Euskadi cerró noviembre de 2022 con un superávit de 347 millones de euros, el equivalente al 0,44 % del PIB regional, una cifra muy inferior a los 1.011 millones que alcanzó el mismo mes del año anterior.
Según los datos de ejecución presupuestaria publicados este lunes por el Ministerio de Hacienda, Euskadi, Asturias, Canarias, Nafarroa, Baleares y La Rioja fueron las seis únicas comunidades autónomas que terminaron con superávit el pasado mes de noviembre, cuando hace un año fueron todas menos dos
A la cabeza del superávit cuando quedaba un mes para el cierre del ejercicio se situó Euskadi, tanto en cifras absolutas (347 millones de euros) como en porcentaje del PIB (0,44 %), por delante de Asturias (101 millones, 0,39 %), Canarias (158 millones, 0,34 %), Navarra (69 millones, 0,31 %), Baleares (76 millones, 0,23 %) y La Rioja (16 millones (0,17 %).
Tanto estas seis comunidades como las otras 11 que acabaron noviembre con déficit empeoraron sus cifras respecto al mismo mes de 2021, en mayor medida Canarias, que ha pasado de 1.244 millones de euros de superávit (2,92 % del PIB) un año antes a esos 158 millones, (0,34 %).
Entre la autonomías con déficit, las cifras más altas en noviembre correspondieron a la Comunidad Valenciana, tanto en cifras absolutas (2.819 millones de euros) como en porcentaje del PIB (2,27 %), y a Murcia (803 millones, un 2,26 %).
Cataluña, segunda en cifras absolutas, con 2.012 millones de euros, acabó noviembre con un déficit del 0,80 % del PIB, superado por Castilla-La Mancha (1,86 %).
El Ministerio de Hacienda ha destacado en una nota informativa que el conjunto de la Administración regional registró un déficit en noviembre de 2022 de 7.304 millones, lo que equivale al 0,55 % del PIB, frente al superávit del 0,68 % alcanzado en el mismo periodo del año anterior.
Este resultado, ha indicado, obedece a un aumento de los gastos del 7,5 %, mientras que los ingresos decrecen a un ritmo del 0,6 %.
Esta diferencia se debe, principalmente, a un descenso de los ingresos como consecuencia de las menores transferencias recibidas del Estado al margen del sistema de financiación al no ser necesarias por la mejora de la pandemia.
Por el lado del gasto, el incremento se ha debido, entre otras razones, al mayor gasto por transferencias, 8.447 millones más, que ha supuesto la liquidación definitiva de 2020 respecto a la liquidación definitiva de 2019.