Ferran Adrià se encuentra con los hosteleros de Gipuzkoa

Ferran Adrià, presidente de elBullifoundation, se ha reunido esta mañana, teniendo como escenario el Aquarium de Donostia, con más de 160 profesionales de la hostelería de Gipuzkoa en una cita bautizada con el nombre Un año con sabor a oportunidades.

En el encuentro propiciado por CaixaBank, Adríà ha compartido con los asistentes las claves de gestión para dar impulso a un negocio y les trasladó su visión de la hostelería y de su futuro.

En esta reunión con los profesionales del sector Adrià ha estado acompañado de Ander González, chef del restaurante Astelena; Aitor Arregi y Manu Marañón, del Elkano y el Txepetxa, respectivamente; Mikel Ubarretxena, presidente de la Asociación de Hosteleros de Gipuzkoa, y Angel Garabieta, director comercial de banca retail de CaixaBank.

No hay recetas milagro para que un negocio prospere aunque, en opinión de Adrià, sí hay pautas a seguir que pueden contribuir a ello como "tener un buen conocimiento financiero, contar con un buen plan de negocio y elaborar un plan presupuestario", siempre teniendo muy en cuenta que nadie se puede quedar en el andén sin subirse al tren de la "digitalización" y la apuesta por el cambio.

Todos los que han tomado la palabra esta mañana han coincidido en destacar el potencial de los establecimiento de hostelería de Gipuzkoa y en la puesta en valor del producto.

Este encuentro se enmarca en el acuerdo de colaboración suscrito entre CaixaBank y el elBullifoundation para prestar ayuda a iniciativas profesionales que tienen la innovación como bandera.

Zuberoa

Preguntado por el cierre de Zuberoa, Ferrán Adriá no hace otro análisis que el gran cocinero Hilario Arbelaitz “tiene 71 años y se jubila”. “Se jubila porque querrá jubilarse”, apuntó Adrià, que no había tenido oportunidad de ver al chef en su visita a Donostia.

Respecto al hecho de que Zuberoa no cuente con relevo generacional, Adrià reconoce que es algo que ocurre: “En ocasiones hay relevo y otras no ahí no se puede hacer nada”. Porque dejar el negocio en otras manos y con otra filosofía conllevaría un cambio que haría que el nuevo negocio “ya no sea Zuberoa”.