Osakidetza ha arrancado los programas piloto para el cribado del cáncer de pulmón y el cáncer de próstata, una novedad dentro de los cribados que identifican los riesgos oncológicos en un determinado grupo de población. Además estas pruebas son capaces de detectar la enfermedad en sus primeras fases, lo que facilita los tratamientos y reduce la mortalidad. Isabel Portillo, la coordinadora del cribado de cáncer colorrectal y del Prenatal, unos de los de mayor éxito, asegura que habrá que esperar y observar los resultados de estos planes experimentales para extenderlos a toda la población. “Vamos a validarlos a nivel europeo, coordinados con otros países y regiones. Veremos cómo funcionan y qué parámetros debemos mejorar, igual que hicimos en su día con el screening de colon o de mama”, señala. Y es que esta iniciativa se enmarca en el proyecto Joint Action CanScreen, que ayuda a introducir una gama más amplia de pruebas o ampliar los programas de cribado a otros destinatarios y a otros tipos de cáncer.
En concreto, el hospital de Cruces busca ya reclutar a mil personas entre 40 y 80 años para el piloto de pulmón, que es la causa más frecuente de fallecimiento por enfermedad oncológica del mundo. Buscan a personas que no hayan sufrido un cáncer anteriormente y que tendrán que someterse a encuestas, test sanguíneos, frotis de sudor y escáners, así como un seguimiento posterior.
“La UE aconseja estos pilotos para ver cómo implementarlos y saber qué recursos necesitamos. Hay que analizar cómo se pone en marcha. No se puede extender a toda la población de repente. Hay muchos biomarcadores que ajustar y todavía no hay una evidencia científica tan sólida de estas pruebas de cribado”, matiza Portillo. “Ahora estamos haciendo la planificación, y el proceso de reclutamiento”, aclara la especialista.
Dentro de las intervenciones preventivas contra el cáncer, Osakidetza ha decidido también extender el cribado de cáncer colorrectal hasta los 74 años. “Cuando se aprobó el programa se fijó la edad entre 50 y 69 años. Pero las últimas recomendaciones europeas, ya nos indicaban que tendríamos que hacerlo hasta los 74. Además si el cáncer colorrectal aumenta con la edad y ahora la esperanza de vida es más alta, hay más personas con riesgo de desarrollar estas lesiones”.
Gracias a este tipo de diagnóstico precoz se han detectado desde 2009 4.519 lesiones malignas ya que se han detectado 7 de cada 10 tumores en estadios iniciales, lo que permite un mayor índice de supervivencia y aplicar tratamientos menos agresivos. De hecho, la supervivencia de los pacientes con cáncer de colon o recto que participan en el cribado de Osakidetza aumenta en un 95%.
Además, se está trabajando para evaluar otras pruebas de cribado para estos tumores, los más frecuentes en Euskadi. “La sangre oculta en heces tiene una sensibilidad muy alta, más de un 85%. Además es una prueba muy fácil porque es enviada al domicilio, y se deposita en el centro de salud sin ningún trámite. Pero queremos valorar otros marcadores para mejorar esa sensibilidad. Está todo en fase de investigación porque aún no están recomendados como cribado, sí como prueba de precisión pero en casos concretos. Lo que queremos hacer es seguir investigando de forma pionera y ver en qué medida estos marcadores genéticos nuevos van a mejorar esa precisión”, subraya.