Pese a los intentos del PP por establecer la calma tras la tormenta que ha supuesto la revelación de que barajó conceder la amnistía a los imputados del procés e incluso indultar a Carles Puigdemont, la actualidad política siguió girando ayer lunes en torno a esta cuestión por el giro de 180 grados que supone respecto a la exigencia, expresada hasta en seis manifestaciones, de que todos los implicados en el proceso soberanista catalán sean juzgados y cumplan sentencia.
El presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, optó por un perfil bajo y se trasladó a Barbate (Cádiz) por la muerte de dos guardias civiles tras ser arrollados por una narcolancha, donde no dijo ni palabra sobre la amnistía. En cambio, diversos líderes autonómicos trataron de levantar un cortafuegos denunciando que están siendo objeto de una campaña en la recta final de las elecciones en Galicia, y acusando a PSOE y Vox de unir fuerzas para desgastarles.
Dirigentes del PSOE, incluidos destacados miembros del Gobierno español, de Sumar y de Vox siguieron cargando contra el PP, acusándole de protagonizar un teatrillo en los últimos meses y exigiendo que arroje luz sobre las conversaciones que mantuvo con Junts en el contexto de la investidura fallida de Feijóo como presidente español. Esta reclamación no es baladí, ya que Puigdemont ha amenazado con tirar de la manta ante el acoso judicial que viene sufriendo, lo que podría haber provocado una detonación controlada del PP para desactivarle, filtrando su postura sobre el indulto.
La petición de luz y taquígrafos se extendió a la otra parte implicada, Junts, por boca de ERC. Su portavoz, Raquel Sans, pidió “transparencia” sobre estas negociaciones, y aseguró que en su partido desconocen el motivo de las mismas. “No sabemos si se buscan alianzas futuras, si es una cortina de humo o si es una voluntad más de torpedear la ley de amnistía”, se preguntó.
La parte aludida hizo caso omiso, al menos por el momento, y el vicepresidente y portavoz de JxCat, Josep Rius, evitó pronunciarse sobre las reuniones que mantuvieron el pasado verano con el PP y sobre el hecho de que esta formación se abriese a un indulto condicionado al expresident Puigdemont. “Si tenemos que añadir alguna cuestión más, la añadiremos”, se limitó a señalar.
Pedir perdón
Sobre el cierre de filas del PP, su portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, defendió en Informa Radio que se ha sacado de contexto la posición de Feijóo y que “hay una campaña orquestada por determinados medios de comunicación para decir lo que no es y mostrar cierto contacto entre el PP y el independentismo catalán cuando no lo hay y no lo ha habido”.
Esta cuestión llegó a la Asamblea de Madrid, donde Más Madrid y PSOE preguntaron a la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, si “va a convocar manifestaciones” contra Feijóo. La presidenta autonómica respondió que no ha visto “ningún giro” del presidente del PP, y opinó que el PSOE “se está agarrando a un clavo ardiendo” en la recta final de las elecciones gallegas.
En filas de Moncloa, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, acusó a Feijóo de mentir a los españoles y de fomentar la crispación “con el único afán de desestabilizar” al Ejecutivo, y le pidió que pida perdón y dé explicaciones. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, coincidió con esta exigencia de petición de perdón y dijo que Feijóo ha pulverizado su credibilidad sobre la medida de gracia, lo que condicionará toda la legislatura.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, cuestionó la postura del PP de convocar manifestaciones en la calle contra la amnistía y de acudir a las instituciones europeas a criticar, “no ya solamente al Gobierno español sino a España”.
Por parte del otro bloque de la coalición, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, acusó a Feijóo y al PP de haber mentido sobre su relación con el narcotraficante Marcial Dorado, sobre las cajas gallegas “y ahora sobre Puigdemont”, y reivindicó que “la mentira no puede seguir gobernando Galicia”. El presidente de Vox, Santiago Abascal, uno de los más críticos con Feijóo, afirmó que intuían que los populares “podían pensar algo así” sobre la amnistía.