El balance de los dos años de pandemia que ha depositado el lehendakari este viernes en el Archivo Histórico de Euskadi recorre 730 días de gestión del coronavirus. En el documento Dos años de Gobernanza y Gestión de la pandemia en Euskadi, lecciones aprendidas para el futuro, el Gobierno vasco defiende que se ha realizado un esfuerzo en el ámbito económico y de la protección social, y que la comunidad autónoma se ha situado entre los seis territorios con menor incremento de defunciones y entre los tres primeros en número de tests realizados.
Pero, en esta situación inédita en la que ha habido que avanzar a través de ensayos prueba-error, el Ejecutivo de Urkullu admite que esta crisis ha dejado enseñanzas en los servicios sanitarios. Y, a futuro, este informe evita arrojar una conclusión definitiva sobre un debate que está abierto de par en par en la clase política: gripalizar la atención del covid, pasando de pandemia a endemia. Aboga por la prudencia aunque haya tocado a su fin la declaración de emergencia sanitaria.
El informe admite la necesidad de "repensar y reforzar" la atención sanitaria. Y se lamenta por la "inseguridad jurídica" a la hora de tomar medidas que limiten los movimientos de los ciudadanos y acoten los contagios pero, en este terreno, lamenta la "apatía" del Estado a la hora de dar cobertura a las comunidades. Admite que la Ley Antipandemia vasca es útil pero "insuficiente".
"DESAMPARO" ANTE LOS TRIBUNALES
En general, el informe valora en términos positivos la respuesta sanitaria, porque los datos del Ministerio de Sanidad apuntan a que a comunidad ha liderado junto a Nafarroa y Baleares el número de pruebas diagnósticas realizadas. Pero "la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto espacios de fragilidad en los servicios públicos". "Es preciso adaptar, reorganizar y presigiar la atención primaria y de medicina de familia", admite, para añadir también que se debe reforzar el modelo de cuidados y afinar la prevención en las residencias.
En el caso de la seguridad jurídica, el Gobierno vasco vuelve a dejar constar su "perplejidad" con las decisiones judiciales y, muy en particular, del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, con un juez Garrido que ha tumbado varias de sus restricciones. El Gobierno vasco cree que este tribunal ha "minimizado la razón sanitaria". Esta "inseguridad y desamparo", a su juicio, "no es aceptable" en una pandemia tan grave. "Estamos ante una disfunción que debe subsanarse. Requiere una reacción efectiva de reforma de la legislación estatal", zanja.
Cree que sería necesario, como "mínimo", que el Estado modificara la Ley Orgánica 3/1986 para clarificar para las comunidades autónomas "su marco de actuación". Defiende, en cualquier caso, que el Ejecutivo vasco ha hecho todo lo que estaba en su mano. Cree que la Ley Antipandemia ha sido "práctica y útil", si bien "su cobertura es insuficiente porque no puede cubrir lagunas y carencias que quedan fuera de su ámbito competencial". Recuerda que, en países nórdicos, se ha contado con legislaciones de "ensayo-error" aprobadas por vía de urgencia. Aboga por incorporar los aprendizajes al nuevo estatus de autogobierno.
¿DE PANDEMIA A ENDEMIA?
Por otro lado, se reconoce que el covid ha dejado de tener una afección "crítica" en los hospitales y en la actividad social, y se puede abordar con los recursos ordinarios. El informe recuerda que Finlandia o Dinamarca ya apostaron por pasar de pandemia a endemia, y este informe evita arrojar "conclusiones definitivas" y aboga por la "prudencia".
"Dos años después, no podemos todavía afirmar que la pandemia esté definitivamente superada", dicen, argumentando para ello que el virus puede mutar y que la vacunación sigue siendo muy deficitaria en los países empobrecidos. "Esta combinación de datos mantiene abierto el debate sobre la evolución que seguirá este virus a partir de ahora. El Gobierno vasco prefiere no hacer un vaticinio al respecto", concluye el documento.