A la hora de calibrar el atractivo económico de un territorio, el de la inversión extranjera es uno de los mejores termómetros. Disponer de una economía con fuerte potencial exportador, como es el caso de la vasca, es importante, pero en un mundo cada vez más global también es relevante el grado de captación de recursos de otros países. Según los últimos datos, ofrecidos por el Ministerio de Industria esta semana, la inversión extranjera dirigida a Euskadi en el primer trimestre del año alcanzó los 48,4 millones de euros, frente a los 19,1 millones de euros captados en el mismo periodo de 2023.
Se trata de un aumento esperanzador después de un balance previo negativo, el correspondiente al año 2023, en el que la CAV ha perdido posiciones dentro del resto del territorios del Estado. De hecho, la estadística del primer trimestre de 2024 refleja que Euskadi apenas capta el 0,7% de la inversión extranjera. Madrid lideró la captación de inversión foránea con 4.150 millones, seguida de Catalunya, con 1.085 millones, mientras Asturias fue destino de 489 millones, la Comunidad Valenciana atrajo 227 millones y Aragón 216 millones.
Lo cierto es que Euskadi había salido bien posicionada de la crisis originada por la pandemia. En el año 2021, la inversión extranjera en Euskadi alcanzó los 1.540 millones de euros, el 5,1% de todo el Estado, con Madrid captando 21.961 millones (73,2%) y Catalunya 3.091 millones (10,3%). Fue la tercera comunidad que más recursos logró atraer, un puesto que incluso consiguió mejorar en 2022. Ese año, la inversión extranjera en la CAV, en términos brutos, fue de 5.512 millones de euros, el 16,1% del total del Estado. Solo Madrid, con 17.226 millones, rebasó esa cantidad, suponiendo el 50,4% del total. Como destacó el Ministerio de Industria, Euskadi alcanzó entonces su máximo histórico. En el ciclo 2018-2022, la inversión media anual procedente de fuentes del extranjero fue de 1.937 millones de euros, lo que representó el 5,6% del volumen del Estado.
Los recursos captados, inferiores a la inversión vasca en el exterior
El efecto de las inversiones extranjeras sobre el empleo y la competitividad de la economía acostumbra a ser siempre muy positivo. Según los datos de la SPRI, a lolargo de 2021, los proyectos de implantación gestionados por la Sociedad de Promoción y Reconversión Industrial supusieron la creación de 450 nuevos empleos inducidos por estas inversiones. La SPRI trabaja para la captación y atracción de inversiones exteriores, principalmente enfocadas en sectores estratégicos, como automoción, energía, eléctrónica, máquina-herramienta, aeroespacial, biosanitaria, ecoindustria, logística, movilidad y alimentación, y siempre destacando las capacidades de la autonomía fiscal vasca y la colaboración público-privada.
El Instituto Vasco de Competitividad-Orkestra publicó este año su estudio ‘Análisis de la inversión extranjera directa en la economía vasca y sus empresas y valoración de su efecto sobre la competitividad’, en el que, como resumen, destacaba que la inversión extranjera directa es relevante para una economía porque puede contribuir “a su crecimiento económico, a la creación de empleo, a la transferencia de tecnología y a su integración en cadenas de valor transfronterizas”.
Asimismo, los investigadores Bart Kamp, Francisco Carrillo y Francesco Pescarin, destacaban que la inversión extranjera directa en Euskadi es “estructuralmente inferior” a la que hacen empresas vascas en el exterior, concentrándose “en unos pocos sectores y operaciones”, y con la mayoría de ella articulada en forma de adquisición de empresas existentes. El estudio muestra que las empresas vascas analizadas “valoran de forma positiva los efectos producidos por la entrada de una entidad inversora extranjera en su propiedad, ya que su potencial para desarrollar nuevos productos y mercados y su capacidad de invertir y crecer mejoró y se evitó un riesgo de declive empresarial”.
Por todo ello, como retos de futuro, inciden en trabajar aspectos como la política de suelos empresariales y seguir promoviendo medidas para el desarrollo de infraestructuras tecnológica y de conocimiento, así como ofrecer un entorno con seguridad jurídica, además de “fomentar un clima laboral sereno, buenas relaciones industriales y baja tasa de ausencia”. Por otra parte, los expertos hacen hincapié en la necesidad de políticas educativas que permitan una formación continua de conocimiento y habilidades digitales, “que ayudan a atraer talento extranjero al territorio, incluido talento en edad de formación”. Además, recalcan que se implementen políticas de integración, como ampliar posibilidades de “aterrizaje suave” para trabajadores venidos desde fuera en formas de alojamiento, inserción sociolaboral o escuelas para sus hijos.
Sin embargo, el pasado año se produjo una caída. En 2023, la inversión extranjera en Euskadi fue de 1.556 millones de euros, lo que le situaba de nuevo en valores similares a 2021. El dato fue, por ejemplo, mejor de lo que había sido en los años 2018 (1.114 millones) y 2019 (520 millones), pero fue inferior a 2016 (2.115 millones) y 2017 (2.687 millones). Con todo, y a pesar de que el parámetro porcentual de peso dentro del Estado fue del 5,5%, la CAV se vio sobrepasada por la Comunidad Valenciana (3.375 millones) y fue la cuarta comunidad en la clasificación estatal, si bien el grueso de esa inversión en la región mediterránea se debió a un único factor, como fue la compra por parte del fondo financiero estadounidense KKR del grupo de clínicas de fertilidad IVI, con un desembolso en la operación cercano a los 3.000 millones de euros.
En cualquier caso, el ligero estancamiento ilustra algunos de los problemas a los que se enfrenta la economía vasca para incrementar su atractivo exterior. En su ‘Barómetro de la Inversión Extranjera en Euskadi 2022-2023’, publicado a finales del año, la SPRI analizaba, a partir de los resultados de encuestas a directivos de 55 empresas extranjeras implantadas en Euskadi, las ventajas y los problemas que percibían en su experiencia. A la hora de hablar de estos últimos, los más citados eran la regulación laboral existente, el escaso conocimiento de idiomas extranjeros, las dificultades para acceder a subvenciones y los costes inmobiliarios. En este último aspecto, las dificultades para lograr suelo de utilidad industrial aparecen como uno de los problemas que más dificultades presentan, en muchas ocasiones por la lentitud para la recuperación de parcelas en desuso con necesidad de descontaminación. En este sentido, comunidades con más posibilidades de disponer de suelo, como Aragón, han captado en los últimos tiempos inversiones millonarias por parte de gigantes tecnológicos como Microsoft y Amazon.
ORIGEN En la misma encuesta, los directivos de firmas extranjeras radicadas en la CAV remarcan los aspectos positivos que ofrece el territorio, como los conocimientos técnicos de la mano obra disponible, la capacidad de innovación y, en general, la calidad de vida. Por países, el que más invirtió en Euskadi en los tres primeros meses del año fue Países Bajos, con 24,6 millones. La economías neerlandesa ha crecido con fuerza en los últimos años como una de las grandes receptoras de las exportaciones vascas. Por su parte, las incursiones empresariales de empresas de Malta y Luxemburgo dejaron en Euskadi 11,3 millones y 10 millones de euros, respectivamente. Por el otro lado, Euskadi apenas logró captar un total de 810.000 euros de firmas de la principal economía del mundo, Estados Unidos.
Por sectores económicos, la mayor inversión foránea en el período entre ener y-marzo en Euskadi fue en fabricación de productos de caucho y plásticos, con 24,6 millones. La fabricación de productos de hierro y acero atrajo 11 millones de euros, seguido de programación, consultoría y otras actividades relacionadas, con 10 millones de euros.