Polideportivo

Fermín Iturri, el coleccionista de medallas

El entrenador del filial de Anaitasuna y analista de vídeos en la selección acaba de colgarse su tercer metal, esta vez en el Mundial, tras las preseas del Europeo y de los JJOO
El técnico navarro Fermín Iturri, con las tres medallas que ha conseguido con la selección española absoluta.

Cuando hace apenas cuatro años Fermín Iturri se dejaba la piel en la pista, como jugador del filial de Anaitasuna, nada hacia presagiar el futuro tan prometedor que le esperaba en el mundo del balonmano. Y menos como entrenador. A sus 27 años, el ahora preparador del Primera Nacional del club navarro es uno de los hombres de confianza del seleccionador Jordi Ribera y gracias a su trabajo como analista de vídeos para los Hispanos se ha podido colgar, en menos de dos años, una medalla de bronce en un Mundial, otra idéntica en unos Juegos Olímpicos y una de Plata en un Europeo.

Soy un privilegiado por poder vivir todo esto”, reconoce con humildad un Fermín Iturri que en su día llegó a vestir incluso la camiseta del primer equipo del Helvetia Anaitasuna, compitiendo además en Europa, y que en apenas unos años se ha convertido en uno de los mayores exponentes del balonmano navarro.

Ahora, desde la discreción que le caracteriza y orgulloso a la vez del trabajo realizado, mira con ilusión las tres medallas que lucen resplandecientes en el salón de su casa y que su padre, feliz por los éxitos de su hijo, se encarga de cuidar con mimo.

Detrás de cada metal, sin embargo, hay mucho esfuerzo y sacrificio. Horas y horas de visionar partidos, de analizar rivales, de apuntar datos y estadísticas y de estudiar estrategias, que al final han tenido su recompensa. Un trabajo que se inició en junio de 2021, cuando Ribera le llamó para felicitarle por su cumpleaños y para comunicarle que lo quería en su equipo para la preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio.

EL PRIMER METAL, EN LOS JJOO

Ha tenido que pasar más de un año, largo, para que Fermín Iturri haya podido tener en sus manos la primera de las medallas, el bronce olímpico. Poco antes de viajar al Mundial de Polonia y Suecia, el técnico navarro recibía la presea durante una recepción a los Hispanos en el Comité Olímpico Español. “La primera vez que fui convocado con la selección absoluta fue para la preparación de los Juegos. Estuvimos en dos fases en Galicia y de ahí el equipo viajó a Tokio. Yo no acudí con ellos, pero sí colaboré con todo el tema de vídeos desde casa”, explica.

Su debut, por lo tanto, fue por la puerta grande. La Federación Española de Balonmano ya le había echado el guante en 2019, poco después de acudir como seleccionador navarro al CESA de Valladolid, y lo incluyó en el programa de tecnificación en el CAR de Sierra Nevada. Allí coincidió en varias ocasiones con Jordi Ribera, quien acabaría por llamarle para incorporarle a su staff. “En diciembre de 2020 hubo una concentración a la que no pudieron acudir muchos técnicos por el tema del Covid. No había analista de vídeos y yo manejaba el programa, porque es el mismo con el que trabajamos en Anaitasuna, así que llevé un poco la voz cantante allí. Más tarde, el 18 de junio, el día de mi cumpleaños, Jordi me llamó. Me felicitó y me dijo para ir a la preparación de los Juegos. No viajé a Tokio, pero sí que hice el trabajo de análisis desde casa. Y hasta hoy”, recuerda.

Al tiempo, sí que le tocó hacer las maletas para viajar a un gran torneo internacional. El pasado año, formó parte de la expedición de la selección española en el Europeo de Hungría y Eslovaquia. El resultado no pudo ser más satisfactorio. Fermín Iturri se colgaba esta vez la medalla de plata junto a dos jugadores navarros, Eduardo Gurbindo y Sergey Hernández. Una experiencia inolvidable, una “master class” en toda regla como él mismo reconocía, y que incorporaba a su trayectoria dentro de los Hispanos.

Con ellos, de nuevo, se subió en el avión a comienzos de este año con destino a Polonia y Suecia. Al Campeonato del Mundo, donde una vez más la selección se alzó con un nuevo éxito, el bronce. Un torneo para el que Iturri ya acudía más curtido. “En el Europeo sabía lo que tenía que hacer, pero al final me iba haciendo sobre la marcha. En el Mundial, sin embargo, ya sabía cómo tenía que funcionar. Eso facilitaba mucho el trabajo. Aunque tengo que reconocer que ha sido más complejo que el Europeo, puesto que había más selecciones”.

Pero el engranaje era perfecto. El técnico navarro, desde allí, realizaba el análisis correspondiente, pero dos compañeros colaboraban con él en el tema táctico a miles de kilómetros: Borja Álvarez y Diego Castro. Junto a ellos, el segundo de Ribera, César Montes, además de José Luis López Bezerra, se encargaban “del tema de las individualidades y de los lanzamientos”.

Toda esa coordinación, todo ese trabajo en equipo, facilitaba la labor posterior de Jordi Ribera en la pista. Un técnico “no tan serio” como aparenta, dice entre risas, que es “muy metódico en su trabajo, meticuloso y muy humilde”. “Él hace su labor, pero está abierto a sugerencias. Consulta las cosas con los demás antes de tomar una decisión, aunque lo tenga claro, porque le gusta conocer otros puntos de vista. Le gusta escuchar. Sorprende que, siendo uno de los mejores entrenadores del mundo, para mí el mejor, tenga esa faceta tan humilde y de autocrítica también”, afirma el preparador navarro.

IMPULSO DEL BALONMANO

Fermín Iturri insiste en que se siente “un privilegiado” por todo lo que está viviendo estos últimos años. Un privilegiado también por formar parte “de este staff técnico”, de “una de las mejores selecciones a nivel colectivo”, con todos los éxitos que está cosechando. El técnico de Anaitasuna confía en que todo lo que acontece en torno a los Hispanos acabe por tener un impacto en el balonmano a otros niveles. “Quiero pensar que sí. Estoy también de coordinador de balonmano en el colegio Maristas, en Sarriguren, y el día que jugamos contra Noruega fue el mismo en el que Osasuna jugó contra el Sevilla en la Copa. Un entrenador me dijo que los chavales preguntaban por el balonmano y ninguno había hablado de fútbol. Eso me llamó mucho la atención”.

El navarro ya forma parte de este buen hacer de los Hispanos. De unas experiencias que son “difíciles de explicar” y donde muchas veces “no eres consciente de lo que estás viviendo hasta que vuelves, pasa un poco de tiempo y te das cuenta”.

Fermín Iturri es “feliz” en una selección con la que espera, “ojalá”, colgarse su cuarta medalla en el Europeo de Alemania, ya en 2024.

Líder con el filial de Anaitasuna

Fermín Iturri encabeza desde el banquillo al Primera Nacional del Helvetia Anaitasuna. El filial navarro es ahora mismo con 31 puntos y un partido menos líder del Grupo C de la categoría –donde también juegan Beti Onak, Uharte y Lodisna San Antonio– y todo apunta, de seguir así, que disputará una nueva fase de ascenso a la División de Honor Plata del balonmano masculino. La séptima fase en siete años.

Ahora bien, el técnico de los Hispanos prefiere no hablar de este objetivo y sí del que se plantea entrenamiento tras entrenamiento, que es “ir mejorando para llegar bien al partido del fin de semana y competir”.

“Para un equipo como el nuestro, la competición un modo más de formación. Queremos formar a los jugadores. Si llegamos a la fase de ascenso y la competimos, será algo muy bueno para los jugadores a nivel formativo. Pero aún es pronto, porque queda mucha Liga por delante. Es cierto que estamos en una buena dinámica, pero para lo mí lo importante es el día a día”, advierte.

Este fin de semana tendrá la oportunidad de sumar dos puntos más, en el partido que enfrentará al filial de Anaitasuna el domingo con el BM Casademont Zaragoza, tercer clasificado.

10/02/2023