Euskadi ha participado de manera activa en la COP28 de Dubái. Finalizada la cumbre, el Gobierno vasco ha hecho una valoración de los acuerdos adoptados en la cumbre mundial, y la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha sido tajante: “Euskadi intensificará y acelerará las medidas de descarbonización de la economía y de la sociedad, con una apuesta indudable por la eliminación de los combustibles fósiles”.
La hoja de ruta de Euskadi por la eliminación progresiva del uso de combustibles fósiles está alineada con la apuesta realizada por la Unión Europea, y el Gobierno vasco acoge con decepción el nivel de ambición a la baja que están mostrando algunos líderes presentes en la COP28. Un país como Euskadi no va a bajar la guardia, ya que la descarbonización es imprescindible en nuestro desarrollo, que será sostenible y a la vez justo, desde el punto de vista social. Por esa razón, Tapia ha señalado que “mantenemos la apuesta de emisiones cero en 2050, pero trabajaremos por acelerar y adelantar ese marco temporal”.
Por el contrario, el Gobierno vasco acoge con satisfacción el consenso con el que se ha acordado triplicar la producción de renovables y duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030. En materia de eficiencia energética, Euskadi está bien posicionada, pero Tapia ha puesto el foco en la deuda pendiente que tenemos como país porque “el reto de las renovables nos interpela a todas las instituciones locales y al conjunto de la sociedad vasca; y ante este clamor solo cabe una respuesta contundente de acción”.
Ese enfoque dual en eficiencia y renovables contribuirá de manera significativa a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, será necesaria la adopción de un pacto social por la transición energética y el cambio climático, que contribuya al desarrollo de los objetivos de la futura ley y de los instrumentos de planificación que en ella se deriven.
En este contexto, urge disponer de instrumentos normativos que sirvan de acicate como son, por una parte, el Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables, en un estadio avanzado de tramitación, y, por otra, la Ley de Transición Energética y Cambio Climático -que podrá ser realidad en los próximos meses-, cuyos contenidos se están trabajando en el seno del Parlamento Vasco.
Euskadi lamenta la lentitud con la que avanzan los Estados en lo que respecta a la ambición climática. Aunque el informe Global emisión GAP concluye que desde el 2015 ha habido avances, sin embargo, las emisiones de gases de efecto invernadero previstas para 2030 aún deben reducirse en un 28% para la trayectoria de 2°C del Acuerdo de París. Euskadi, respecto al 2010, -año de referencia del informe especial de IPPC-, ha reducido para 2022 en un 15% sus emisiones. Nos encontramos en la senda de reducción proyectada, pero serán necesarios esfuerzos mayores, y deben acelerarse.
El Gobierno vasco ha acogido con agrado el nuevo rol que se ha reconocido a los gobiernos subnacionales en la cumbre de la COP28, así como la concreción del Fondo de pérdidas y daños que se lanzó ya en la COP27 de Egipto, destinado a las economías de los países más vulnerables.
En este contexto, en el que se evidencia la necesidad de acelerar acciones para alcanzar objetivos, la consejera Tapia hace hincapié en la palanca de la tecnología y en disponer de una planificación acorde con las posibilidades del territorio.
“Disponemos de una sólida planificación ambiental. El reto ahora se sitúa en la aprobación del proyecto de la Ley de Transición Energética y Cambio Climático que, en la actualidad, se encuentra en fase de tramitación en el Parlamento Vasco. Necesitamos un contexto jurídico estable para alinear a Euskadi con todas las normas y políticas europeas e internacionales. Se trata de una herramienta fundamental, que nos permitirá descarbonizar la sociedad, ser más resiliente a los impactos de cambio climático y hacerlo de forma justa, sin dejar a nadie atrás”.