La coordinación entre diferentes organismos es fundamental ante una situación meteorológica extrema como la ocurrida en Valencia a finales de octubre. En Euskadi esa coordinación es total, como reconoce Iñaki Inoriza, jefe del Servicio de Planificación de la Dirección de Atención de Emergencias del Departamento de Interior del Gobierno Vasco. “Estamos en contacto permanente con Euskalmet. Normalmente nos avisan con varios días de antelación de la situación que se avecina”.
Tras el aviso de Euskalmet, se convoca una reunión con entidades como URA y la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología (DAEM). Esta práctica permite analizar conjuntamente la situación y adoptar medidas. “Si realmente lo vemos difícil, es un mecanismo que lo tenemos engrasado”, asegura Inoriza, haciendo referencia a la capacidad de respuesta que han desarrollado en los últimos 20 años con experiencias previas, aunque de menor magnitud.
Euskadi dispone de un Plan Especial de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones que se activa en función de la gravedad del fenómeno meteorológico. “Con ese plan, en un escenario así, nos hubiéramos planteado la activación de la fase de emergencia, que es la que nos permite tomar decisiones limitativas incluso de los derechos y libertades de los ciudadanos”, señala Iñaki Inoriza.
Estas medidas pueden incluir recomendaciones explícitas para que los ciudadanos eviten actividades como buscar el coche en medio de la tormenta o transitar por la calle en áreas afectadas.
En Valencia, la demora al recibir la alerta en los móviles ha despertado muchas críticas entre la población. En este sentido, Iñaki Inoriza apunta que “no se puede hacer un ES-Alert (Sistema para enviar notificaciones a los móviles) en 10 minutos” y que este procedimiento es un campo en el que se puede mejorar para agilizar la respuesta en futuras emergencias.
A pesar de disponer de este sistema, Inoriza incide en la necesidad de informar previamente a los ciudadanos. “Nosotros en los días anteriores hubiéramos sacado varias notas de prensa, valorando la situación y planteando medidas”.
Inoriza reconoce que las lecciones de este tipo de catástrofes deben ser aprovechadas para mejorar tanto los protocolos preventivos como la gestión post-emergencia. “Debemos aprender de lo ocurrido en Valencia y revisar nuestros procedimientos y formas de trabajar. En una emergencia de esa envergadura, nuestro margen de mejora es muy grande porque los encargados de gestionar este tipo situaciones no estábamos en el 83 y nos falta experiencia”, afirma.
El Gobierno Vasco quiere prestar especial atención a este tema en el nuevo Plan General de Seguridad Pública que tiene previsto elaborar esta legislatura. La dirección de Atención de Emergencias y Meteorología tendrá en 2025 un presupuesto de 6,3 millones de euros. Se adquirirá una nueva embarcación de salvamento marítimo y se incorporarán nuevas tecnologías en la sala de Coordinación del 112.