Euskadi afronta su semana más crítica para rebajar el descontrolado aumento de positivos de la Navidad y comienza a atisbar las primeras señales de que podría estar entrando en una "fase de estabilización" de contagios. De hecho, y según describe la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, "ha iniciado una bajada lenta en la evolución del coronavirus y comienza a ver un cambio de tendencia en la situación epidemiológica".
Los datos avalan el cambio de signo al sumar en la jornada del lunes 5.502 nuevas infecciones. Asimismo ha conseguido reducir la tasa de incidencia a 5.933 casos por 100.000 habitantes, cuando el día anterior eran 6.235. Trescientos puntos menos en una sola jornada.
De esta forma, se espera que esta semana la sexta ola empiece a entrar en fase de meseta y a continuación descienda la curva. Porque en las plantas de los hospitales vascos hay actualmente 741 pacientes, 75 menos que el pasado martes, y son 131 las personas ingresadas en UCI, ocho menos que hace una semana.
Entre las señales de mejora, se encuadra el descenso del número reproductivo básico (RO), que mide a cuántas personas de media contagia alguien infectado de covid, que se sitúa en 0,83.
¿CAMBIO DE TENDENCIA?
Ante estos datos, Sagardui estima que "se comienza a ver un cambio de tendencia en la situación epidemiológica" y subraya que la incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 días "lleva bajando desde el 11 de enero, tras alcanzar los 7.038 casos".
"Hemos iniciado una bajada lenta en la evolución epidemiológica", reitera, sin querer lanzar la campanas al vuelo ya que hay que tomar este cambio de tendencia "con prudencia". "Debemos ver cómo evoluciona la pandemia en los próximo días".
Sin embargo, la máxima responsable de Salud no atribuye esta mejoría a los cambios de protocolo y a la modificación del conteo de casos introducida por su Departamento la semana pasada.
A su juicio, esta variación "coincide con tres factores principales: la disminución de las interacciones sociales tras el periodo navideño, que han pasado dos semanas tras el refuerzo en prevención de las últimas medidas adoptadas, y la adaptación de protocolos y medidas organizativas para centrar la acción en quienes más lo necesitan".
De hecho, Sagardui defiende la conveniencia de "adecuar" la forma de trabajar a las características de cada variante. Y asegura que la sexta ola, con la ómicron, es "una época distinta". Por eso ahora solo se hacen test a los contactos estrechos vulnerables y solo se verifican los positivos de test caseros de personas con síntomas graves y trabajadores que precisen la baja médica.
"NO HACEMOS POCAS PRUEBAS"
Ante la bajada drástica de pruebas diagnósticas, descarta de plano la idea de que se hagan pocas y asevera que "no hay limitación de pruebas" ya que quien necesite que Osakidetza le haga una prueba "no va a tener dificultades".
"Estamos por encima de las 15.000 pruebas, no podemos decir que sean pocas", argumenta la consejera, quien precisa que la media de pruebas diarias en los últimos diez días es de 22.000, aunque admite que se han llegado a realizar 36.000 en una solo jornada.
Además, insiste en que es necesario comparar estos diagnósticos como otros dos indicadores como la ocupación en planta y en las UCI, así como con las medias de test que se realizan en otras comunidades. "El número de pruebas realizadas en Osakidetza sigue siendo sensiblemente superior a la media, cercano a duplicarla", asegura.
Es por ello que, por ejemplo, ya no se llevan a cabo cribados masivos. Euskadi se encuentra en una situación de "transmisión comunitaria donde la localización de brotes, por ejemplo, pasa a ser anecdótica, a diferencia de otras ocasiones de la pandemia", dice Sagardui.
LOS HOSPITALES TODAVÍA TENSIONADOS
De hecho, en los dos últimos días se han registrado una medida de 70 ingresos hospitalarios por covid-19 en planta, cuande hace bien poco se elevaban a cien cada día. "Siguen siendo unos datos muy importantes, pero es otro indicador que invita a pensar que estamos en ese cambio de tendencia", resume Sagardui.