La tercera y última jornada del juicio por la agresión sexual contra una joven de 21 años en Lasarte-Oria en 2015 estuvo marcada por las dudas que quiso sembrar la Defensa en torno a que la violación efectivamente se consumara. Durante las pruebas periciales se expuso el análisis de varias muestras de semen que se obtuvieron de la víctima. Fueron cuatro y sólo se analizó el ADN de las dos que se consideró que tenían muestra genética suficiente. Sí se analizó la muestra obtenida de la ropa interior y los labios de la chica y su ADN coincidió con el del acusado. Se descartó, por insuficiente, la obtenida del interior de su cuerpo. Y a este hecho se agarró la abogada de la Defensa, que argumentó que "existen pruebas de que el inculpado estuvo en Lasarte y su ADN está en la víctima, eso no lo negamos, pero no se prueba que se haya consumado la violación". De hecho, añadía que "de los hechos parece desprenderse que efectivamente sí había ánimo de acceso carnal, pero otra cosa es que llegara a producirse".
La Fiscalía y la acusación particular, sin embargo, sí consideran probado que hubo violación ya que se descartó que el ADN hallado en la víctima proviniera de cualquier otra persona que no fuera el acusado. "Se acredita que fue agredida sexualmente, es decir, que fue penetrada vaginalmente cuando se encontraba inconsciente", manifestaba rotunda la abogada de la víctima. En igual sentido se pronunció el Fiscal en sus conclusiones que recordaba que "las muestras analizadas arrojaron un resultado positivo con el acusado".
Durante su argumentación, la Defensa también se apoyó en la falta de lesiones de importancia en la víctima. Sobre este asunto fueron interrogadas dos investigadoras del Instituto Nacional de Toxicología en la fase de periciales que explicaron que "el cloroformo utilizado funciona como anestésico y puede hacerlo como relajante muscular", de ahí que las únicas lesiones que presentara la chica se limitaran a rasguños que se produjo al caer inconsciente de rodillas. Última sesión del juicio en la que también se escucho al psiquiatra, y perito de la Defensa, Antonio Soto Loza, que expuso que el acusado "padece TDH y adicción al sexo", dos patologías que "conjuntamente, hacían al acusado incapaz de entender las consecuencias de sus actos y el daño que causaba", aunque eso sí, reconocía "era consciente" de lo que hacía.
Tras la exposición de conclusiones, el juicio quedaba visto para sentencia. La Defensa pide la libre absolución por el delito de violación y una pena máxima de 6 años de prisión (con atenuantes por adicción al sexo y consumo de tóxicos) por un delito de agresión sexual en grado de tentativa. La Fiscalía, por su parte, considera probada la violación y solicita por ello 10 años de cárcel; una pena que la acusación particular eleva hasta los 12 años de prisión y una indemnización de 35.000 euros.
El acusado hacía uso finalmente de su derecho a la última palabra. Pedía "perdón a la víctima y su familia" y se mostraba dispuesto a indemnizarla económicamente. Puedes escuchar parte de la sesión en el audio.
Recordamos que los hechos juzgados esta semana se remontan a la mañana de Año Nuevo de 2015, cuando una joven de 21 años fue atacada por la espalda en los soportales de su vivienda en Lasarte-Oria. En el juicio quedaba acreditado que el atacante anuló su voluntad con cloroformo tras lo que la agredió sexualmente. Un juicio que nos deja además, un importante hallazgo por parte de la Ertzaintza, y es que en el ordenador personal del encausado se halló la grabación de al menos otra docena de violaciones contra 4 mujeres que no habían presentado denuncia.