22-37) que en nada empaña el excelente partido de los irundarras. Este miércoles viajarán hasta Polonia, ya que el jueves deben disputar otro partido de la EHF European League frente al Wisla Plock, que evidentemente es un rival mucho más complicado. Esta victoria, con el juego desplegado, le vendrá muy bien a un equipo que seguidamente viajará a Valladolid, en donde el sábado jugará un aplazado partido de liga. Estas cosas se derivan del coronavirus y de muchas incomprensiones en los despachos.