En Euskadi hay 77 agresores machistas con pulseras telemáticas para prevenir casos de violencia de género. Así lo ha revelado el consejero de Seguridad del Gobierno Josu Erkoreka, que aseguró que en los últimos dos meses han aumentado un 22% las vigilancias a mujeres maltratadas.
En una entrevista en el programa Faktoria de Euskadi Irratia, Erkoreka ha asegurado que cada vez es más evidente que además de proteger a las mujeres “también hay que controlar a los potenciales agresores”. Un cambio de paradigma en la lucha contra la violencia machista que se está dando en el último mes tras el incremento de los asesinatos machistas en todo el Estado.
Y es que las instituciones han comenzado a enfocar las medidas contra la violencia machista en vigilar a los agresores. De hecho, como se ha anunciado desde hace semanas, el Gobierno de España está estudiando cómo comunicar los antecedentes a una mujer que comienza una relación con un maltratador.
Así, el consejero de Seguridad se ha referido a la violencia machista para señalar que, hasta ahora, las medidas más importantes que se han adoptado han estado dirigidas a dar protección a la mujer.
En este sentido, ha explicado que en Euskadi 48 mujeres tienen escolta, algo que, según ha apuntado, no tiene parangón a nivel estatal, mientras que 206 mujeres llevan cierta contravigilancia y más de 111 mujeres disponen de un teléfono Bortxa, que las pone en contacto directo con la Ertzaintza de manera urgente. En este sentido, los servicios de contravigilancia que realiza la Ertzaintza para mujeres han aumentado un 22% en dos meses.
Foco en los agresores
Tras señalar que se trata de medidas para la protección de las mujeres, “que es lo más importante”, ha incidido en que ahora, cada vez más, se pone el acento en “tener bajo control a potenciales agresores”. “En Euskadi también se toman medidas para ello. Tenemos a 77 potenciales agresores con pulsera telemática. Esto no ocurre en otros lugares. Aun así, hay casos en los que escapan del control policial”, ha añadido.
Como ejemplo, apuntó que los instrumentos para medir el nivel de riesgo de las mujeres son diferentes. En Euskadi se utiliza el sistema EBA, Etxekoen eta Emakumeen Babesa, “que es mejorable, pero que es un buen sistema”.
Por otro lado, el vicelehendakari ha defendido la importancia de centrar la atención en los agresores, aunque jurídicamente existen problemas para ello porque hay que garantizar el derecho a la protección de datos. En todo caso, Erkoreka ha explicado que se estudia la posibilidad de compartir los datos de los agresores en los casos más graves, aunque “es complicado medir qué caso es lo suficientemente grave”