Verdadero o Falso

Fíjate en esto cinco indicios para saber si ese texto lo ha escrito realmente una persona o una IA

Aunque las inteligencias artificiales generativas son una ayuda a la hora de redactar un mensaje muchas veces pecan de imprecisas y de una frialdad, necesitando una revisión humana
Los sistemas de IA deben ayudar, no sustituir a las personas en sus trabajos.
Los sistemas de IA deben ayudar, no sustituir a las personas en sus trabajos. / Freepik

La inteligencia artificial (IA) ha venido para quedarse. En muchos casos resulta de gran ayuda para preparar trabajo, para escribir diferentes clases de textos, desde correos a informes y toda clase de documentación. Pero por mucho tiempo que nos ahorre, es necesario darles un repaso, bien para comprobar que el contenido es correcto bien para usarlo como un ejemplo de lo que se quiere hacer y elaborarlo uno mismo.

En el fondo, nadie quiere recibir un texto redactado por una máquina y es preferible que lo haga una persona que le ponga nombre y cara al texto que hemos recibido. Viene a ser un plus de credibilidad. Ahora bien, nada es más fácil que atribuirse un texto escrito por otro, en este caso una máquina, que aunque sea inteligente no deja de ser artificial. Además, es fácil darle instrucciones a la máquina para que cree en masa informaciones que en realidad sean fake news, bulos o textos con mensajes falsos.

Un usuario se prepara para trabajar con ChatGPT.

Un usuario se prepara para trabajar con ChatGPT. Freepik

Detalles reveladores en textos IA

Para detectar si un texto está escrito por una inteligencia artificial y no por una persona, suele ser suficiente leerlo con un poco de atención para tratar de detectar una serie de señales, de pistas que nos indiquen el uso de una IA generativa.

Una cosa que conviene aclarar es que no son signos definitivos, existen personas que redactan así, pero si ya el contexto nos hace sospechar, es más que posible que lo que tengas delante sea un mensaje automatizado. Cinco son las señales más comunes que podemos encontrar según explica el blog Inteligencia Artificial.

Repetición innecesaria de palabras o estructuras

Si en un texto que estemos leyendo nos encontramos que se repiten una serie de palabras concretas en un mismo párrafo o en un texto breve, cabe suponer que el texto viene de una IA. De hecho, una persona real y con cierta experiencia en la lectura y en la escritura tratará de utilizar sinónimos con el objeto de enriquecer el texto y evitar que resulte monótono. Esto suele deberse a que busca en sus modelos de lenguaje la palabra más probable en función de lo escrito anteriormente. Lo mismo ocurre con las construcciones sintácticas, que las IA tienden a repetir machaconamente, mientras que los textos humanos alternan estructuras para cambiar el ritmo y darle más riqueza.

Además, una característica bastante llamativa es la abundancia de adjetivos. Esto suele ocurrir cuando se le pide un número determinado de palabras y lo rellena con ellos. También pueden recurrir en demasía a expresiones como “en este sentido”, “por lo tanto” o “es importante destacar”.

Demasiados conectores y transiciones artificiales

En un intento de dar fluidez y claridad a los textos, las IA emplean de forma innecesaria y muy mecánica los conectores discursivos. Suelen incluir frases como “además”, “por otro lado”, “sin embargo” o “en conclusión” en casi todos los párrafos, incluso cuando no es necesario. Esto responde a patrones de aprendizaje en los textos que los programadores han empleado para entrenarlas.

Un escritor humano no recurre a ello con tanta liberalidad, aunque en parte depende del tipo de texto, ya que no es lo mismo un texto argumentativo que uno que narre una anécdota. Cuando su presencia resulta forzada o constante, puede tratarse de un texto producido por un sistema automatizado.

Ni erratas ni faltas de ortografía

Una de las cosas más positivas que la inteligencia artificial generativa de textos es que no comete faltas de ortografía y las erratas son prácticamente inexistentes. Esto es algo bueno, un texto limpio en este sentido es agradable de leer. Pero esa sensación de pulido en ocasiones rechina. Los errores involuntarios son frecuentes en la escritura humana, especialmente en primeras versiones o en comunicaciones informales, por eso a veces resulta un tanto sospechoso.

Lo oportuno es que el escritor humano, una vez terminado el texto definitivo, lo pase por una IA con la única instrucción con el prompt preciso de corregir las erratas y las faltas ortográficas o sintácticas. En este sentido también los signos de puntuación dan una pista. Las IA tienden a prescindir de los puntos y coma, mientras reducen los dos puntos. La razón puede estar en su voluntad de textos sencillos y frases simples, buscando la síntesis y una legibilidad fácil.

Generalidades o afirmaciones sin fuente verificable

Los sistemas de inteligencia artificial crean su contenido a partir de modelos estadísticos, sin tener en cuenta que haya novedades en ese tema o que se decanten por mostrar lo más general, lo que más se repite sin buscar u ofrecer otros puntos de vista. Tienden a evitar nombrar fuentes, manteniendo afirmaciones generales. En el caso de que las enumere, el peticionario debería tomarse el trabajo de verificarlas para evitar que estén equivocadas, cruzadas o, directamente, inventadas.

Estilo impersonal

Aunque las IA pueden imitar o copiar cualquier estilo, ahí está el reciente ejemplo de las fotos recreadas con el estilo del estudio de animación japonés Ghibli, que tanta polvareda ha levantado estos días. Por regla general, los textos generados tienden a ser neutros, sin matices que puedan darle un toque más personal, más distintivo. No aportan nada que los haga únicos y los haga destacar de otros textos. Escriben sin sentimientos y evitando cualquier elemento que pueda dar una perspectiva.

Una persona siempre, de manera consciente o inconsciente, le dará su marca personal, un estilo reconocible entre quienes accedan habitualmente a sus escritos.

2025-04-02T13:53:04+02:00
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