Una despedida transversal a quien fue un lehendakari “de todos y para todos”. Numerosos representantes políticos e institucionales, así como cientos de ciudadanos, han rendido un último adiós a José Antonio Ardanza en la capilla ardiente instalada en Ajuria Enea bajo una gran expectación, fruto de la personalidad de quien se erigió en la primera figura más longeva al frente del Gobierno vasco desarrollando una gestión forjada en los acuerdos entre diferentes y en plantar cara en los tiempos más duros del terrorismo. “Trabajamos juntos, pensamos juntos y lloramos juntos”, ha rememorado el lehendakari ohia, Juan José Ibarretxe, que recogió el testigo de quien compartió con él “muchas ideas, llantos, ilusiones y el amor por el pueblo vasco”.
Su féretro ha llegado al Palacio sobre las diez de la mañana, siendo recibido por el lehendakari Iñigo Urkullu y la familia –viuda, hijos y nietos–, flanqueados por ertzainas con el uniforme de gala; y tras escucharse el Gora ta gora, ondeando la ikurriña a media asta, seis agentes de la Policía vasca introdujeron el ataúd en la residencia oficial de los lehendakaris, engalanada con coronas de flores. Los primeros en rendir tributo han sido los consejeros del Ejecutivo vasco y los miembros de la Mesa del Parlamento, para después poder hacerlo los ciudadanos anónimos. Por allí ha pasado su predecesor en el cargo, Carlos Garaikotxea, quien ha expresado su “respeto y afecto” a Ardanza pese a las “discusiones” que, según admite, mantuvo en su día con él. “Era una buena persona, un hombre de buena pasta. Así le debemos recordar y respetar. He venido aquí para expresar esta valoración de su calidad como dirigente y persona”, ha aseverado. También han desfilado exconsejeros y colaboradores en los gobiernos de Ardanza como los exvicelehendakaris Jon Azua (PNV) y Ramón Jáuregui (PSE), el exconsejero de Interior Juan María Atutxa (PNV), el de Educación Iñaxio Oliveri (EA), Vivienda, Patxi Ormazabal (EA) y Cultura, Mari Carmen Garmendia (PNV).
Un emocionado Atutxa ha despedido a “una gran figura institucional, una gran persona y un gran amigo”, con el que trabajó codo a codo durante ocho años. “Me siento honrado de haber formado parte de sus gobiernos. Sus esfuerzos dieron sus frutos”, ha recordado. Jáuregui, que ha asistido junto con la delegada del Gobierno en la CAV, Marisol Garmendia, y dirigentes socialistas, lo catalogó como “un hombre clave, el hombre de la paz, del pacto, del autogobierno y del autonomismo”. “Muy probablemente la historia todavía le colocará en un lugar más alto del que quizás tengamos hoy en nuestra perspectiva”, ha apostillado. Por su parte, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, ha reivindicado el legado de Ardanza llamando a seguir su ejemplo para “seguir hacia adelante” y llevar a Euskadi “a una situación mejor”. “Orgulloso” el PNV de haber contado con una figura como él, ha evocado cómo inició su trayectoria política “en condiciones muy complicadas”, durante la etapa de clandestinidad de la formación jeltzale en la dictadura franquista. “Siempre se caracterizó por su vocación de servicio público” y por su espíritu “práctico”, ha precisado Ortuzar.
Los cimientos de la actual Euskadi
El candidato del PNV a la Lehendakaritza, Imanol Pradales, ha destacado que “puso los cimientos de la Euskadi actual en paz y de una Euskadi de bienestar”, herencia que a su partido le corresponde continuar “y por lo tanto, cuidar la estabilidad, la convivencia, gobernar para todas y para todos, y avanzar en bienestar”. Incidió además en “su compromiso firme con la paz y la convivencia en este país”. “Defendió la democracia por encima de cualquier otra cosa y, sobre todo, combatir la violencia y el terrorismo en aquellos años de plomo. Fue un lehendakari que impulsó decididamente el autogobierno en Euskadi, que consiguió nuevas transferencias fundamentales para nuestro bienestar actual, como por ejemplo Osakidetza. Tuvo que enfrentarse a la reconversión industrial y a la reconstrucción económica. Fue el lehendakari que trabajó para todas y para todos, que entendió a Euskadi como una Euskadi plural”, ha explicitado Pradales.
El candidato de EH Bildu, Peio Otxandiano, ha querido “estar presente en el momento en el que esta parte del país ha perdido un lehendakari”, al que ha mostrado su “máximo respeto” y el de su formación, mientras que el del PSE, Eneko Andueza, ha enfatizado la tarea de “un hombre de paz” que se dedicó a construir “una Euskadi mejor”. El candidato del PP a lehendakari, Javier de Andrés, ha subrayado que Ardanza “sembró las bases del suelo ético” y ha afirmado que su partido le realizará un “homenaje permanente” respetando el Pacto de Ajuria Enea. Alba García, de Sumar, ha elogiado que “hizo mucho por Euskadi” y, desde Podemos, su líder en la CAV, Pilar Garrido, ha dicho que fue “un hombre de paz que creyó en el diálogo”. El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, cree que fue referente de la política “fundamentada en valores” y trabajó en favor de “la convivencia y la cohesión social” para que en Euskadi “pudiéramos vivir unos junto a otros”.
Con presencia del mundo de la cultura, con el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zuaza, y del deporte, con José Ángel Iribar representando al Athletic; tampoco han faltado el expresidente del EBB y actual presiente de Repsol, Josu Jon Imaz; el exdiputado foral de Bizkaia, José Luis Bilbao; o el exdirigente de Unió Josep Antoni Duran i Lleida.
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El obispo de Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, ha realizado un pequeño responso en la capilla ardiente. Será uno de los que oficien el funeral del lehendakari junto a los obispos de Donostia y Bilbao, junto a Mario Iceta con el que tenía una estrecha relación.
Juan Mari Atutxa, consejero de Interior desde 1991 a 1998, ha protagonizado otro de los momentos más emotivos de la capilla ardiente al saludar a la familia de José Antonio Ardanza.
Beatriz Artolazabal encabeza la delegación de la corporación municipal jeltzale de Gasteiz que ha acudido a Ajuria Enea.