ES un tema controvertido si la filosofía propia y única del Athletic Club debe recogerse y definirse expresamente en sus Estatutos sociales, y lo es tanto por aquello de no atarse las manos, como de no incurrir en una discriminación impugnable por motivo de limitación de origen y condición. En la vigente norma social (como en anteriores) no existe mención alguna. Ni siquiera sus concretos términos se habían reflejado negro sobre blanco con cierto grado de oficialidad hasta que la directiva anterior decidió hacerlo en la página web del club, con bastante fidelidad a la realidad y, creemos, a lo asumido mayoritariamente por la masa social y afición zurigorri. ¿Es hora de que la norma constitucional del Athletic aborde la esencia de su peculiar filosofía deportiva? Los Estatutos que se presentarán a aprobación parecen haber cogido el toro por los cuernos, lo que es muy de agradecer. Sin embargo, estimamos que no lo hace de forma enteramente satisfactoria, y ello desaconsejaría el viaje.
El anteproyecto recién hecho público, en su artículo 3, tras recordar el objeto social del Athletic unido al deporte y al fútbol, en el segundo apartado afirma: "Durante el desarrollo de su actividad se guiará por el respeto a la filosofía de cantera, mantendrá su decidida apuesta por los jugadores y jugadoras cuya formación deportiva y humana se ha desarrollado en las categorías inferiores del club y de los clubes convenidos dentro de la idiosincrasia e identidad que ha mantenido desde su fundación. Su fin es la representación de dichos valores, guiado por la transparencia, buen gobierno y participación social, así como el alcance de las más altas cotas deportivas en cuantas manifestaciones y competiciones participe a través del fútbol vasco y su cantera".
El descrito conjunto de "valores", como síntesis de la filosofía del club, observa algún importante error de hecho y una clara y fundamental omisión. De un lado, ni la política actual de reclutamiento singular de jugadores de la entidad rojiblanca nació estrictamente con su fundación (data del año 1913, coincidente con San Mamés), ni solo deriva de la propia cantera y de los clubes con carácter de convenidos, extendiéndose a los jugadores vascos (además de nacimiento) de formación en todos los clubes de Euskal Herria, convenidos o no. Porque, sobre todo, la filosofía del Athletic descansa en una condición básica que no puede soslayarse, y que no es su sola (e indudable) apuesta por la cantera. Lo es el origen o formación de los jugadores en los territorios vascos, lo que se recoge con acierto en la citada página oficial del club, referencia que, no obstante, no puede sustituir a una previsión estatutaria y sí sólo complementarla. Cierto es que el artículo 2 del anteproyecto viene a dar rango oficial a la web del club, pero la definición o aproximación correcta a la filosofía deportiva, de acometerse, ha de situarse en los Estatutos sociales y hacerlo en el convenido capítulo sobre objeto social y valores del Athletic.
Tratando de recoger ese acuerdo tácito prolongado en el tiempo de vínculo con el fútbol vasco en el origen de sus deportistas, sin necesidad de hacer la "delicada" expresa exigencia de nacimiento, proponemos una redacción alternativa, que asuma el nuclear concepto de vinculación con Euskal Herria, al surtirse de jugadoras y jugadores vascos, con lo que ello supone de vocación y de compromiso para el Athletic actual y futuro, incluyendo su contribución innegable a la representación del fútbol vasco. He aquí, en base a todo ello, nuestra modesta aportación:
"Durante el desarrollo de su actividad se guiará por el respeto a su filosofía deportiva tradicional, cuyos elementos esenciales son la cantera y el vínculo con el fútbol de Euskal Herria. Son valores a preservar por el club la formación deportiva y humana, la transparencia, el buen gobierno y la participación social, así como el alcance de las más altas cotas deportivas en cuantas manifestaciones y competiciones participe. El Athletic Club mantendrá su vocación de fomento del fútbol vasco y de contribución a sus selecciones".
En suma, resulta de considerar y de apoyar la idea de recoger, por fin, en sus Estatutos sociales la esencia de la filosofía deportiva única del Athletic, si bien, de hacerse, ha de ser, además de con prevención, con el rigor debido y expresión de su sustancial vinculación con el fútbol vasco, voluntad permanente de la familia athleticzale.