Tras dos años de pandemia, la población de Llodio tenía ganas de disfrutar de una de sus ferias baserritarras más arraigadas: la de Viernes de Dolores o Dolumin Barikua, que alcanzaba su 131 edición. Así no es de extrañar que las plazas Alberto Acero, Aldai y Herriko, los tres centros neurálgicos en los que se distribuyeron ayer los puestos de productos caseros y artesanos, comenzaran desde primeras horas a llenarse de gente ansiosa por dar un buen mordisco a un talo, regado de sidra, vino o txakoli, llenar la cesta con alimentos de kilómetro cero o hacerse con alguna pieza artesana. Y, sobre todo, por reencontrarse con amistades y familiares y celebrar la jornada que, en Laudio, marca el inicio de las vacaciones de Semana Santa.
Sin embargo, la ausencia de los principales protagonistas que siempre ha tenido esta cita –el sector ganadero y sus animales, en protesta por la situación en la que les ha dejado el cierre del matadero municipal el pasado julio– se dejó notar y mucho, convirtiéndose en el tema de conversación estrella. "Es una pena, a ver si se arreglan. Abren un nuevo matadero en la comarca, y no ese que dicen que van a poner en Encartaciones, y vuelven las vacas, porque son lo que da color a este día, y a los niños y niñas les encantan", subrayaba Maite Madaria, vecina del barrio Latiorro, que aprovechó para adquirir "unos quesos, miel, tomates, pastel vasco y pan", en varios de los puestos instalados en la Herriko Plaza.
En la zona de Alberto Acero se instaló también una txosna, aunque su principal reclamo fue una exposición en torno a la invasora avispa asiática, nido incluido; mientras que Aldai, además de puestos de venta y muestras de maquinaria agrícola, fue sede de varios talleres que sacó a la calle Laudio Institutoa, así como de una completa exhibición de deporte rural, en la que se pudo disfrutar de pruebas de recogida de mazorcas, yunque, levantamiento de piedra e izada de fardo, y corte de troncos.
Aldai también fue el punto de salida de la manifestación que convocó la plataforma SOS Aiaraldea en defensa del futuro de la comarca ayalesa y sus trabajadores y trabajadoras de todos los sectores.
De hecho, entre las pancartas no solo se encontraban la de asociaciones del sector primario, encabezadas por los ganaderos con el lema SOS Baserriak o Kukutze San Blas, sino también la de los jubilados en su eterna lucha por unas pensiones dignas, la de trabajadores de Osakidetza, limpieza, supermercados, residencias, hostelería o educación, Arabako Metala o Apdema; sin olvidar "a los y las trabajadoras de Artiach que llevan 138 días de huelga y movilizaciones, y que, al igual que las trabajadoras de la residencia de Madres Mercedarias de Ibarra, están afrontado una larga lucha de meses contra la precariedad", subrayaron en el comunicado que leyeron tras una movilización que fue secundada por cientos de personas.
Un grito unánime Su grito fue unánime. "No se puede dejar tirado al sector primario, ni a ningún otro sector. Tenemos que seguir construyendo alternativas y dinámicas populares que nos permitan llevar a cabo con dignidad nuestro proyecto de vida en Aiaraldea. Así lo planteamos en los puntos de emergencia consensuados por una amplia mayoría social y, ahora, en este momento en el que vienen nubarrones por el horizonte, es mas importante que nunca reivindicar y avanzar hacia su consecución", espetaron para, a renglón seguido añadir que "esta crisis marcará el rumbo de aquí a unas décadas y, depende de cómo le hagamos frente, la salida será de más precarización o más derechos". En este sentido, los manifestantes dejaron claro que "queremos estudiar, trabajar y vivir de una manera digna en nuestro eskualde. Queremos pueblos vivos, solidarios, feministas y donde todas las trabajadoras, sean de donde sean, tengan cabida; y esto no será posible si no cambiamos el rumbo. Esta rueda que gira y gira, nos está llevando a más cierres y precarización de hostelería y comercio, a ir apagando la llama de nuestros pueblos, a relacionarnos menos con nuestras vecinas, a más paro juvenil, a un futuro incierto de la industria, y a que 8 de 10 baserritarras trabajen por debajo del Salario Minimo Interprofesional con jornadas de 52 horas", apostillaron, no sin antes instar a "parar la rueda" y seguir llenando las calles "por un futuro mejor para las trabajadoras", sentenciaron.
Además, durante la feria hubo música ambiente con trikitilaris y txistularis, idi-probak en el Carrejo Municipal de mano de Lauzaldi o un espectáculo de jotas navarras. La fiesta continuó de noche para los y las jóvenes del municipio con una romería a cargo del grupo Akerbeltz.