Fortuna, el águila calva americana que sobrevuela los estadios en cada partido del Ludogorets, es más que un simple símbolo. Víctor Barrios, cuidador y entrenador de esta ave, ha estado con José Manuel Monje en la jornada previa al encuentro europeo entre Ludogorets y Athletic Club. El ave, de 5 kilos de peso, un tamaño imponente, plumaje marrón, cabeza blanca y pico amarillo, es la gran atracción del estadio de Razgrad.
Barrios, preparador físico y nutricionista gaditano, es el encargado de Fortuna. La tradición comenzó en la inauguración del Estadio Da Luz del Benfica, cuando su hermano tuvo la idea de inaugurar cada partido con la majestuosidad de un águila en pleno vuelo. Posteriormente, el ritual fue adoptado por la Lazio y, finalmente aterrizó en el Ludogorets Arena, después de que los directivos presenciaran la actuación en un partido en el Olímpico de Roma.
El gaditano comentaba que la preparación del ave para los partidos "es similar a la de un deportista". Fortuna realiza un gran esfuerzo en cada partido, por lo que Barrios lleva un estricto control de su dieta y entrenamiento. "En la naturaleza estas águilas vuelan muy alto, y gracias a las corrientes planean", explicaba, en el estadio en cambio, "el vuelo es muy bajo y tiene que hacer mucho esfuerzo". Por ello, el control de su peso es crucial para evitar un desgaste excesivo.
A Fortuna, a sus quince años de edad, todavía le quedan muchos vuelos por delante, donde, seguro, hará las delicias de todos los aficionados. Mañana todos los athleticzales desplazados a Bulgaria serán testigos de esta bonita tradición.