El envejecimiento es un tema que preocupa cada vez más a las sociedades contemporáneas. Para 2029, se estima que casi un tercio de la población de Euskal Herria supere los 65 años, lo que supone un reto mayúsculo tanto para los sistemas de salud como para los servicios sociales. En este contexto, Zahartzaroa, asociación vasca de geriatría y gerontología, se ha propuesto sentar las bases para un envejecimiento saludable, digno y acompañado de las mejores condiciones posibles.
Con este objetivo en mente, un buen número de expertos, profesionales del ámbito de la salud, representantes institucionales y cuidadores se reunieron los días 23 y 24 de octubre en la Universidad de Deusto, en Bilbao, en el XXI Congreso de Zahartzaroa bajo el lema “Innovaciones y Desafíos en el Cuidado de las Personas Mayores”.
El evento, que contó con la participación de instituciones como el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Bizkaia, abordó gran variedad de temas, desde la introducción de nuevas tecnologías, como los exoesqueletos lumbares, hasta la salud mental de los cuidadores. Durante las dos jornadas, se destacó la importancia de cuidar a quienes cuidan, y de garantizar que los mayores reciban una atención digna y respetuosa. Porque al final, el bienestar de los cuidadores repercute directamente en la calidad de vida de las personas mayores.
Atención integral
Uno de los temas destacados del congreso fue la Valoración Geriátrica Integral, un herramienta multidimensional que busca identificar de manera exhaustiva las necesidades de las personas mayores, tanto físicas como emocionales y sociales. Esta metodología, clave para ofrecer una atención personalizada y adaptada a cada individuo, fue el asunto central de una mesa redonda moderada por Asier Arrizabalaga, presidente de Zahartzaroa, en la que participaron destacados expertos del sector, como Irene Criado, médica geriatra del Complejo Hospitalario de Navarra.
Además, se discutieron los principales síndromes geriátricos que afectan a esta población, como la fragilidad o las caídas, así como la importancia de coordinar los diferentes niveles asistenciales para garantizar una atención continua. Finalmente, se destacó la promoción del envejecimiento saludable como un eje central para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Asimismo, se presentó el Plan de Atención Integrada en Residencias, una iniciativa que se está implementando en Cataluña con resultados prometedores. El plan fue descrito en detalle por Montse Blasco, enfermera geriatra de la Generalitat de Catalunya, quien explicó cómo la colaboración entre Atención Primaria y los servicios de geriatría está logrando un seguimiento más eficiente de los residentes, lo que mejora significativamente su bienestar físico y emocional.
Cuidando a los cuidadores
El papel de las personas encargadas de cuidar a nuestros mayores fue otro de los temas clave del Congreso. Sean o no profesionales, los cuidadores se enfrentan una carga física y emocional significativa, y es esencial que se les proporcione el apoyo necesario para evitar su desgaste.
Ana Rodríguez Larrad, fisioterapeuta de la UPV/EHU, presentó innovaciones que buscan mejorar la salud física de estas personas. Uno de los avances más prometedores es el uso de exoesqueletos lumbares, dispositivos diseñados para reducir el esfuerzo físico al levantar a los mayores, lo que se traduce en una mejora en su bienestar y en la calidad del cuidado que ofrecen. Rodríguez Larrad expuso además los efectos a corto y largo plazo del programa de ejercicio físico online diseñado para este colectivo.
Por otro lado, también se habló de la situación de las cuidadoras migrantes, muchas de las cuales trabajan en condiciones laborales precarias. Estas mujeres rara vez reciben el reconocimiento y el apoyo necesarios. A lo largo del Congreso, se subrayó la urgencia de implementar medidas que protejan su salud mental y física, visibilizando su rol crucial en la sociedad.
La fragilidad de los mayores
El segundo día del Congreso se celebraron con una serie de ponencias sobre la fragilidad de las personas mayores. Joanes Lameirinhas, psicólogo y docente de la UPV/EHU, profundizó en len este aspecto, destacando la importancia de desarrollar herramientas que midan no solo la salud física de los mayores, sino también su bienestar emocional.
La psicóloga Marije Goikoetxea abordó en su ponencia un aspecto menos discutido pero igualmente crucial: la fragilidad ética de las personas de edad avanzada en situación de dependencia, marcada por la discriminación social y la ausencia de apoyos para el ejercicio de sus derechos como ciudadanas. En este contexto, se aportaron recursos que ayuden a disminuir la fragilidad y vulnerabilidad de este colectivo, así como en mejorar la calidad ética de las intervenciones sociales y sanitarias.
La sesión matinal del jueves concluyó con dos mesas redondas. En una de ellas, se planteó de qué manera abordar el dolor crónico. Una de las conclusiones a las que llegó fue la necesidad de combinar atención médica, fisioterapia y apoyo psicológico para mejorar la calidad de vida de quienes padecen dicho dolor. La otra mesa redonda se centró en la construcción de una sociedad inclusiva, proponiendo estrategias para fomentar la participación activa de las personas mayores. Además, se evidenció la necesidad de políticas que promuevan el bienestar.
Nuevas herramientas para fomentar un envejecimiento saludable
El XXI Congreso de Zahartzaroa, también acogió la presentación innovadoras propuestas terapéuticas centradas en el bienestar emocional de las personas mayores. La jornada de clausura incluyó seis comunicaciones orales sobre los proyectos más relevantes en este ámbito. Hay que destacar un estudio pionero sobre los beneficios de la danza en la estabilidad emocional de los mayores. Liderado por las investigadoras Miren Fuertes Arrizabalaga y Alba Buitrago Lassalle, el proyecto consiguió demostrar cómo el arte y el movimiento pueden tener un impacto positivo en la vida de los adultos mayores, ayudándoles a conectar emocionalmente y a mejorar su calidad de vida.
Otro de los proyectos que se presentaron consistió en un ciclo de charlas titulado ‘Viviendo un envejecimiento con sentido’, en las que se abordaron temas diversos como la alimentación activa, la soledad, el envejecimiento activo y la ética de los cuidados.