El proyecto Fabrika es una apuesta a largo plazo, pero el trabajo ya ha comenzado mucho antes de su inauguración oficial, que tendrá lugar el próximo 13 de enero. Calificado con un centro de alto rendimiento para la transformación de las empresas, centra sus esfuerzos en transformar personas en primera lugar, explotar su inteligencia emocional, y generar en el seno de las empresas un clima de confianza creciente que aumente la implicación de todos sus integrantes y contribuya no solo a mejorar la empresa y su producto, sino la sociedad.
Son ya 51 empresas, además de otras organizaciones y particulares, los que han confiado ya en este método. Fabrika plantea a las personas que lideran o integran las organizaciones “un proceso de cambio” que empieza un día, pero no termina nunca; una actitud que lleva a la “toma de conciencia, la motivación, la adquisición de nuevos conocimientos, el desarrollo de nuevas prácticas” basadas en una premisa: juntos, mejor.
Hasta tres años de formación con el objetivo de “formar personas con habilidades y herramientas para acompañar a un equipo en sus procesos de gestión y cambio”. Y formar también en última instancia líderes y jefes de nueva generación, más sensibles y que inviertan en ganarse la confianza e implicación de sus plantillas.
NOTICIAS DE GIPUZKOA ha hablado con cuatro personas que ya han probado el método Fabrika. Una de ellas, a título personal, al margen de su responsabilidad al frente del Departamento de Gobernanza de la Diputación de Gipuzkoa. Otra en representación del Ayuntamiento de Donostia, acompañado de un equipo del departamento de Presidencia del Consistorio. Y otros dos gerentes de empresas de diferentes sectores (alimentación y sistemas de elevación y amarre en altura), que ya han arrastrado detrás de sí no solo a su equipo directivo, sino a los mandos intermedios. Hablamos con Eider Mendoza, Manu Narváez, Iñigo Ameztoi (Ameztoi) y Maite Zubillaga (Spanset).
Manu Narváez (Ayto. Donostia)
“Ayuda a entender las claves de funcionamiento de cualquier organización de la que formen parte personas”
Manu Narváez es desde 2019 el director de Presidencia del Ayuntamiento de Donostia, que contactó con Fabrika porque “estamos intentando incorporar una nueva forma de gestionar la Administración y lo público. La orientación empresarial de Adegi y su modelo también encaja, asegura, con “cualquier organización interesada en cambiar su cultura de trabajo”.
Junto con Narváez acudió a Fabrika un equipo de otras ocho personas que “asume la responsabilidad de la organización y gestión del propio Ayuntamiento”. Y la experiencia les pareció “bastante enriquecedora”. En resumen, ayuda a “salirse del yo lo hago bien, el resto lo hacen mal”.
“Al final, se trata de entender cuáles son las claves de funcionamiento de cualquier organización de la que forman parte personas y sistemas y también lo que todos llevamos y que a veces nos hace interpretar actuaciones de forma que no corresponde con la realidad. Tus a priorismos”, asegura Narváez.
“ Hay cosas que se repiten en todas las organizaciones. Si las conoces, las estudias y las identificas, puedes intentar modular esas inercias ”
Manu Narváez - Director de Presidencia del Ayto. de Donostia
Y eso vale mucho en la gestión del día a día. Entender “cómo se mueve cada uno en su ámbito, saber que hay diferentes roles y entendiendo cuáles son las claves de la organizaciones, adivinar cómo cambiar dinámicas, establecer sinergias. Cosas que se repiten en todas las organizaciones. Si las conoces, las estudias y las identificas, puedes intentar modular esas inercias”, explica.
Narváez y su equipo asistieron a “seis sesiones de toda la mañana, muy bien pensadas”, dice, centradas en la “persona, la relación, los sentimientos vitales: la ira, la rabia, ese tipo de cosas que también funcionan en la vida privada y la profesional”.
Fabrika, cree Narváez, ayuda a entender la “estructura de esos sentimientos. Te lo explican de forma teórica y te das cuenta. Cuando tú intentas cambiar algo en una organización, la gente reacciona, porque lo vive como que les estás afeando. La clave el respeto”, asegura.
En Fabrika se hace evidente “aquello que ocurre y que está en la forma de ser de casi todos”, afectando a nuestra actividad. Por ejemplo, “cuando estás con alguien que está excitado, si le rebates, se sube arriba. Es mejor dejarle que se desahogue y retomar la conversación en otro momento”. Esas pautas son clave en la gestión diaria.
Para el director de Presidencia del Ayuntamiento, esta transformación “es un cambio de poco a poco” que implica también “entender los nuevos tiempos, que la ciudadanía ha cambiado y la exigencia también”. Una exigencia que quizás no es mayor, pero “sí diferente, que requiere “inmediatez, una respuesta rápida en el tiempo”.
Iñigo Ameztoi (Ameztoi)
“Hemos tenido que ser jefes, queríamos hacerlo de forma distinta y no sabíamos cómo; Fabrika ha sido un descubrimiento”
Iñigo Ameztoi es el director general de Ameztoi, una empresa de alimentación ubicada en Zestoa y que ofrece "todo el sabor de la cocina familiar y la gastronomía vasca, en tu mesa". Una amplia gama de alimentos precocinados que sirven a pequeños comercios, grandes superficies, empresas, comedores, hosteleros y tamibén de forma residual a particulares.
Iñigo y su equipo no llegaron a Fabrika por casualidad. “Lo nuestro es un proceso largo. Yo y mi hermano iniciamos un proceso personal años atrás. Y nos dimos que la jerarquía de siempre, antigua, no nos convencía, no era lo que nos habían enseñado y queríamos trabajar diferente. Nuestra formación era de Formación Profesional, hemos tenido que ser jefes y queríamos trabajar de forma diferente y no sabíamos cómo hacerlo y Fabrika ha sido un descubrimiento”, asegura.
“Empecé en el programa para gerentes de Adegi, y esa fue mi primera aproximación. Yo y mi hermano ya estuvimos en Barcelona, entre 2004 y 2005, haciendo algo parecido”, reconoce, pero Fabrika ha sido el culmen.
“ Empezamos cuatro en la empresa familiar y ahora somos 50 y hemos aprendiendo a base de tortas y equivocándonos" ”
Iñigo Ameztoi - Gerente de Ameztoi
El cambio no fue fácil. “Empezamos cuatro en la empresa y ahora somos 50 y hemos aprendiendo a base de tortas, y equivocándonos. Y lo que nos ha hecho Fabrika ahora, en un año que llevamos en Adegi, ha sido diferencial. Yo, por ejemplo, vivo en euskera; esa es nuestra lengua madre. Y en Fabrika hemos encontrado eso que buscábamos en euskera y lo estamos entendiendo mejor, porque afloran los sentimientos. Es más, te diría que soy incapaz de mostrar mis sentimientos en castellano”.
“Fabrika ha sido para nosotros una ocasión para hacer un triple salto mortal. Empezamos con mi grupo, seis personas, y vimos que había que dar un salto y vimos la oportunidad de extenderlo a mandos intermedios. En 2022 se ha incorporado un grupo de 14 personas. Es un proceso de tres años. Nosotros hemos hecho uno”, afirma Iñigo Ameztoi.
“Es cierto que no es fácil. Yo soy dialogante, pero también me sale la vena. El pronto. Cada vez menos, eso sí. Está claro que tienes que decir lo que tienes que decir, pero no es lo mismo si una persona está embarazada o si se le ha muerto el padre o si está eufórica. Y te tienes que dar cuenta de eso. Y eso exige cercanía, que es más complicada a medida que la empresa crece. Por eso hemos enviado a los mandos intermedios a Fabrika también, para que cale ese sirimiri”, afirma Iñigo Ameztoi.
Eider Mendoza
“La conclusión principal que he sacado es que cuanto más preparada esté la persona, mayor aportación hace al grupo”
Eider Mendoza se quitó la chaqueta de diputada para acceder a Fabrika. Su apuesta fue personal. A cuenta propia. “Lo hice por curiosidad y para aprender yo también. Había varias razones”, reconoce. “En la Diputación, donde trabajo, tenemos 1.900 trabajadores más o menos y ofrecemos cursos sobre liderazgo que seguimos ofreciendo. Y lo quise probar, porque en el Departamento de Gobernanza y en Etorkizuna Eraikiz estamos trabajando en una nueva cultura y una nueva forma de hacer las cosas y el proyecto Fabrika tenía una coherencia con todo eso”.
“La conclusión principal que yo he sacado es que cuanto más preparada esté la persona, mayor aportación hace. En una organización grande como puede ser la Diputación, muchas cosas no están en nuestra mano y no las podemos controlar, pero otras sí están en nuestra mano”, asegura Mendoza, próxima candidata del PNV a diputada general.
En su caso, al acudir a título personal, “el principal valor añadido fue que no nos conocíamos con la gente que coincidí en la formación”. Y eso, reconoce, enriquece mucho también. “Ponerse en el sitio del otro” es clave, asegura. Hoy en día, “trabajamos en equipo, las decisiones no se toman sola, y te tienes que poner en la piel del otro para entenderle mejor, su respuesta, su comportamiento, y entender su posición”.
“ ”
Mendoza está convencida de que la experiencia acumulada en Fabrika le ayudará en ese “proceso de transformación” emprendido en la Diputación. “Queremos impulsar nuevas formas de trabajar y la actitud de cada uno”.
“Cada uno tiene sus ritmos y cuando trabajas en equipo, si quieres que el grupo dé buenos resultados, cada uno tiene que hacer su aportación. Es esencial hacer un buen diagnóstico, porque las personas son complementarias; es importante saber que cada una tiene su perfil. Y al formar equipos, tienes que buscar el equilibrio”, explica. Fabrika ayuda a entender mejor todo eso, aunque “la transformación no se hace de un día para otro”, añade Mendoza.
Maite Zubillaga (Spanset)
“Lo que aporta es intangible: ese aura que tienen las empresas en las que quieres estar y que además te apetece luchar por ellas”
Volvemos a la empresa. Maite Zubillaga, directora general de Spanset, líder mundial de elevación, amarre y seguridad en altura, también nos cuenta su experiencia en este modelo de transformación que ofrece Adegi. Admite que ir a Fabrika fue como “ponerse delante del espejo y ver no solo lo bueno, sino lo no tan bueno. Es duro, porque te abres a ti mismo”, reconoce. Y ello te obliga a “salir de tu zona de confort y asumir que tienes que dar para recibir”.
Spanset es una empresa afincada en Villabona, perteneciente a un grupo suizo, y cuenta en la actualidad con una plantilla de unos 70 trabajadores en Gipuzkoa. Zubillaga aspira a que todos pasen en breve por esta formación en Fabrika. De momento, lo han hecho ella, su equipo directivo y los mandos intermedios. Pero la idea es que este año vaya toda la plantilla.
“Nosotros somos una empresa muy industrial, donde la innovación en el producto siempre ha sido una bandera. En 2017 me propusieron ser la directora general y conviví durante dos años con el gerente anterior, que había llevado la marca de la nada al todo. En ese momento, mantuve la dirección anterior, pero cuando estuve en solitario, tuve claro que quería que Spanset se expandiese hacia una empresa más competitiva, innovadora, también a nivel de sostenibilidad y donde todas las personas tengan cabida”, asegura Zubillaga. Un “cambio transformacional” que “no era fácil abordar tal y como estata organizada la cultura de la empresa en ese momento”.
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Zubillaga recalca en ese aspecto la importancia que hoy en día cobra tener “una empresa que sea atractiva para atraer el talento y motivar e implicar a tu plantilla”. Fabrika ha jugado un papel clave en esa labor. “Lo que aporta es intangible: ese compromiso, ese aura que tienen las empresas en las que quieres estar y que además te apetece luchar por ellas y creo que tenemos que crear organizaciones así, en un mundo que va a una velocidad de vértigo”, asegura la directora general de la empresa.
Maite participó primero en el programa de gerentes de Adegi, que le “sorprendió gratamente”. Y Fabrika fue un paso más, natural, que le ha cambiado como jefa. Hoy, ella misma admite que la Maite de 2017 y la de hoy no tienen “nada que ver”. “Escucho mucho más a la gente, comparto mucho más las decisiones y eso engancha. Es muy cansado estar tirando todo el rato de un proyecto. En Fabrika, la gente de tu entorno empuja contigo. Ya no estás sola tirando”, dice.
En este proceso formativo, Zubillaga admite que “los profesionales de Fabrika también merecen un reconocimiento por nuestra parte, porque te sacan lo que tienes dentro y hay veces que hacen llorar a la gente”.
El cambio está en marcha. “Es un proceso sin fin. Tu cabeza hace click y eso te da una filosofía de trabajo en equipo. Una filosofía en la que confías más en las personas, en las decisiones que toman. La famosa trainera de Fabrika, que cada uno hace una cosa en la trainera”, concluye.