Final al sueño del Injerto

Utrillas 2

Injerto 0

El Injerto despertó de su sueño copero tras caer derrotado contra el Utrillas de Teruel por un 2-0 que dejó a los de Berbinzana con la miel en los labios de la posibilidad de recibir a un Primera en la siguiente ronda de la Copa del Rey. Los locales supieron transformar dos auténticos golazos que el Injerto no pudo contrarrestar pese a que estuvo media hora con un jugador más por la expulsión de Adrián Hernández, autor de los dos goles.

En la primera parte los pupilos de Kike Jurío entraron bien al partido y gozaron de la primera ocasión que hizo ilusionarse a los 300 de Berbinzana que se trasladaron en masa a apoyar a su equipo. Un centro de Chocarro desde la banda izquierda fue desviado por la defensa cuando ya se cantaba el gol en la grada visitante.

Sin embargo, poco duró la alegría en el Injerto un desafortunado despeje de la defensa navarra puso en la frontal del área el balón a Adrián Hernández, que con un excelso golpeo puso el balón en la escuadra lejos de Benji. Las noticias negativas del Injerto no terminarían con el gol en contra. En el minuto 34 Héctor Jiménez tuvo que ser sustituido por lesión.

En la segunda parte, antes de que diese tiempo a que los navarros pudiesen mostrar sus armas para buscar el empate, Adrián Hernández, no contento con meter un golazo, se inventó una chilena que envió a la escuadra con la que puso el marcardor con dos de diferencia. En la celebración, el jugador del Utrillas fue a celebrarlo junto a los aficionados, lo que le supuso la segunda amarilla y, por tanto, la correspondiente expulsión.

Con uno más, los navarros quemaron sus naves en ataque a base de centros laterales e incursiones por banda que no acabaron de materializarse. Hasta el último minuto el balón estuvo en el campo del Utrillas que, no obstante, gozó de una clara ocasión para el 3-0. Tras robar el balón en campo propio, el delantero local recorrió el campo entero para dejar el balón franco a un compañero, que a portería vacía estrelló el balón en el palo. Ahí acabó el partido y el sueño del Injerto.