El PP enmienda hasta sus propias exigencias. Después de que Alberto Núñez Feijóo, conminará a Pedro Sánchez a verse las caras con él en el Senado para debatir sobre las medidas de ahorro energético, Génova tardó ayer unos minutos en torcer el morro tras conocer que el líder del PSOE recogió el guante y solicitó una comparecencia que tendrá lugar el próximo martes. En vez de apuntarse el tanto, se lanzó a la crítica. Aun a sabiendas de que en una sesión de estas características saldrán a la luz cuestiones referidas a muchos otros temas, los populares viraron y creen que será un duelo baldío porque Sánchez “irá a hablar de lo que él quiere, no de lo que a la ciudadanía le preocupa”.
A Feijóo le puede reventar su estrategia en sus propias manos al tener que desandar en su retórica y planteamientos. Algo parecido le sucede con la llamada excepción ibérica que permite al Estado español topar el precio del gas que se utilice para consumo de energía eléctrica, y que la formación conservadora denomina como timo ibérico. El hecho de que pueda extenderse a otros países europeos ya le ha llevado a recular en su argumentario.
“Que Sánchez solo vaya a explicar un decreto ya convalidado en el Congreso evidencia su falta de interés en debatir con Feijóo de política general”, expuso el PP en su comunicado, señalando al presidente que está “a tiempo de rectificar y comparecer para hablar de las incertidumbres económicas y sociales que afectan a este país, y no solo de energía”. “El modelo que plantean es un debate parcial, y en él dejan fuera problemas que atenazan el presente y futuro de los españoles”, se excusan.
Algo que puede aprovechar el jefe del Ejecutivo, que traslada la presión a Feijóo para que ponga sobre la mesa propuestas concretas y certeras que casen con las exigencias de la UE, además de poder arrogarse Sánchez el papel de audaz y de no esconderse, justo cuando está a punto de emprender un recorrido por todo el Estado con una treintena de actos para exponerlas decisiones que el Gobierno está adoptando en favor de la clase media y trabajadora.
Confrontar modelos
Según Ander Gil, presidente de la Cámara Alta, el Gobierno pretende que el debate sea “sereno, constructivo y propositivo”, dentro de su intención de confrontar modelos y proyectos ante el reto de la energía, marcado por la amenaza de que Rusia corte el suministro de gas a Europa. “Es muy importante que el presidente del Gobierno elija el Senado como escenario del debate energético. Primero porque pone a la Cámara en el foco informativo del arranque de un curso político que va a ser trascendental. Y segundo porque España viene liderando el debate energético en Europa desde el principio”, declaró el socialista. A juicio de Gil, la cita permitirá contrastar el modelo energético de Sánchez, marcado por Europa, con el del PP; y Feijóo “tendrá una buena ocasión para aclarar y explicar a los ciudadanos qué haría él ante esta crisis energética, y por qué ha cambiado la posición del PP en esta materia varias veces”. Un debate que se desarrollará días después de finalizar el plazo de las comunidades autónomas para presentar propuestas al plan de contingencia que el Gobierno elevará a la UE, de ahí que se haya escogido la Cámara territorial.
La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ironizó al decir que no sabe muy bien qué quería el líder de la oposición cuando habló de retar a Sánchez, pues aludió primero al Senado y después, por error, al Congreso. El Ejecutivo cargó contra él por desear “intranquilidad” a los ciudadanos al afirmar que hacían bien al preocuparse. “Frente al alarmismo y catastrofismo; ideas y proyectos para que esta crisis no la paguen los de siempre”, añadió.
Génova tuvo que salirse por la tangente. El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, insistió en que, cuando Feijóo hablaba de debate en el Senado, se refería a los grandes problemas y que, “siendo importante la cuestión energética, sería necesario hablar de que vienen meses difíciles, de la inflación o del inicio del curso escolar”. O de Bildu, los independentistas y hasta de ETA. Al tiempo.