El presidente de Ezkerraldenda, Fernando Miravalles, desea que este año se doblegue a la pandemia y, con ello, vuelva la alegría a las calles y las ventas
Con la llegada del nuevo año toca hacer balance de 2021, un ejercicio que, según Fernando Miravalles, presidente de Ezkerraldenda, se esperaba que "fuese mejor para el comercio", pero que la situación pandémica ha hecho que no se cumpliesen las expectativas. Además, 2021 concluyó con el "freno" que está suponiendo para el sector el estallido de la variante Ómicron.
¿Qué balance hacen en Ezkerraldenda del año 2021?
—Francamente, esperábamos que fuese un año mejor para el sector comercial, pensábamos que la situación de la pandemia iba a ser mucho mejor, pero las distintas olas de coronavirus que se vivieron a lo largo del pasado año frenaron las ventas. No hay alegría ni en las calles ni en la gente y todo eso se refleja en las ventas. La ciudadanía no tiene confianza y no disfruta de salir a la calle ni de los comercios y por todo ello compra menos.
El aumento de contagios por la variante Ómicron ha marcado la campaña de Navidad, la época más importante del año.
—Totalmente. Esta ola ha supuesto un freno para el comercio porque ha salido menos gente a la calle. Se ha salido a hacer lo básico y muestra de ello es lo que ocurrió en Sestao la víspera de Reyes. Al acabar la cabalgata las calles volvieron a vaciarse, eso muestra que ha sido una Navidad extraña con mucha menos gente en nuestras calles y también hace que se reduzcan las ventas.
La cercanía de la hostelería y el comercio local también se traduce en que ambos sectores tomen mejor el pulso de la ciudadanía. ¿Qué perciben ustedes en la clientela?
—Notamos que la gente está temerosa, retraída. No es que no haya tiempo para salir a las calles y disfrutar, sino que la ciudadanía está temerosa y sale menos y eso tiene un efecto directo en la actividad comercial y hostelera. Necesitamos gente en la calle, gente que se sienta tranquila y segura a la vez. Esperamos que cuando pase esta pandemia volvamos a salir y a disfrutar como lo hacíamos hasta hace menos de dos años.
¿Cuál ha sido el mejor momento de ventas del pasado año?
—Para las tiendas de ropa ha sido la temporada de verano, pese a que la temporada más larga es la de invierno. Hoy en día contamos con una situación en la que hay demasiadas campañas de ofertas, rebajas, bonos... Eso hace que no tengamos clara la división entre temporadas y todo eso hace que tampoco se pueda identificar claramente cuáles pueden ser los momentos más potentes en ventas a lo largo del año. Salvo la época de Navidad, en la actualidad las ventas son más estables, hay menos picos de ventas que antes.
¿Las campañas de bonos impulsadas por las instituciones han salvado al sector en estos tiempos de pandemia?
—Creo que sí han animado a la compra, sobre todo, cuando se inician esas campañas, pero también hay que tener en cuenta la situación económica muy ajustada de muchas familias. Ahora es difícil ahorrar porque están subiendo los precios de muchos suministros y nosotros, como comercio, estamos manteniendo los precios. Mientras no haya alegría en los sueldos, no va a haber un aumento muy sustancial en las ventas. Pero sí, los bonos ayudan al sector en estos momentos, aunque lo que se suele comprar con esos vales son productos que solo se compran una vez.
¿A lo largo de 2021 ha habido un aumento o un descenso de establecimientos asociados a Ezkerraldenda?
—Ha habido un descenso de asociados porque, por desgracia, ha habido cierres de negocios, jubilaciones... Y no hay una gran renovación del tejido comercial. Ahora es muy difícil traspasar un negocio o animar a que las nuevas generaciones tomen las riendas de un negocio.
¿Cuál es el objetivo que se fijan para este año que acaba de empezar?
—Como asociación, queremos seguir potenciando la digitalización de los negocios. Se han dado pasos adelante en esa cuestión, pero aún tenemos mucho trabajo por delante. Otra de nuestras metas es ser cada vez más sostenibles porque tenemos muy claro que hay que cuidar el medio ambiente y que los comercios tenemos que ser sostenibles.
¿Cuál es su deseo para el nuevo año?
—Nuestro deseo es que se consiga doblegar la pandemia y que, con ello, vuelva la alegría a la gente y a nuestras calles. Con todo ello, mejorará la actividad comercial en Ezkerraldea.
"No hay alegría ni en las calles ni en la gente y todo eso se refleja en las ventas de los comercios"
"Salvo en la época de Navidad, en la actualidad las ventas son más estables, hay menos picos"
"Queremos seguir potenciando la digitalización y la sostenibilidad de los comercios de Ezkerraldea"