La incertidumbre económica está a la orden del día. Los récords de recaudación tributaria y un crecimiento interanual del Producto Interior Bruto (PIB) en Euskadi del 4,9 % en el segundo trimestre y una previsión de subida del 3,5 % para finales de año intentarán ser alivio suficiente para una inflación que no deja de golpear a la sociedad vasca y que alcanza en julio su nivel máximo desde hace 38 años. Una inflación que sigue ⎼y según las previsiones seguirá⎼ creciendo y lo hace a un ritmo mayor que los salarios de los trabajadores.
Hablamos de nuevo del dichoso alza en el coste de la energía y de la falta de suministros que alimentan un crecimiento de la inflación que parece no tener fin y agravan la incertidumbre y la visión pesimista de la economía vasca. Aunque no todos los datos son malos.
Mientras el Índice de Precios de Consumo (IPC) se sitúa en un incremento del 9,6 %, su nivel más alto desde septiembre de 1984, los convenios colectivos registrados hasta junio recogen una mejora salarial de solo el 5,09 % en Euskadi, según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
El último dato disponible sitúa el IPC de Euskadi en un aumento del 9,6 %, entre otras cuestiones por el impulso al alza de los precios de las materias primas y de la energía. Una cifra, que según el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Aizpuru, además de ser “muy elevada”, no está claro que haya tocado techo, a pesar de que ya se esté viendo un abaratamiento que se irá trasladando, dice, al resto de productos.
Así, el Colegio Vasco de Economistas prevé que los precios cierren el año en cuotas inusualmente altas, pero hablan de políticas que podrían contribuir a controlar la inflación entre las que destacan las de potenciar el pacto de rentas y establecer controles de precios por parte del gobierno y bajar los impuestos al consumo como el IVA sobre alimentos, energía y carburantes.
AUMENTO DE PRECIOS
Esta subida se debe, principalmente, al aumento de los precios de los alimentos, de la bebida y de la electricidad, y al comportamiento del vestido y calzado, cuyos precios bajan menos que el año pasado. Sin embargo, comienza a ser palpable el existente descenso en el precio de los carburantes, que han aflojado el altísimo ritmo de subida que venían marcando desde hacía un año.
Asimismo, la inflación subyacente (que no tiene en cuenta la energía ni los alimentos sin elaborar) asciende hasta el 6,1 %, la más alta desde enero de 1993. Un valor que preocupa especialmente a los expertos porque su crecimiento consolida un ascenso estructural de los precios que puede devenir en la llamada inflación de segunda ronda a partir de otoño.
A este desequilibrio entre inflación y salarios se le suma, por si no fuera suficiente, la consistente caída del euro frente al dólar. Esta depreciación, aunada a la subida de los tipos de interés, van a provocar un encarecimiento de los préstamos e hipotecas y un menor poder adquisitivo.
Si bien para hacer frente a dicho desequilibrio, el lehendakari Iñigo Urkullu, aprobó a finales de julio un “alivio fiscal” de 250 millones de euros y una reducción de impuestos de modo generalizado a través de un ajuste en el IRPF. Una deflactación de los tramos de tarifa del IRPF del 4 %, que se añade al 1,5 % que se fijó en enero y que acumula un 5,5 % para este año 2022.
Esta medida, en palabras del sindicato ELA y de la portavoz parlamentaria de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, es un “fraude” para unos y “apenas corrige el efecto de la inflación” para la otra, porque el dato de ajuste del IRPF queda muy lejos del de la inflación.
NUBES Y CLAROS
A pesar de la incertidumbre y de la inflación, un dato importante que asienta un poco las bases de la economía es que el mercado de trabajo mejora de forma continuada. Se han venido registrando aumentos de afiliación en la Seguridad Social del 2,5 % en el primer trimestre y del 2,4 % en el segundo. Además, según las previsiones económicas de Funcas (‘think tank’ dedicado a la investigación económica y social), la tasa de desempleo en Euskadi podría situarse en tan solo el 9 %, siendo la mejor marca del país.
El Departamento vasco de Trabajo y Empleo dirigido por Idoia Mendia, destacaba a principios de semana que en julio el desempleo bajó en Euskadi en 448 personas con respecto al mes anterior y se suma un total de 8.008 parados menos que en el mes de julio del pasado año. Además, este julio ha mostrado los mejores datos de paro de cualquier mes desde hace más de trece años.
Contratación. Euskadi consolida la indefinida, que se sitúa en el 26,31% del total, frente al 9,3% con el que se cerró 2021, antes de que entrara en vigor la reforma laboral. En total, el pasado mes se firmaron 70.226 nuevos contratos, de los que 18.475 fueron indefinidos.
La contratación temporal, con 51.751 contratos el mes pasado, bajó un 8,97% en relación a junio (5.097 contrataciones menos) y se redujo un 28,82% con respecto a un año antes (20.949 contratos menos).
PIB y RECAUDACIÓN
Otro dato que alimenta el optimismo es la previsión de crecimiento del PIB en Euskadi del 3,5 % este año, según el Observatorio Regional del BBVA. Un gran estímulo para el desarrollo.
Además, la recaudación fiscal vasca suma 6.433,1 millones de euros hasta el mes de junio, casi un 9 % más que lo respectivo al mismo periodo de 2021. En Bizkaia, la recaudación ha sumado 3.929,2 millones de euros, un 8,2 % más que en los seis primeros meses del pasado año. En Gipuzkoa, se suma hasta junio una recaudación de 1.693,9 millones, lo que significa un incremento del 10,3 %. Y en Araba, asciende hasta los 810 millones de euros, una subida del 9,5 %.
POR COMUNIDADES Entre enero y junio en Bizkaia, los impuestos directos han aportado 1.569,1 millones de euros, un 8,8 % más, de los que 1.330,9 millones corresponden al IRPF, que ha crecido un 12 %. Destacan los incrementos de las retenciones de trabajo (6,6%), los pagos fraccionados de actividades profesionales, empresariales y artísticas (20,3%), las retenciones sobre ganancias patrimoniales (12,5%) y el gravamen especial sobre premios (277,3%). Además, los impuestos indirectos han alcanzado los 2.177,6 millones, un 5,3% más, de los que 1.477 millones corresponden al IVA, con un aumento del 4,9 %.
En Gipuzkoa, el IRPF recaudaba 724,9 millones de euros, un 2,9 % más y el Impuesto de Sociedades ingresaba 95,7 millones, el 23,4 % más. También el IVA aumentaba su recaudación en un 20,6 % alcanzando los 477,5 millones de euros y destaca la bajada en un 79,4 % del impuesto sobre la electricidad, que deja la recaudación en los dos millones de euros.
El crecimiento de la recaudación en Araba por tributos directos se sitúa en el 14,5 % con 401 millones, donde el IRPF aumentaba un 13,3 % con un total de 343 millones de euros de recaudación por las retenciones de trabajo. El Impuesto de Sociedades también sufría un aumento, del 29,6 % esta vez, para recaudar 41 millones de euros.
Esta recaudación récord conseguida hasta junio y el aumento del PIB hasta el segundo trimestre de lo que va de año, podrían anticipar un buen dato de crecimiento económico en el tercer trimestre, pese a las malas perspectivas que presenta el otoño, y ayudan a afrontar la incertidumbre que genera la inflación y que nos lleva ahogando desde que comenzó la subida de los precios.