Es habitual que los principales líderes estatales prometan ser sensibles con las demandas autonómicas para captar también el voto más local en las elecciones generales o, incluso, vaciar de votos a las opciones del nacionalismo vasco o el catalán. Pero, en este empeño, Alberto Núñez Feijóo intentó ayer la cuadratura del círculo. En un mitin en Gasteiz, el líder del PP aseguró que “respeta profundamente al pueblo vasco”, mientras mantiene al mismo tiempo sus acuerdos con Vox, un partido que quiere suprimir la Ertzaintza y la autonomía fiscal vasca o que plantea en general la devolución de competencias al Estado; y mientras el propio PP, en solitario, se presenta con un programa electoral que plantea regular varias materias que son competencia de las comunidades autónomas.
En la única parada de Feijóo en Euskadi al margen de su participación en el homenaje a Miguel Ángel Blanco, el candidato a la presidencia española trató de vaciar de votos con claridad al PNV, al que ubicó dentro del sanchismo y como miembro de ese bloque. Feijóo dijo que votar al PSE, a Sumar, a EH Bildu y al PNV es “votar al sanchismo”. “El PNV quiere que gobierne Sánchez”, insistió, para concluir que votar al PP es apoyar el cambio en el Estado español y en Euskadi. A partir de ahí, aseguró que respeta al pueblo vasco.
“Todos los vascos saben que respeto profundamente al pueblo vasco, porque ustedes han dado cobijo a muchos gallegos aquí, porque sé que ustedes trabajan y no gastan más de lo que tienen, y son personas de palabra. He tenido siempre una muy buena relación con el lehendakari Urkullu, y sé lo que es una nacionalidad histórica porque la he gobernado durante 14 años, sé lo que es hacer elecciones con el País Vasco el mismo día, y sé lo que es sacar una mayoría absoluta en Galicia, que el PNV es incapaz de sacar en Euskadi porque está avanzando Bildu a una velocidad peligrosísima para las libertades del pueblo vasco. Vengo a decir a los vascos que soy de fiar, y que respeto profundamente este pueblo, que respeto profundamente las lenguas de España, que soy perfectamente consciente de que garantizar el bilingüismo, la cultura propia y garantizar la unidad de España es mi obligación en Euskadi, en Galicia y en el resto de los pueblos de España”, declaró.
Sobre las lenguas, el programa electoral de Feijóo garantiza que, “en las comunidades autónomas con más de una lengua oficial, ambas tendrán la consideración de vehiculares de acuerdo con el patrón de equilibrio lingüístico, asegurando que todos los estudiantes escriban y se expresen correctamente en castellano y la lengua oficial correspondiente”. De entrada, la regulación sobre la lengua en las escuelas corresponde a Euskadi. Y, aunque este enunciado pueda sugerir un respeto a ambas lenguas, basta con recurrir al contexto y las declaraciones del PP para comprobar que los populares creen que el castellano está en una situación de desprotección en Catalunya, y amenazado también en suelo vasco a cuenta del pacto educativo en el Parlamento de Gasteiz, que Carlos Iturgaiz cree que camina hacia el modelo de inmersión catalán con el euskera y busca la conversión de la ciudadanía al nacionalismo vasco. De ahí que parezca perseguirse una mayor presencia del castellano, y lo que se plantea interfiere en los consensos políticos tanto en Euskadi como en Catalunya.
El programa del PP incluye otras propuestas que son potencialmente problemáticas para Euskadi y Catalunya como la prueba única de acceso a la universidad para todo el Estado, que sugiere un control sobre los criterios de evaluación y contenidos, o unificar el mercado.
FISCALIDAD
Feijóo pasó del respeto al pueblo vasco hacia la crítica pura y dura al PNV por la pérdida de peso industrial de Euskadi que detecta el PP, o por apoyar la política económica de Sánchez, que a Euskadi “le viene mal”. Se da la circunstancia de que el presidente del PP planteó una propuesta que no afecta a Euskadi, que tiene haciendas propias y regula el IRPF. En ese sentido, anunció que, si logra gobernar, pasará página de la “voracidad fiscal” y reducirá el impuesto a la renta de los que cobren menos de 40.000 euros al año en los primeros cien días de mandato. Sí afectaría a Euskadi la rebaja del IVA en el pescado y la carne.