Le voy a tratar "como si fuera una persona como todas las demás". La frase con la que nada menos que el vicepresidente de Castilla y León Juan García-Gallardo, de Vox, respondía a la procuradora socialista Noelia Frutos, que padece una discapacidad motriz, fue tan demoledora que resonó ayer en el debate político retratando, no solo a una ultraderecha que lejos de disculparse se reafirmó en lo dicho, sino también a un PP que optó por moverse en el alambre para no soliviantar a un Vox al que ha decidido abrazarse sin ambages como socio en la gobernación presente y futura.
"Me permitirá que no haga de comentarista de los comentarios del vicepresidente de una Comunidad Autónoma. No lo voy a hacer, primero porque desconozco el alcance y contenido exacto de sus declaraciones; segundo, porque me parecen muy sorprendentes; y, tercero, porque no es el objetivo de mi toma de posesión como senador en la Cámara". Esta fue toda la respuesta que ayer dio ante esta polémica el nuevo líder del Partido Popular, Alberto Nuñez Feijóo. Y lejos del aluvión de declaraciones que es común en la estrategia comunicativa de Génova 13, los populares siguieron sus pasos buscando en el silencio la mejor manera de contener los daños.
¿Censura las palabras de su número dos? "Yo apoyo al Gobierno de Castilla y León, que para eso soy su presidente", respondió como cortina de humo el presidente castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco.
El único matiz crítico que ayer ensayó el PP provino de un Juanma Moreno que en menos de un mes se juega seguir al frente de la Junta de Andalucía. "Lo más importante en la política, independientemente de las legítimas posiciones que cada uno tenga, es el respeto y la tolerancia", dijo, antes de añadir, "lo digo por un lado y para otro lado", diluyendo así la profundidad de la carga, consciente de la necesidad que las encuestas auguran que pronto tendrá del apoyo directo de Vox.
cesar al "desalmado"
La respuesta de la ultraderecha fue la habitual: sostenerla, no enmendarla, y en última instancia, arremeter contra el mensajero. "Comparto lo que ha dicho, no comparto lo que otros dicen que ha dicho", dijo el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros en apoyo a su compañero, que igualmente responsabilizó de esta polémica, no a sus palabras, sino a una "manipulación" de la que primero culpó a los periodistas y después a la "izquierda hipócrita". "Es una polémica preconcebida por el PSOE" para montar "un circo", aseguró rotundo.
Los partidos se lanzaron a exigir a Gallardo que rectifique. O en su defecto, a reclamar a Fernández Mañueco que le cese. Tras comprobar cómo el presidente popular había esquivado esta opción, el dirigente de Vox confirmó que entre ellos sigue habiendo una relación de "absoluta normalidad". "A Mañueco esto no le sorprende porque son los principios de Vox", dijo ante unos periodistas que le preguntaban sobre esta polémica y la de la supresión de las nacionalidades.
"Esto es lo que tiene meter a la ultraderecha en los gobiernos", dijo desde el PSOE el Ministro de la Presidencia, Félix Bolaños apuntando directamente contra el PP, el "verdadero responsable" de que un vicepresidente haga estas declaraciones, coincidieron desde Más País o ERC. Es "un indecente y un desalmado", zanjó desde Cultura Miquel Iceta.
La involuntaria protagonista de esta polémica, Noelia Frutos, decía "seguir esperando" una desautorización de Gallardo. "Esto es Vox", resumía.
Por su parte, las principales entidades que trabajan por los derechos de las personas con discapacidad –entre ellas la ONCE o Aspace– coincidían en que se corrija semejante muestra de "menosprecio".
"Macarena de Salobreña". La portavoz de Vox Macarena Olona se despidió ayer del Congreso para poner rumbo a Andalucía, donde finalmente liderará las listas de la ultraderecha en las autonómicas del próximo día 19. Fiel a su estilo, lo hizo sacando pecho y jactándose de que la Junta Electoral diera por bueno su empadronamiento in extremis. "Cómo tuvo que dolerle la guantada", dijo al ministro Bolaños, a quien acusó de buscar su inhabilitación. "Aquí me tiene, en pie. Macarena de Salobreña", retó entre risas.