El futuro de las redes eléctricas inteligentes se gesta en Euskadi. En concreto en la sede de Iberdrola en Larraskitu, donde empresas, centros tecnológicos y universidades suman fuerzas bajo el paraguas de la eléctrica vasca. El Global Smart Grids Innovation Hub ha situado a la capital vizcaína en el centro de la revolución que acomete el sector para adaptar a las nuevas necesidades de consumo las líneas que transportan la electricidad de los centros de producción a los hogares y a las empresas.
Con el objetivo fundamental de la descarbonización de la economía, el sistema afronta retos como la digitalización de la distribución para lograr un servicio más eficiente, la integración de productores de energía renovable, la explosión definitiva del coche eléctrico, el desarrollo de tecnologías de almacenamiento o la adaptación al camino que marca la economía circular en el aprovechamiento de todos los recursos.
Iberdrola quiere liderar ese tránsito a nivel mundial y ha puesto en marcha un polo de innovación pionero. El objetivo es conectar a sus proveedores de componentes eléctricos y sus equipos de I+D con los profesionales que desarrollan tecnología en la Universidad o los centros de investigación. También se impulsará la colaboración con startups de todo el mundo para desarrollar y lanzar nuevos negocios asociados a las necesidades del sistema. La elección de Bilbao como sede responde a que los mejores especialistas de Iberdrola en la materia trabajan en Larraskitu y que gran parte del ecosistema de suministro de Iberdrola está en Bizkaia, pero también al apoyo de la Diputación a una iniciativa que generará empleo y nuevas tecnologías, atraerá talento y situará a Euskadi en el eje de la transición energética.
La directora del Smart Grids Hub, Noemi Alonso, y el responsable de Redes Eléctricas Inteligentes de Iberdrola, Javier Arriola, explican las bases y objetivos del proyecto. La eléctrica vizcaína transporta energía desde hace 150 años. Su capacidad de adaptación a las necesidades y cambios tecnológicos ha sido clave durante todo ese tiempo, pero el salto que se avecina tiene unas dimensiones inéditas.
inversiones
Con todo, Arriola destaca que Iberdrola lleva 20 años preparándose para la transición energética, es "líder global en producción de energía renovable y redes eléctricas inteligentes y ahora quiere ser un líder mundial en este proceso". Para ello, ha lanzado un plan estratégico en el que invertirá 150.000 millones hasta 2030 dedicados a preparar el sistema y dar un servicio a los usuarios y la economía. De esa cifra, la mitad irá destinada a redes inteligentes.
"Hay que inyectar mucho dinero en el sistema para atender las necesidades y hay una oportunidad muy grande de tracción de la industria y desarrollo de nuevos productos. El hub tiene una vocación clara de ser centro incubador de desarrollo de sus productos, de probarlos y de que luego se desplieguen en todas las geografías en las que estamos presentes", subraya el director de smart grids de Iberdrola.
Para ilustrar los cambios que se acercan, Arriola pone el ejemplo de un transformador, el dispositivo que permite que la electricidad transportada a alta tensión entre en los hogares. El core del transformador era chapa magnética, cobre y hierro y una vez colocado en las torres eléctricas cumplía su tarea durante 40 años. "A partir de ahora va a ser necesario regular mucho mejor la tensión de la red, el desarrollo conceptual del transformador es el mismo, pero le estamos poniendo mecanismos de control, sensores y actuadores que son capaces de regular a la perfección la tensión", detalla.
Esa dinámica se traslada a otros dispositivos como los contadores o los equipos eléctricos, que necesitan integrar electrónica, algoritmos de control y protocolos de envío de datos a sistemas centrales. De modo que los límites del desarrollo de productos "han dejado de ser estancos" y las "habilidades de las empresas se difuminan". La tarea del hub es situarse en el centro de esa órbita de proveedores y, de alguna forma, ordenar las sinergias para enfocarlas hacia dipositivos y tecnologías concretas.
¿Qué aporta a un cliente estandar disponer de una red electrica inteligente de primera línea? La directora del Global Smart Grids Innovation Hub, Noemi Alonso, destaca que Iberdrola, gracias a la monitorización online, ya es capaz de "detectar y resolver problemas de suministro, en un tiempo mínimo, incluso antes de que el cliente se dé cuanto de que hay un fallo en el sistema".
Así, los sensores colocados en la red permiten anticiparse a las ondulaciones que se producen cuando una bandada de pájaros abandona de forma brusa un cable eléctrico y evitar una bajada de tensión. Los contadores inteligentes, por su parte, posibilitan un seguimiento constante de los consumos de cara a que cada hogar o empresa controle sus gastos con gran precisión.
Son aspectos que tendrán todavía más importancia cuando el coche eléctrico gane mercado y las necesidades de suministro y su calidad sean mayores. Hay algunos retos que el hub tiene que afontar ya. De aquí a 2030, Iberdrola tiene que renovar 900 subestaciones en Estados Unidos. El mecanismo de control se está desarrollando en Larraskitu y el próximo año, en un "cortísimo plazo" para este tipo de tecnologías, el hub vasco de redes inteligentes tendrá la "oportunidad" de probar ese producto y exportar sus especificaciones a las instalaciones que tiene la eléctrica vasca en todo el mundo, subraya Arriola. Será una prueba de fuego que no dudan en que se superará.