Será de todo menos un camino de rosas. Pero va en serio. Por primera vez en casi 46 años desde la aprobación del Estatuto de Gernika, los gobiernos vasco y español están negociando en profundidad las transferencias relacionadas con la Seguridad Social, unas materias que permitirían a la comunidad autónoma gestionar el pago de las prestaciones o ampliar sus funciones sobre la inspección de trabajo. No se trata de un simple tanteo informal y, además, el Gobierno español ya no se molesta en ocultarlo, un matiz relevante que demuestra que esta negociación ha dejado de ser un tabú. La consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, ha anunciado este miércoles que la próxima semana tendrá lugar una reunión en Madrid para seguir abordando varias cuestiones a nivel técnico, como este bloque de transferencias. Por ahora, las conversaciones se están produciendo a nivel técnico y muy preliminar, pero existe una hoja de ruta y, por ejemplo, la consejera explicó en Radio Popular que se está estudiando una transferencia “escalonada”, “paso a paso”.
¿Qué quiere decir? Hay que tener en cuenta dos aspectos. Por un lado, el bloque de la Seguridad Social lo componen cinco materias distintas, como las mutuas y la inspección de trabajo, el Instituto de la Seguridad Social y el de la Marina, el fondo que paga los salarios en las empresas en quiebra o Fogasa, las políticas pasivas de empleo o subsidios del paro y, por último, la gestión del régimen económico de la Seguridad Social propiamente dicho y sus prestaciones no contributivas. Por otro lado, estas materias las gestionan dos ministerios diferentes en el Estado, liderados además por dos partidos distintos. Algunas de estas cuestiones están vinculadas con la Seguridad Social y con el Ministerio de Elma Saiz (PSOE), y otras, con el de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz (Sumar). Por tanto, fuentes del departamento explican que se está hablando de manera “simultánea” de todas estas cuestiones, pero “son diferentes”. Parece abocado a compartimentar de alguna manera.
Hay otra cuestión sobrevolando, pero es más una interpretación que un hecho confirmado: es probable que se comience por las materias más sencillas antes de abordar la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, para establecer un precedente más y que ese paso sea más digerible en el Estado. De todos modos, en sentido estricto, ya existe un precedente: la gestión del Ingreso Mínimo Vital, una prestación de la Seguridad Social que supuso activar por primera vez la disposición transitoria quinta del Estatuto de Gernika, que permite establecer convenios para asumir la gestión del régimen económico “dentro de su carácter unitario y del respeto a la solidaridad” entre comunidades autónomas. Ya entonces se demostró que podían asumirse competencias de este bloque sin romper nada. Sin embargo, se admite que el camino es complicado y habrá obstáculos, posibles recursos al Constitucional y resistencias de los altos funcionarios.
¿Habrá alguna dificultad adicional por tratarse de dos ministerios y dos partidos distintos? Se da la circunstancia de que el Parlamento Vasco acaba de apoyar con el voto a favor de Sumar que la comunidad autónoma pueda gestionar las políticas pasivas de empleo y, aunque es cierto que las presiones sindicales pueden marcar en mayor medida a Díaz en Madrid, el lehendakari Pradales ya puntualizó que el traspaso de esta competencia solo supondría la gestión y el Estado mantendría la capacidad legislativa para fijar cuantías y condiciones de las ayudas. Se trataría de tener una ventanilla vasca y unificar el sistema, sumarlo a las políticas activas de empleo que ya gestiona la comunidad autónoma, para que el sistema sea integral. Este mensaje desactiva los recelos de algunos ámbitos sindicales que vaticinan una quiebra en el principio de solidaridad.
Las dificultades
El Estatuto de Gernika permite realizar estas transferencias, y el presidente español, Pedro Sánchez, se comprometió a cumplirlo en su integridad en su pacto de investidura con el PNV. La mayoría de Sánchez en esta ocasión es mucho más ajustada, necesita a todos sus socios, y eso lo está abocando ya a ceder ante el propio PNV y otros aliados como Junts y ERC. De todas formas, a nadie se le escapa que será una travesía muy complicada aunque, en teoría, este año tendrían que llegar todas las materias del Estatuto.
“Tenemos varias reuniones en Madrid en diferentes ministerios para avanzar en las cuestiones que tratamos. Entre ellas, la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, que hasta ahora ha sido una materia tabú, de la que no se quería hablar y se buscaba crear miedo a la población con la ruptura de la caja única o con qué va a pasar con las pensiones. Yo quiero trasladar un mensaje de tranquilidad. Euskadi está preparada. España ha verbalizado que las negociaciones están sobre la mesa y eso denota un paso y un avance, ese perder el miedo”, dijo Ubarretxena, para añadir que se irá “paso a paso”, con una “posible transferencia escalonada, por pasos”.
Además, añadió que el problema no solo podría venir por parte de la derecha española o los posibles recursos contra la transferencia, sino también “por los funcionarios de alto rango que en muchas ocasiones mandan más que los propios políticos” y que “sienten como suyas” las competencias. “Hay que buscar un equilibrio entre la parte política y técnica para que la negociación llegue a buen puerto”, sostuvo.