Decía Alberto Núñez Feijóo durante su pleno de investidura que no quería convertirlo en el club de la comedia, pero finalmente él mismo está dando tintes irreverentes al debate político. El líder del PP dijo ayer que está “orgulloso” de no ser presidente y que se ha “divertido” durante la investidura fallida, unas declaraciones que se pueden leer como un intento de construir otro relato frente a quienes hablan de derrota política, de pérdida de tiempo, o incluso cuestionan su liderazgo frente a la madrileña Isabel Díaz Ayuso y ven un paso más hacia la puerta de salida. La cuestión es que Núñez Feijóo se está presentando con un discurso irreconocible frente a la imagen más seria e institucional que cultivó durante su etapa en la Xunta de Galicia, y ya durante el pleno de investidura tuvo tensos rifirrafes con PNV y Junts que desde ámbitos nacionalistas tildaron de provocación.
Feijóo participó ayer en la clausura del Foro La Toja-Vínculo Atlántico, después de confirmarse su derrota el viernes pasado. El presidente del PP se declaró “orgulloso” de no llegar a La Moncloa “por ahora” (lleva días defendiendo que es él quien no quiere pagar el precio que piden los nacionalistas, pero en realidad su suma con Vox hacía imposible cualquier respaldo), y aseguró que el referéndum que piden Junts y ERC a Pedro Sánchez es “un cebo” porque “no está encima de la mesa”, y se ha aceptado “algo más sensato”, que sería una amnistía.
Después de perder la investidura con 172 votos a favor y 177 en contra, se declaró “orgulloso” de no haber cedido a “ningún chantaje”, y contrapuso su situación a un Sánchez que, en cuanto pacte con los soberanistas, estará “en libertad condicional”. “Ni siquiera la presidencia del Gobierno justifica los medios”, añadió.
“Me he divertido y me he quedado satisfecho”, remató. A su juicio, ha cumplido con “un deber” porque él fue quien ganó las elecciones y fue señalado como candidato por el rey español. Por ello, reivindicó “la dignidad” de haberse presentado y haber quedado “a tres síes” (con el error de Junts) de ser presidente. Y negó que su investidura fallida haya sido un fracaso, con el argumento de que el Estado español “sabe que tiene un gobierno alternativo”. “Porque la democracia no consiste en poder elegir el Gobierno, sino también en poder cambiar el Gobierno”, dijo.
Feijóo ha exonerado a los independentistas: “El factor fundamental que altera la estabilidad democrática es el cambio que se produce en la dirección del Partido Socialista. No podemos echarle la culpa al independentismo de lo que siempre ha defendido. No ha cambiado su actuación, lo que ha cambiado es la respuesta del Partido Socialista a sus exigencias”. A su juicio, el PSOE “asume las tesis” de los soberanistas para seguir en el poder. “Me parece legítimo una persona que pide que se condonen sus irresponsabilidades. Lo que no es legítimo es que alguien condone las irresponsabilidades para lucrarse desde el punto de vista personal, que es tener la presidencia del Gobierno”, lanzó sobre la amnistía. Y hurgó en las declaraciones del socialista castellanomanchego, Emiliano García Page, para retar a Sánchez a dar cuenta de la amnistía en los órganos del PSOE.
En una línea similar, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, exigió a Sánchez que legitime la amnistía con una nueva convocatoria de las elecciones que dé cobertura y respaldo al acuerdo que pretende con Junts y ERC: “No están legitimados ni para la amnistía, ni para un referéndum ni para entregar el principio de igualdad de todos los españoles, y si lo quieren estar, que acudan a las urnas”. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, amenazó con movilizaciones en las calles si no hay un cambio en el modelo de financiación que garantice la igualdad.