Pinter retrata con suma crudeza las mil y una contradicciones y tensiones entre un padre viudo que vive con dos de sus hijos, ya adultos, y un hermano. La llegada del hijo mayor, aparentemente el triunfador de la familia, con su esposa desata todos los vientos de una tempestad provocada por un ambiente asfixiante y opresivo donde abundarán la envidia y el desprecio mutuos entre todos los miembros del clan.
Vienen al Gayarre con una obra dura, intensa... ¿Cómo la calificaría?
–Es una obra bastante desoladora que guarda poco hueco a la esperanza, pero que ofrece reflexiones muy interesantes sobre las relaciones gregarias, sobre todo las que tienen que ver con la familia. El hermano mayor regresa a casa unos años después de haberse ido y el recibimiento que le hacen sus familiares no es el que a lo mejor a él le hubiera gustado. Pinter tiene ese elemento político, en este caso aborda el tema del sueño americano porque el hermano se había ido a América, y se plantea si era mejor ese sueño o la suciedad del pueblo al que vuelve.
Los textos de Harold Pinter tienen muchos recovecos, dificultades, pero también momentos brillantes. ¿Qué destacaría de ‘Retorno al hogar’?
–Precisamente cómo usa el elemento del absurdo, porque favorece mucho a que camine la trama. Destacaría a todos los personajes, pero sobre todo el de Ruth (Silma López). Creo que es el gran acierto de esta obra. Traer a esta mujer en un sitio donde nunca debería estar hace que esta obra sea totalmente distinta a otras obras de Pinter.
Al final, todos tenemos una familia, mejor o peor avenida, ¿es ese el elemento que consigue que el público se identifique con la trama?
–Sí, sí, aunque sea terrible. Habrá que ver la familia de cada uno (ríe). En muchos aspectos nos vamos a sentir identificados, sobre todo con esa idea de la familia como el nido donde nacemos, donde nos criamos, pero que a la vez puede ser una cárcel. Esa dicotomía la tienen todas las familias. Y todo esto se puede extrapolar a la sociedad, porque la familia es un núcleo pequeño que luego se convierte en un núcleo mayor que puede ser un barrio, luego un pueblo... y así hasta una sociedad. La gente va a reconocer muchos aspectos y comportamientos del ser humano en sociedad
Hábleme de Lenny, su personaje.
–Todo apunta a que Lenny es un proxeneta. Es el hermano mediano, el que al irse el mayor se queda con ese puesto. Lenny es un tipo resentido con la sociedad y con el mundo y cuando el hermano vuelve no le hace ninguna gracia porque se siente amenazado.
¿Cómo reacciona con el personaje de Ruth, de la mujer del hermano mayo?
–Ruth le da una vuelta al personaje de Lenny. Es la única que consigue desestabilizar el suelo que pisa mi personaje. Su relación será así casi desde el principio y hasta el final de la función. Es un tipo de mujer que él no conoce, que no ha visto nunca.
¿Y qué me dice del padre?
–Pfffff... Yo lo reconozco mucho en gente que he conocido en la vida. Gente muy cerrada, con ideas pobres, sin ningún tipo de ambición. Es un hombre que pasa por la vida de esa manera, con unos poderes asignados que no se ha ganado. Es el patriarca y punto. Tenemos la inmesa suerte de que lo interprete Miguel Rellán, lo cual hace que a la gente no le caiga tan mal, pero es un personaje que echa para atrás. No tiene ningún tipo de relación afectuosa con sus hijos, que para él son como animales, hay que darles de comer y ya está.
¿Cómo es trabajar con un grande como Miguel Rellán?
–Es un lujo. Nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, pero no habíamos trabajado juntos hasta ahora. Es un profesional como la copa de un pino, eso ya lo sabe todo el mundo, le avalan sus trabajos; pero es que, además, como persona es un diez. Un tipo generoso, buen compañero, con un sentido del humor fascinante... Es todo lo que uno espera de una persona a la que admira.
Es de suponer que cuando se forma un grupo de personas para trabajar en un proyecto como este, que sale de gira, la complicidad y formar compañía será fundamental.
–Lo es, sin duda. PTC (Producciones Teatrales Contemporáneas) llevan muchos años haciendo teatro y ya cuentan con su gente y se nota que los repartos están hechos no solo tratando de buscar buenos profesionales, sino también buena gente que conviva bien de gira, que sea agradable. No se trata de tener a alguien que te boicotee la gira, no merece la pena, bastante difícil es este trabajo ya como para hacerlo más complicado. En este caso el grupo es maravilloso.
¿Cómo ha sido la experiencia con Daniel Veronese?
–Maravillosa, muy fácil. No lo digo en el sentido de sencillo, porque cuando tiene que apretar, aprieta. Es muy fácil admirarlo a medida que trabajas con él. Siempre tiene alguna idea o dice algo que es muy bueno. Trabaja mucho fuera de los ensayos, le da muchas vueltas a las escenas, se las sabe de memoria y luego el trabajo con los actores es una delicia.
Su trabajo en los últimos años ha estado centrado principalmente en el teatro. ¿Ha sido por elección o porque no llegaban ofertas de otros medios?
–Yo tomé una decisión hace años, cuando estaba haciendo mucha tele, de dar un paso atrás y empezar a hacer teatro. Ahí empecé a andar un camino y fui diciendo que no a muchas cosas de televisión y cine. Y, claro, cuando dices muchas veces que no, la gente también deja de llamarte. Pero es verdad que de unos añitos para acá he vuelto a poder compaginar bien la televisión con el cine, la música y el teatro. Ahora mismo estoy haciendo todas esas cosas y siento que estoy en un buen momento.
¿Qué le aportó y le sigue aportando el teatro en esos momentos en que necesitó dar ese paso atrás que menciona?
–El teatro es mi sitio en el mundo. Yo me dedico a esto por el teatro, es el lugar al que me gusta volver cada cierto tiempo. Para colocarme en mi lugar. Desde ahí se ve el mundo entero. Ahí es donde estás de verdad. Las artes escénicas no se pueden comparar a ninguna otra cosa.
Durante muchos años se le conoció por su papel en ‘Los Serrano’. Y, precisamente, el otro día anunció en ‘La Ventana’ de la SER que está preparando un disco por el 20 aniversario de la serie.
–Sí, el año que viene hacemos 20 años y estamos preparando un disco muy chulo de colaboraciones que se va a llamar Uno más uno son 20. Hemos sacado ya tres canciones en distintas plataformas y vamos a sacar más hasta el año que viene, cuando publicaremos el álbum. Se trata de celebrar que seguimos vivos. Siempre hay motivos para celebrar.
¿Cómo ha vuelto a encontrarse con aquel capítulo de su vida?
–Vuelvo desde la madurez de mis 43 años. Echas la vista atrás. Coges esas canciones, te metes en el estudio con ellas, las metes en la coctelera y te diviertes con lo que sale. Yo estuve un tiempo sin hacer música, pero en 2018 volví. Ahora estoy haciendo este disco con Víctor Elías, que era mi hermano Guille en la serie, y lo estamos disfrutando mucho. Me siento afortunado de haber formado parte de un proyecto que ha marcado generacionalmente a un país.