Ezkurdia hace de juez en el Manomanista y elige a Zabala

Juez Ezkurdia. Mazo en la mano derecha. ¡Orden en la sala! ¡Sentencia! Arrimando por la pared. Alargando el pelotazo. Juez Joseba, que se libera, que se reencuentra, que plasma lo que entrena, aquello que le estaba costando. Veredicto: jaque mate al campeón, Aitor Elordi; elevación por contagio de Javier Zabala a las semifinales del Manomanista. 

Sin opciones de pasar de ronda tras los primeros dos tantos del mallabitarra –la clasificación del arbizuarra, con todo, pasaba por el milagro de ganar 2-22 o menos–, Ezkurdia se desencadenó y dio el do de pecho. En sus dos contiendas anteriores, partiendo de la segunda base de los cabezas de serie, no fue él mismo: atado, presionado, camisa de fuerza. Reaccionó este domingo en el Bizkaia de Bilbao cuando ya no quedaba tiempo para enderezar el rumbo en la liguilla de cuartos de final, pero se endereza, al menos. Y lo hizo con un choque serio, en el que sin tirar de un remate fulgurante o un perfil volcánico, sí que bordó lo que debía de hacer en un clínic del mano a mano: castigar con la derecha y meter pelota por la pared. Fácil de decir, difícil de ejecutar. Sí, señoría.

Joseba Ezkurdia. Oskar González

Tensionado Elordi

Así, Ezkurdia se reencontró a sí mismo para solicitar un receso y descabalgar a Elordi del trono de la especialidad más dura y más bonita del campo manista. El campeón cayó en una versión alejada de su propio yo. Le atenazó la tensión de tener que ganar por obligación para seguir vivo. Estuvo sometido y apenas fue capaz de sacar la cabeza en fogonazos arrebolados y llenos de furia. En el desorden, en la erupción, a base de carácter, encontró Elordi sus mejores momentos. A tumba abierta. Con el doble filo que ello implica. Estuvo el vizcaino 7-6 –tras remontar un 0-6– y 10-7, pero no le sirvió de nada. Se diluyó en la segunda parte. Naufragio. Un serio Ezkurdia le anotó una tacada de quince tantos que le borró del mapa del mano a mano.

Y Joseba dictó sentencia con la certeza de que edulcoraba su participación en una bonita victoria, labrada a tirones, a base de tacadas, en un encuentro frío, exceptuando los momentos de Aitor al rojo vivo.

Partido de tacadas

El vizcaino inició con malas sensaciones y un aún peor resultado. 0-6 para empezar a hablar. Ezkurdia jugó perfecto. Manejó el rumbo con la diestra, dándole altura, metiendo por la pared. El navarro eliminó con mucho tino a su contrincante de su zona de acción: cerca del frontis.

En la marejada, no obstante, se desquitó Elordi con un buruzgain. Aprovechó un error de Ezkurdia para iniciar el debate en su zona de influencia. Cambió el saque de bando y cambiaron las sensaciones. Aitor buscó el enredo, la velocidad, el ritmo, marca de la casa. Aitor exploró con su saque, un ariete. Encontró soluciones al entuerto para devolver la tacada al navarro y dejarle sin opciones matemáticas de entrar en la semifinal.

Quince tantos