Los colegios electorales abren este domingo las puertas para votar el nuevo Parlamento Europeo en un contexto de incertidumbre total sobre el resultado en la comunidad autónoma vasca y en la navarra por la elevada abstención que suele registrarse en esta cita, pero también por la ausencia de encuestas propias a una escala territorial. Que la única pista disponible sobre las elecciones europeas la ofrezcan los sondeos estatales como el CIS es otro de los efectos que tiene el sistema de votación por circunscripción única donde, a pesar de la existencia de comunidades autónomas y un nivel amplio de descentralización, los 61 escaños del Estado español se votan a nivel estatal y no por territorios. Este sistema diluye el peso de los votos autóctonos y complica que los partidos con implantación solo en sus territorios de origen logren un escaño, un efecto que se agrava si la participación es baja en la CAV y Nafarroa y es más alta en el Estado.
Además, si el ciclo de inestabilidad permanente en el Estado ha eclipsado en los últimos tiempos a la política vasca, esta vez ha sido más patente, en unas elecciones donde ya de por sí PP y PSOE suelen presentarse como el voto útil frente al PNV y EH Bildu con el argumento de que, como máximo, aspiran a un escaño cada uno sobre un total de 720 asientos europeos. La cabeza de lista del PNV y de la coalición Ceus, Oihane Agirregoitia, ha tratado de combatirlo con un programa para Euskadi, frente a la ausencia de menciones a lo vasco en las propuestas del PP y el PSOE. ¿Lo logrará? El PNV está satisfecho con el intenso trabajo de su equipo, pero cerró la campaña reforzando la llamada a votar ante la extrema polarización que existe entre el PSOE y la ultraderecha, en un momento en que los socialistas presentan cualquier propuesta como simples castillos en el aire si los ultras acaban entrando en la Comisión Europea. El PNV coincide en frenar a los ultras, de derecha o de izquierda, pero insiste en pensar en el día después, porque cinco años pueden hacerse muy largos sin una hoja de ruta en clave vasca.
Están llamados a votar 1.791.167 ciudadanos de la comunidad autónoma vasca y 523.957 de la navarra. En el Estado español, el PNV lidera la Coalición por una Europa Solidaria con Coalición Canaria, Geroa Bai, los baleares Proposta per les Illes y el apoyo de exlíderes del PDeCAT y socios gallegos y valencianos. EH Bildu forma parte de la alianza Ahora Repúblicas que lidera ERC, con Pernando Barrena en la segunda plaza. Sus otros socios son BNG y Ara Més. No hay listas transnacionales, lo que implica que Iparralde no puede votar exactamente a estas coaliciones, pero sí puede votar al PNV, que forma parte de la plancha de Écologie Positive et Territoires, con Jean Tellechea en la novena posición. No puede votar a EH Bildu porque EH Bai, su marca al otro lado de la muga, no se presenta al no haber alcanzado un acuerdo con fuerzas ecologistas ni naciones sin Estado, lo que ha dado una baza al PNV para presentarse como el único partido que concurre en los siete herrialdes. En Nafarroa, Geroa Bai ha denunciado también la incomparecencia de UPN.
1987, el único tropiezo del PNV, tras la escisión de EA
En la comunidad autónoma vasca, el PNV siempre ha ganado las elecciones europeas y ha logrado un escaño salvo en los primeros comicios, los de 1987, que fueron una auténtica debacle porque la situación interna en el partido jeltzale era una calamidad tras la escisión de EA. Ganó la izquierda abertzale por 2.295 papeletas, la única vez en la que ha logrado imponerse al PNV.
¿Cuál es el número de votos necesario para lograr el escaño? No hay una respuesta fija porque depende del nivel de abstención. La participación solo ha superado el 60% cuando estas elecciones han coincidido con las municipales y forales. En ese caso, hacen falta más votos. Ahora, las elecciones europeas se celebran en solitario y se prevé que la participación vuelva a situarse entre el 40% y el 50%. Con esa participación en el Estado, superar la barrera de los 300.000 en la circunscripción estatal bastaría para lograr representación (dentro de esa horquilla, cuanto más se acerque al 50% o lo supere, más votos harían falta). En 2014, con una participación en torno al 43% en el Estado y del 43,10% en Euskadi, el PNV logró 208.987 votos solo en la comunidad autónoma vasca.
El PNV nunca ha bajado de los 200.000 votos en ninguna convocatoria. Geroa Bai aportó unas 27.000 papeletas a Ceus en 2019; y el peor resultado de Coalición Canaria ascendió a 69.460 votos, así que, sumando su fuerza y la del resto de socios, los jeltzales confían en revalidar el escaño. Pero, ¿es tan fácil? No lo es, porque esta cuenta saltaría por los aires si la participación en Euskadi es baja pero sube en el Estado por la activación del voto de la derecha y del PSOE por la investigación a la mujer del presidente español, Pedro Sánchez.
EH Bildu tiene a favor la movilización del electorado de la izquierda abertzale en cualquier circunstancia y más ahora que interesa transmitir que hay un cambio de ciclo a su favor. No obstante, tras empatar a escaños con el PNV en las autonómicas y quedarse a menos de 30.000 votos de distancia, no se ha marcado como objetivo ganar en la comunidad autónoma vasca, sino en la suma con Nafarroa, confiando en su fortaleza en la comunidad foral y sin contar Iparralde, donde no se presenta. A modo de curiosidad, en las europeas de 2014, también en plena euforia de Bildu, se quedó a una distancia muy similar del PNV en la CAV, a 31.293 votos, y ganó en Gipuzkoa y Araba.
Lectura vasca
¿Se han planteado estas elecciones como una segunda vuelta vasca? Sin citar expresamente esta idea, EH Bildu sí ha hablado de afianzar el “cambio de ciclo”. El PNV, por su parte, solo ha defendido que estas elecciones son tan importantes como las vascas como un recurso movilizador, sin otras lecturas. Ha preservado la figura del candidato a lehendakari, Imanol Pradales. Solo ha tenido discurso en los mítines de Ezkerraldea para movilizar ese voto.
EH Bildu, al igual que la izquierda estatal, se ha envuelto en el mensaje antifascista y le ha añadido el rechazo al gasto militar. El PNV cree que cometió un error plantando al presidente ucraniano Volodimir Zelenski o aceptando 30 años después el corredor atlántico que incluye el TAV. Los jeltzales han reivindicado su trayectoria y su programa para gestionar los fondos europeos desde Euskadi o dar voz y voto a las haciendas forales, frente a una Bildu que, según insinúa, aparenta un europeísmo que cree que es nuevo en la izquierda abertzale.
Cuota vasca en los partidos estatales
Además del PNV y EH Bildu, los partidos de adscripción estatal llevan en sus listas a candidatos vascos, muchos de ellos sin opciones de salir. Sí tiene el escaño asegurado la exvicelehendakari segunda, Idoia Mendia, en la décima plaza de las listas del PSOE. Más difícil lo tiene el expresidente del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, que está en el filo en el puesto 24. El PP presenta también como cuota vasca a Zarzalejos, pero lo cierto es que ha hecho vida política en el Estado y ligado a Aznar. En Sumar, Andeka Larrea lo tiene imposible al estar en la plaza 35. Más abajo está en Podemos Luis Miguel Lapeña, en el número 58.
Más claves
720 ESCAÑOS EUROPEOS. 360 millones de personas de los 27 países miembros están llamadas a elegir a los 720 eurodiputados.
61 ESCAÑOS ESTATALES. Son los que se eligen en el Estado español, dos más que en 2019. En Francia, son 81.
SIN PORCENTAJE MÍNIMO EXIGIDO. Aunque Europa aprobó una reforma en función de la cual los estados debían fijar una horquilla de entre un 2% y un 5% de votos para entrar en la Cámara, el Estado español no lo ha hecho. Sánchez tendrá que acordar con el PNV cualquier reforma. Esta, planteada de ese modo, dejaría fuera de la Eurocámara a las formaciones territoriales y a los propios jeltzales, que ya de por sí lo tienen difícil por la circunscripción única. El CIS, que no tiene una muestra vasca muy amplia, deja a Ceus en el 1% o 1,3% esta vez, con su escaño en el aire.
RESULTADOS. Se publican cuando cierren los colegios en Italia, a las 23.00.
GRUPOS PARLAMENTARIOS. Son el Popular, Socialistas y Demócratas, liberales de Renew (PNV), Verdes, Identidad y Democracia, Conservadores y Reformistas (Vox) y La Izquierda.
LA ELECCIÓN DE LA COMISIÓN. El órgano de gobierno no se elige por sufragio directo, sino que son los jefes de Estado quienes proponen un candidato, que después refrenda el Parlamento. La favorita es la popular Ursula Von der Leyen, pero su puerta abierta a pactar con la ultraderecha complica el escenario. El candidato de Ceus es Sandro Gozi, y cierra la puerta a los ultras.