El Gobierno vasco ha puesto en marcha una nueva estrategia para tratar de fomentar el voluntariado en la sociedad, en el que actualmente está involucrada el 13,4 % de la población de Euskadi.
La viceconsejera vasca de Políticas Sociales, Lide Amilibia, y el vicepresidente del Consejo Vasco del Voluntariado, José Alberto Vicente, han presentado este martes en Gasteiz las líneas maestras de la Estrategia Vasca de Voluntariado 2021-2024.
Amilibia ha recordado que actualmente en torno al 70 % de la población vasca participa en alguna actividad de carácter social o político y que el 13,4 % desarrolla tareas de voluntariado en alguna organización del Tercer Sector. "Nuestro deseo, el del Gobierno vasco y el de todas las personas implicadas en la elaboración de esta estrategia, es que esos porcentajes suban aún más" porque de ese modo "nuestra sociedad será más consciente de sí misma, más participativa y más capaz de actuar por sí misma", ha subrayado Amilibia.
El objetivo de dicha estrategia, en cuya elaboración han participado 41 entidades de voluntariado, es lograr "una sociedad activa, despierta, movilizada, dispuesta a comprometerse con las causas que lo merecen, dispuesta a ayudar desinteresadamente y a echar una mano", ha explicado la viceconsejera.
Las cuatro grandes líneas de actuación que recoge el documento presentado es crecer en incidencia social y política de la acción voluntaria, fortalecer el voluntariado y sus organizaciones, impulsar la cultura de la participación y la solidaridad, y actualizar los marcos conceptuales y normativos del voluntariado.
Para ello se elaborará un plan de comunicación para dar visibilidad a las actuaciones que se pongan en marcha, se creará una Escuela de Voluntariado para formar a los voluntarios, se establecerá un sistema de reconocimiento de las competencias de la acción voluntaria y se unificarán los programas de sensibilización educativa actuales de las agencias de voluntariado, entre otras tareas.
El vicepresidente del Consejo Vasco de Voluntariado, José Alberto Vicente, ha reconocido por su parte que cuesta conseguir avances en algunos aspectos y ha enumerado una serie de mejoras pendientes como dar mayor visibilidad a "la riqueza y la pluralidad que existe en el movimiento asociativo y potenciar la presencia del voluntariado en los espacios de decisión".
Mejor formación para una intervención de calidad, abordar procesos de digitalización en las asociaciones de voluntariado, explorar nuevas formas de participación social derivadas de esa digitalización y mantener a los nuevos voluntarios que se han sumado a esta tarea por la pandemia, son otros de los objetivos pendientes.