Una empresa es un sistema social donde las personas establecen relaciones que hay que trabajar y cuidar para un correcto funcionamiento de la actividad, lo que redundará en unos mejores resultados. Bajo esta premisa nace la nueva cultura de empresa impulsada por Adegi, cuyo objetivo es acompañar a los equipos de una organización en un proceso en el que ellos serán quienes definan las reglas de juego que regirán la estructura interna de una manera más abierta.
El método, con base científica, se materializa en Fabrika cuyo director, Juan Mancisidor, define como un centro de alto rendimiento para transformar la cultura de las empresas y las organizaciones que es pionero a nivel internacional. El edificio, situado en el Parque Tecnológico de Miramon en Donostia, se inaugurará oficialmente a mediados del próximo mes de enero tras una inversión de seis millones de euros realizada por Adegi con el apoyo de la Diputación de Gipuzkoa, que ha aportado 600.000 euros.
“ En Fabrika no trabajan profesores, sino entrenadores, ni hay pizarras, sino ejercicios dinámicos para aplicar los conceptos a la realidad ”
En su interior no habrá profesores sino entrenadores y facilitadores, ni pizarras y libros sino equipos de personas de una organización que aplican en la práctica conceptos relacionados con la comunicación, la confianza o la toma de decisiones de una forma dinámica. El foco de atención se sitúa en las personas y en su capacidad para, a través de sus acciones diarias, construir un nuevo modelo que Adegi identifica con la trainera, donde todos estén en un mismo barco y remen hacia el mismo objetivo.
Mancisidor subraya que no hay recetas porque cada empresa tiene su propia cultura, diferente a la de al lado. El papel de Fabrika es el de acompañar a aquellas organizaciones que quieran cambiar en un proceso que tiene la concienciación como primer paso. Las personas de una empresa muchas veces toman decisiones, gestionan retos, resuelven problemas y no saben cómo lo han hecho, por lo que resulta necesario pararse a pensar y tomar conciencia de ello.
CAPACITACIÓN
El segundo paso es la capacitación, en el que las personas participantes aprenden nuevos conceptos y profundizan en elementos que les ayudarán a mejorar las relaciones internas de la organización. Superada esta fase, llega el momento de la transformación en la que ya se comienzan a cambiar las reglas de juego por las que se había regido la empresa y se llega a una organización más abierta y transparente.
Por último, se aborda la integración íntegra de la nueva cultura en la empresa, tras lo que las personas que la constituyen tratan otros asuntos externos, como la relación del negocio con el entorno en el que se enclava o la sostenibilidad. El director de Fabrika advierte de que cada organización decide en qué fase quedarse porque no existe ninguna obligación de completar el proceso.
Aspectos como la fijación de objetivos, la información compartida o la toma de decisiones y la afinidad entre personas, los roles o las relaciones de poder se trabajan en un espacio diáfano para “conseguir más resultados estando mejor las personas”, señala Mancisidor.