Euskadi acelera en la puesta en marcha de parques eólicos

El viento siempre ha estado ahí, pero el rechazo social y político ha bloqueado durante casi dos décadas su aprovechamiento como fuente de energía. El escenario ha cambiado en gran medida cuando la guerra de Ucrania ha desnudado la dependencia energética de Europa y su sumisión a las tensiones inflacionistas. El camino no está despejado del todo y el rechazo municipal de Zalla al proyecto de Las Llanas –en un emplazamiento titularidad de Zalla, Gordexola y Güeñes– es la prueba. Sin embargo, el muro que bloqueaba cualquier actuación parece hoy menos alto. La autorización administrativa a los parques eólicos de Labraza y Azazeta es el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de 15 nuevos proyectos, que supondrían la instalación de 463 megavatios (MW) de potencia eólica instalada en la CAV, o lo que es lo mismo, triplicar la capacidad de generación respecto a los niveles actuales.

El punto de partida es residual, con siete huertos eólicos y una potencia instalada de 153 MW. Han pasado 18 años desde que empezaron a girar las aspas del último parque eólico de la CAV, el de Punta Lucero, en el Puerto de Bilbao. La tecnología ha dado un gran salto en ese tiempo y los aerogeneradores actuales producen más energía. De modo que el impacto visual y el riesgo para la fauna se reduce básicamente porque son necesarios menos molinos para alcanzar los umbrales que hacen rentable la instalación.

Y Euskadi cuenta además con una potente industria eólica. Iberdrola es el líder mundial en instalación de energía renovable y Siemens Gamesa un gigante en la fabricación de aerogeneradores, que, aunque está en fase de reestructuración para dejar atrás los números rojos, continúa engordando su cartera de pedidos. Haizea Wind, especializado en las torres de los molinos, está ampliando sus instalaciones en el Puerto de Bilbao para atender sus necesidades de producción. Saitec acaba de poner en servicio un aerogenerador flotante experimental pero conectado a la red frente a la costa de Barrika y Navacel ofrece soluciones técnicas para parques eólicos marinos.

El ecosistema, completado por numerosas compañías, es amplio y competitivo, pero hasta ahora ha centrado su actividad fuera de la Comunidad Autónoma Vasca, siendo su principal vía de ingresos los mercados internacionales.

Todas estas empresas estarán atentas al desarrollo de los proyectos que ya están sobre la mesa y, por proximidad –que permite un notable ahorro de costes– y también por voluntad de los promotores de los parques, se beneficiarán de la aceleración del desarrollo de las renovables en Euskadi.

Actualización del plan sectorial

¿En qué emplazamientos está ya planificado levantar huertos eólicos en la CAV? Gipuzkoa, que hasta ahora no contaba con ninguna instalación, a pesar de que la ampliación de Elgea en Araba pasa la muga, tiene en diferentes fases de tramitación seis proyectos, el mayor paquete. La mayoría de ellos están dentro de un triángulo que tiene Soraluze, Azpetia y Urretxu como vértices.

Dos de las actuaciones en Araba, Labraza y Azazeta, serán las primeros en ver la luz en 2024 y 2025. Lo harán tras más de cuatro años de tramitación, lo que da medida de los plazos que se manejan en el sector desde el inicio del proyecto hasta su puesta en marcha. Además tiene otras dos iniciativas programadas.

Bizkaia, por su parte, sumará tres parques a los dos que tiene en servicio en estos momentos. Orozko y la zona de Enkarterri son los emplazamientos escogidos. El Gobierno Vasco está actualizando en estos momentos el Plan Territorial Sectorial (PTS) para facilitar el desarrollo de los proyectos actuales y los que puedan surgir.

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha recordado recientemente que el PTS actual tiene localizados 78 espacios en los que la fuerza del viento –como mínimo una media anual de seis metros por segundo– garantiza un servicio eficiente de energía. El Gobierno Vasco quiere aprovechar al máximo ese mapa eólico, siempre que la iniciativa respete el entorno y la biodiversidad.

Esa será la principal condición para dar luz verde a los proyectos, pero además el Ejecutivo también se ha marcado el objetivo de que la energía producida en los parques de servicio a los hogares y empresas de la zona. De hecho, en el desarrollo de los huertos solares fotovoltaicos, que tiene a Ekian como máximo exponente, se está apostando por un modelo público-privado en el que las compañías que participan en el proyecto consumen la electricidad que se genera.

El sector calcula que cada seis megavatios (MW) de potencia eólica instalada generan la electricidad suficiente para abastecer a 6.000 hogares. De modo que los 463 MW programados más los 153 que ya están en marcha darían cobertura a más de la mitad, unas 620 viviendas, de los vascos. Otra cosa son los plazos de materialización de las actuaciones. La consejera Arantxa Tapia pidió a Europa el domingo pasado en una entrevista concedida a este diario agilizar de forma temporal los trámites de cara a alcanzar los objetivos marcados de autoabastecimiento fijados desde Bruselas en el horizonte de 2030. Dedicar cuatro años a la maduración de una actuación no cuadra con los ritmos marcados.

A favor juegan cuestiones como el desarrollo tecnológico del sector. El aerogenerador terrestre más potente de Siemens Gamesa alcanza ya los 7 MW de potencia instalada. Así que hoy en día, un parque modesto como el último puesto en marcha en Euskadi en El Abra de Getxo –cinco aerogeneradores y 10 MW de potencia– podría superar los 30MW. En el quién es quién del desarrollo de parque en Euskadi destacan el Ente Vasco de la Energía e Iberdrola, que suman fuerzas en Aixeindar y Capital Energy como agentes más activos. La compañía noruega Statkraft anunció a finales del año pasado dos proyectos en la muga entre Araba y Gipuzkoa que suman 85,8 MW. El movimiento es constante.